4 de octubre de 2020
Trump, Ayuso y la enfermedad del Poder By Germán Gorraiz López
“La pasión de dominar es la más terrible de todas las enfermedades del espíritu humano” (Voltaire)
La personalidad de Donald Trump encajaría plenamente en la descripción médica del trastorno conocido como psicosis paranoica pues su pensamiento es rígido e incorregible: no tiene en cuenta las razones contrarias, sólo recoge datos o signos que le confirmen el prejuicio para convertirlo en convicción y aunque esté aquejado de dicho trastorno delirante sería bastante funcional y no tiende a mostrar un comportamiento extraño excepto como resultado directo de la idea delirante.
La paranoia de Trump se habría agravado al verse afectado por el llamado “sindrome de hydris” citado por el médico y político inglés David Owen en su obra “The Hybris Syndrome: Busch, Blair ant the Intoxication of Power”. Dicho término procede de la palabra griega “hybris” que significa desmesura y que tendría su paradigma en el intento de aplicar la Ley de Insurrección que conllevaría la utilización del Ejército .Ello se enmarcaría en su nuevo lema electoral para las Presidenciales de Noviembre (“The President of Law and Order”) que llevaría implícito el deseo de Trump de convertirse en un autócrata , haciendo realidad las proféticas palabras del Padre Fundador James Madison, quien en el número 47 del ensayo del Federalista, expresó que “la acumulación de todos los poderes, legislativo, ejecutivo, y judicial, en las mismas manos y si es hereditaria, autonombrada, o electiva, se puede equiparar a la misma definición de la tiranía”.
Sin embargo, los últimos sondeos de opinión manifiestan un repudio mayoritario de la sociedad estadounidense ante la gestión de Donald Trump de la pandemia del COVID-19 y una preocupante caída de su popularidad en vísperas de las Elecciones Presidenciales que se verá agudizada tras el contagio de Trump por coronavirus, por lo que el establishment le habría dado ya por amortizado y se volcará en la elección de Joe Biden en las Presidenciales de Noviembre.
Por su parte, Díaz Ayuso desde su atalaya de la Puerta del Sol en Madrid, se habría convertido en el vivo reflejo de la incongruencia trumpiana que consigue desarbolar cualquier estrategia opositora que sea mínimamente racional. Así, como en el caso de Trump, sus controvertidas decisiones y manifestaciones nos permiten aventurar que nos encontramos ante un caso típico de paranoia megalómana, “entendido como delirio de grandeza que provoca que el individuo se crea dotado de un talento y un poder extraordinarios debido a que las deidades le han elegido para una alta misión” (descabalgar a Pedro Sánchez del Poder ). Otro rasgo de la personalidad de Ayuso sería el histrionismo que le impele a llamar la atención pública y ser temerario en sus afirmaciones sin importarle la opinión de los demás debido a su evidente falta de moralidad así como la tentación de perjudicar la vida de los demás (léase los menús infantiles de Telepizza).
La personalidad de Ayuso explicaría su frivolización de la segunda ola de la pandemia en Madrid y la consecuente falta de adopción de medidas profilácticas para evitarlo, quedando la sanidad pública madrileña inerme ante la agudización de la segunda ola que alcanzará su punto álgido en los próximos meses. Sin embargo, la presentación por Ayuso de un recurso ante la Audiencia Nacional para paralizar el cierre perimetral de Madrid ordenado por el Ministerio de Sanidad, provocará la desafección de su vicepresidente Aguado y la presentación de una Moción de censura contra Ayuso que escenificará la constitución de un Gobierno de Coalición PSOE-Ciudadanos que contaría con el apoyo externo de Más Madrid e Unidas Podemos.
Germán Gorraiz López
Analista