Y si así fuere, ¿dónde estaría lo reprochable? Es un profesional que ha llegado a un nivel de reconocimiento científico internacional, y dice tener ganas, energía e ideas como para cambiar el descendente andarivel por el que ha transitado (y lo sigue haciendo) la política en nuestro país. Además, Carrió tampoco quiere internas, prefiere seguir con la vieja política de acuerdos (¿en los que no participan los ciudadanos?)

Hay un montón de cosas que la oposición “debe hacer” y otras que debe “evitar”, si es que quiere ganar las elecciones de medio término:

• Unirse, acordando pautas de convivencia duraderas.
• No hacer la plancha, dejándole la iniciativa al oficialismo (ni abandonando el proyecto de “boleta única de papel” para evitar robo de boletas y fraudes varios).
• Designar candidatos atractivos, ya sea por su conducta y/o trayectoria (dejando en claro, puertas adentro, que los padres de la derrota en 2019 podrán seguir siendo fuentes de consulta dentro del espacio pero no tendrán lugares garantizados en las listas).

Lilita es una política sumamente valiosa. La rectitud ha sido una de sus virtudes, y no la ha abandonado nunca, ¿quién lo duda? Pero no le ha ido bien cuando fue candidata a presidente, lo que indica que el electorado confía más en esos valores morales que ella reivindica que en sus condiciones para llevar adelante los cambios estructurales que la Argentina necesita o para pacificar a un país marcado por los desencuentros.

Por eso pienso que sería deseable apoyar, y fomentar el advenimiento a la política de otras caras, que tengan ganas (y las manifiesten) de meterse en el barro, sin importarles “las operaciones que sabemos les estarán esperando a la vuelta de cualquier esquina” en cuánto se observe un crecimiento en su intención de voto en las encuestas.

Juan José de Guzmán

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