Su titular Monseñor Ariel Torrado Mosconi convocó a los legisladores de la cuarta sección electoral, para reflexionar sobre el alcance de los 200 años de la Declaración de la Independencia.  Al respecto les hizo entrega del documento del Episcopado, denominado ‘El Bicentenario, tiempo para el encuentro fraterno de los argentinos’.

Ese mensaje les fue explicado a los visitantes por Monseñor Daniel Camagno, que junto al párroco de la iglesia Catedral, Guillermo Gómez, acompañaron al Obispo.

Asistieron el Presidente del Bloque Cambiemos, Jorge Silvestre, el titular de la Comisión de Producción y Comercio Interior, Javier Mignaquy de Gral Viamonte, Rocío Giaccone de Junín, Avelino Zurro de Pehuajó, Fabio Britos, de Chivilcoy, Leonel Zacca de Alberti en representación del senador Norberto Garcia y el senador Gustavo de Pietro de Alberti. No concurrieron, ausente con aviso, Mauricio Vivani de Nueve de Julio (viajó al Foro de Intendentes de Cambiemos en Vicente López acompañando a Mariano Barroso) su pares, Vanesa Zuccari, de Lincoln, y Mauricio Barrientos de Chacabuco; y la senadora Malena Baro de Junín.

El sacerdote puso la mesa y les habló sobre la hora particular que se vive en la sociedad y que gravita en cada familia y sus integrantes. Juntó lo que los políticos no se animan o no pueden.  A reunirse, per se,  en un espacio común y conversar sin fricciones, de manera franca, directa y sin mezquindades, sobre las necesidades de sus representados y buscar los puntos de coincidencias para bien de cada bonaerense, en definitiva de cada connacional.

Para que esos puntos de acuerdo se fortalezcan, Monseñor Ariel Torrado Mosconi les propuso firmar un ‘Acta compromiso ante la conmemoración del bicentenario. Todos lo hicieron y se conmovieron. Fueron contestes en la necesidad de buscar coincidencias y dejar fricciones y distancias y comenzar a transitar un camino de acercamientos.  En lo sucesivo, será el propio Obispo el facilitador de esas mediaciones y va por más. Se convocará a los 14 Intendentes de la región y actores sociales capaces de comenzar a transitar un camino de unidad y concordia, no mirando los próximos doscientos años. Mirando con inmediatez la resolución, con obras concretas, de luchar contra la pobreza y que haya inclusiones; combatir el narcotráfico y trabajar en la prevención de las adicciones; impulsar la educación integral, promover el acceso universal a la salud y al agua potable como parte de esa vida sana; alentar el empleo que dignifica al ser humano, erradicar la trata de personas y proteger la vida, promover el cuidado del ambiente, trabajar por la cultura del encuentro y luchar contra la corrupción y la impunidad.

El desafío no es poco, pero motivará a los dirigentes presentes y transmisores en sus espacios de dejar de lado otras agendas no tan urgentes como las referidas.