Se trata de la suspensión -por única vez- de las PASO nacionales, que deberían realizarse el tercer domingo de agosto del año próximo. El motivo central que se esgrimiría sería la necesidad de reducir el gasto público, siendo que las PASO representan un gasto de más de 20.000 millones de pesos. Sergio Massa podría convertirse entonces en el portavoz de la idea que apuntaría a captar el apoyo de la casi totalidad de la opinión pública, siempre enemiga de los grandes gastos de la política.

Pero la verdadera motivación del kirchnerismo sería otra: complicarle seriamente a JxC la definición de su candidatura presidencial. La reñida interna que se vive en la coalición opositora entre Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y la UCR sólo podría canalizarse sin crisis a través de una PASO que movilice a buena parte del electorado. La PASO permitiría entonces evitar una ruptura y potenciaría a JXC para la elección general.

APOSTANDO A LA CRISIS

De prosperar la suspensión que se estudia, las candidaturas deberían definirse a través de las internas de cada partido, con mayores riesgos de que se impongan las definiciones centrífugas. La oposición podría entonces llegar debilitada o fracturada a la primera vuelta.

Los que impulsan el proyecto de suspensión estiman que la misma no afectaría al Frente de Todos, que seguramente hará una PASO con lista única y con el candidato que digite Cristina o con ella misma.

El punto débil del proyecto sería la escasez de tiempo. Está prohibido cambiar la legislación electoral en año de elecciones y restan apenas cuatro meses para fin de año. De decidirse por el proyecto, el gobierno iniciaría una rápida ofensiva en los medios para mostrar que la población apoya la idea.

Carlos Tórtora