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17 de agosto de 2021

La foto: ¿un golpe K para debilitar a Alberto? por Carlos Tórtora

La foto del cumpleaños en Olivos, que violó las normas del aislamiento obligatorio, es ya un capítulo de la política local con brillo propio. Pero tanto o más importante que la foto es quién o quiénes la dejaron trascender a los medios ...

 Las sospechas -que van creciendo- convergen en que la foto la habría filtrado un sector del kirchnerismo, con la evidente intención de golpear, tal cual ocurrió, al presidente y su entorno más íntimo. Esta sospecha crece sobre todo si tenemos en cuenta una serie de hechos. Durante el último mes y medio, Alberto Fernández dio muestras de querer reflotar su imagen y su autoridad presidencial. Para empezar, se mostró triunfante con la elección de dos amigos suyos -Victoria Tolosa Paz y Leandro Santoro- para encabezar las listas para diputados nacionales de Buenos Aires y CABA. A esto le sumó la designación de otro amigo, el intendente de Hurlingham Juan Zabaleta, como Ministro de Desarrollo Social. A estos éxitos les sumó una interesante reunión con el asesor nacional de seguridad de Joe Biden, Jake Sullivan, en la que se habría hablado de un inmediato acuerdo con el FMI después de las elecciones. De inmediato el presidente su puso en modo campaña y empezó a hablar de que estaríamos ante el resurgimiento de la economía acompañado del declive de la pandemia. Y fue exactamente en este punto cuando irrumpió la foto. ¿Estaba de acuerdo Cristina Kirchner con este reflotamiento de Alberto Fernández? El replanteo de éste como un presidente con más poder que antes ¿estaba pactado con el kirchnerismo duro o se trataba de una aventura unilateral de Alberto? Y, lo más importante, ¿qué es lo que estaba en juego con este tema? Hasta cierto punto, es sabido que CFK prefiere mantenerse con un bajo perfil interrumpido por sus ruidosas apariciones pero que su estrategia de imagen no es la de sobrellevar el día a día de una larga campaña electoral. ¿Podría entonces molestarse Cristina porque Alberto levantara su perfil? No parece. Sí podría inquietarse por un giro hacia Washington en materia de política exterior o por un rápido acuerdo con el FMI, que Máximo Kirchner acaba de cuestionar si es con 10 años de plazo. Pero sobre todo hay un tema que sería indigerible para la vicepresidenta.

La mayor parte de los encuestadores concuerda en que el Frente de Todos ganará en Buenos Aires aun cuando no sume la cantidad de diputados necesarios para alcanzar quorum propio. Lo que Cristina habría visto entonces venir en el protagonismo de AF sería la intención de éste de presentarse en noviembre como el artífice de la victoria oficialista, pese a la gravedad de la crisis económica y a la pandemia. Un Alberto triunfante sería, obviamente, un aspirante a la reelección, algo que no está en los planes del kirchnerismo duro.

Un presidente siempre a la defensiva

La ex presidenta preferiría un presidente cabizbajo y con una imagen deteriorada antes que uno triunfante y con iniciativa propia. Hasta ahora, el éxito del cristinismo fue que el presidente apareciera casi siempre como resignado a aceptar los dictados de su vicepresidente. Este perfil es, sin duda, incompatible con el de un jefe de estado triunfante. La foto le quita hoy volumen político y lo obliga otra vez a colocarse a la defensiva, pasando a depender de la solidaridad de ella y su círculo.

Contra este razonamiento podría decirse que, si fueron amigos de Cristina los que hicieron aparecer la foto, el hecho en sí sería un acto suicida, porque le restaría votos al Frente de Todos. A un mes de la elección, es dudoso que pueda hablarse de un gran efecto electoral de la foto. En todo caso, la pérdida de algunos votos sería un precio a pagar para evitar que Alberto tome vuelo propio y pretenda ser reelecto. Éste dio a entender sus intenciones pocos días atrás, cuando dijo que la segunda mitad de su mandato será muy distinta a la primera, cuando la idea del kirchnerismo duro sería que continúe siendo un mandatario débil, exactamente como hasta ahora.

La oposición en todas sus variantes se aferra a la foto como la mejor herramienta para golpear a un presidente que apenas pudo hilvanar una descolorida disculpa. Ante el imposible intento de iniciar un juicio político, un candidato a diputado de la lista de María Eugenia Vidal, el radical Martín Tetaz, advirtió la obvia realidad de que el acoso a Alberto aproximaría a la toma del poder por Cristina. Él sabe perfectamente que un presidente sin reelección pierde poder aceleradamente en sus últimos dos años de mandato y mucho más si en realidad nunca llegó a asumir del todo.

Carlos Tórtora

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