6 de diciembre de 2021
El procesamiento de Macri le asegura centralidad para el 2023 | By Carlos Tórtora
Horacio Rodríguez Larreta se pasó toda la campaña electoral tratando de recortar la figuración de Mauricio Macri en la misma. Desde el ángulo del jefe de gobierno, la imagen del ex presidente tiene un importante grado de negatividad y hace que la gente recuerde los fracasos de la gestión de gobierno del PRO.
Macri hizo por su parte lo que pudo para no bajarse del podio y obligó a que los dirigentes del PRO lo apoyaran ante los ataques del gobierno.
Ahora, ya de cara a las presidenciales del 2023, los problemas del protagonismo del ex presidente vuelven a plantearse. El procesamiento de éste por el juez Martín Bava en la causa del espionaje ilegal a los familiares de las víctimas del ARA San Juan reinstala la centralidad de Macri para el 2022/23.Y ni que hablar del volumen que podría adquirir el tema si el fundador del PRO terminara con prisión preventiva. Para colmo, la justicia -y en cierto modo el gobierno- se reserva la otra causa clave contra Macri: el contrabando de material de seguridad a Bolivia durante la crisis institucional de ese país en el 2019.
Las alternativas
En términos generales, la dirigencia del PRO y de la UCR ya acepta como un hecho que la persecución judicial a Macri será un capítulo central de la lucha por el poder que ahora empieza. La estrategia de este último parece ser simple. Él exige que Juntos por el Cambio se solidarice con su situación y aparte quiere tener un rol protagónico como armador de una futura fórmula presidencial que surgiría de una PASO. Y no descarta ser candidato.
El puente que Macri -y Patricia Bullrich- le tendieran a Javier Milei es una herida sangrante en el frente interno opositor. Para el economista liberal, Larreta, los radicales y la Coalición Cívica son “palomas socialdemócratas” afines a las posturas estatistas del kirchnerismo. A partir de ahora, de proseguir el coqueteo con Milei, Macri estaría más cerca del cortocircuito con las palomas de su espacio. Pero está claro que tanto él como Bullrich están obligados a escalar las tensiones para evitar que Larreta, con el poder de la Ciudad, arme un esquema electoral sin los halcones.
A todo esto, la justicia tiene cartas decisivas en esta cuestión. El dictado de una prisión preventiva en su contra movilizaría al espectro opositor a su favor y hasta lo haría más presidenciable. En cambio, si se atenúa la persecución judicial, Larreta tendría más margen para arrinconar al macrismo ortodoxo.
Carlos Tórtora