Ese es el cuadro de situación que trazó la gobernadora bonaerense electa, María Eugenia Vidal, luego de la reunión que compartió con el mandatario saliente, Daniel Scioli, el miércoles pasado. "Claramente, la provincia no está ordenada ni equilibrada como dijeron todo este año", señaló la dirigente de Cambiemos, antenoche, en una entrevista con el canal Todo Noticias.

Según Vidal, Scioli terminó reconociendo la primera de las urgencias que deberá resolver cuando asuma. "Así se trató en la reunión con el gobernador: no estaban los fondos previstos para pagar sueldos y aguinaldos", indicó. Y agregó que el mandatario "tenía previsto que iba a haber una ayuda del gobierno nacional, además de un endeudamiento", para pagar esos salarios.

Probablemente, Scioli esperaba ganar los comicios nacionales y resolver desde la Presidencia el bache financiero que quedará en la provincia. Ahora, esa ayuda tendrá que venir con la firma de Mauricio Macri.

Es lo único que parece llevar calma al equipo de Vidal, que, de todos modos, habla de "tierra arrasada" cuando describe el panorama que encontraron esta semana, al recorrer distintas dependencias provinciales.

Con todo, Vidal intentó llevar tranquilidad a los empleados bonaerenses. Señaló que está trabajando con el ministro de Economía designado por Macri, Alfonso Prat-Gay, para conseguir el envío de fondos de la Nación y la aprobación de un crédito.

"Más allá de que hubo imprevisión, estamos trabajando con el presidente electo y todo su equipo para resolver el pago de sueldos y aguinaldos y que los empleados cobren como corresponde. Pero que quede claro que los fondos de la provincia no estaban previstos", insistió.

Aunque la más urgente, no fue la única señal de alarma que advirtió la gobernadora electa: agregó un déficit fiscal de por lo menos $ 15.000 millones, el desconocimiento del monto y el atraso real de la deuda con los proveedores del Estado y, de yapa, la incógnita sobre el total de empleados que tiene la provincia.

"El déficit conocido, hasta ahora -porque no hemos tenido acceso al detalle de los números-, es de $ 15.000 millones. Creemos que es más, porque hay una deuda de proveedores que todavía no hemos conocido en profundidad y que seguramente vamos a conocer cuando asumamos el gobierno", dijo.

Sobre la cantidad de empleados públicos bonaerenses, Vidal señaló que el número está "arriba de 600.000", pero que será otra incógnita a resolver el 10 de diciembre, cuando asuma en La Plata. "Es difícil el número... es parte de la tarea que nos espera", indicó.

Ayer, LA NACIÓN se contactó con voceros de Scioli y de la ministra de Economía provincial, Silvina Batakis, para consultarlos por los dichos de Vidal que, en el fondo, llevan a una conclusión: que, durante el año electoral, el sciolismo dispuso la ejecución de los fondos provinciales hasta su fecha de salida de la gobernación, sin resolver el último mes del año. No hubo respuesta.

A medida que se acerca el 10 de diciembre son varias las señales de alerta que empiezan a surgir desde el equipo que acompañará a Vidal en la provincia. La excepción, por ahora, parece ser la dupla que conformaron el ministro de Seguridad, Alejandro Granados, y su sucesor, Cristian Ritondo. Es una buena señal: de ellos dependerá el Operativo Sol para la costa bonaerense.

Credito: La nacion