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6 de enero de 2014

La historia de los mellizos Escalé, que corren el Rally Dakar 2014 gracias a Nasser Al-Attiyah

Los españoles soñaban con largar juntos en el Dakar. Un auspiciante se bajó a último momento y uno debía quedarse afuera. La madre hizo un sorteo para definir quién viajaba. Al final, el qatarí Nasser Al-Attiyah puso el dinero necesario.

Cuando dos hermanos están enfrentados, hay decisiones que sólo una madre puede tomar. Eso fue lo que le ocurrió a la española Rosa Peláez cuando días atrás debió decidir cuál de sus hijos viajaría para competir en el Rally Dakar 2014 y cuál se quedaría afuera de la carrera.

Los hermanos Oriol y Gilbert Escalé se criaron arriba de una moto y su sueño siempre fue participar del Dakar. Pero a pocos días del inicio de la competencia, se cayó uno de los principales sponsors de los mellizos yapenas había dinero para que compita uno de ellos.

Como ambos tenían pergaminos similares, desde el equipo Suzuky Rally les dijeron que decidan ellos quién iba a viajar. Al que se quedara afuera le ofrecían la posibilidad de ir como acompañante para hacer la asistencia en los vivacs.

“Pasaban los días y no nos poníamos de acuerdo. ‘Voy yo, decíamos ambos’”, contó Gilbert. “Hasta que mi madre dijo: ‘Basta’. Agarró un papel, lo partió en dos y puso nuestros dos nombres. Se hizo el sorteo y perdí”, agregó.

“Pasaban los días y no nos poníamos de acuerdo: hasta que nuestra madre dijo 'basta'. Entonces, agarró un papel lo partió y puso nuestros nombres", cuentan los hermanos Escalé.

Con toda la rabia del mundo, el perdedor se bancó el destino del azar y cuando su amargura llegaba a un punto extremo recibió un llamado que le devolvió el alma al cuerpo: el príncipe qatarí Nasser Al-Attiyah se enteró del conflicto a través de su copiloto (el catalán Lucas Cruz) y se comunicó telefónicamente con ellos.

Según relatan los hermanos, el diálogo fue más o menos así: “¿Cuánto dinero les está faltando? Yo se los doy, pero lo único que les pido es que corran con ropa de Qatar y una publicidad de la empresa telefónica de mi país”.

Oriol, que había ganado el sorteo y guardó de recuerdo ese papelito, contó cómo vivió esa situación: “Por falta de presupuesto sólo podía ir uno. Yo fui el afortunado y mi hermano estaba muy cabreado, pero por suerte Nasser pudo devolverle la alegría”.

“Gracias al príncipe, que es un señor con todas las letras, pudimos venir los dos para correr. Ahora las expectativas están puestas en poder terminar ambos este Dakar”, agregó luego.

Y el objetivo de llegar a Valparaíso el 18 de enero no parece ser nada fácil: el comienzo del Dakar ya les mostró un panorama de lo que se les viene.Gilbert se cayó y tuvo problemas mecánicos con su moto, por lo que su hermano debió remolcarlo y ambos quedaron muy rezagados.

Oriol se retrasó muchísimo por ayudar a su hermano y quedó a 2h54m7s del actual líder, el también español Joan Barreda, que corre con Honda y en la primera etapa empleó 2h25m31s, aunque hay que sumarle una hora porque fue recargado. Gilbert, con problemas mecánicos, y quedó a 6h05m54s del puntero, luego de la primera etapa.

Un encuentro especial. Apenas llegaron a Rosario los mellizos Oriol y Gilbert pudieron conocer a Al-Attiyah y agradecerles el gesto: “Es un príncipe de pie a cabeza, muy buena persona. Además, ayudó a otros pilotos. Poder culminar la carrera ya sería un gran éxito para nosotros”, contó Gilbert antes de la largada simbólica al pie del Monumento a la Bandera.

En un breve diálogo con este diario, el príncipe manifestó su alegría por ver a ambos compitiendo: “Es bueno que estén aquí, al igual que otros pilotos a los que pude ayudar. Ojalá tengan una hermosa experiencia”.

La generosidad del piloto ya no sorprende a los “dakarianos”: entre otros gestos que tuvo, en 2011 observó en un vivac a dos chilenos con la bandera de Qatar y los invitó a conocer su país.

Si bien el arranque de este domingo no fue el soñado para los Escalé, sus pergaminos le dan esperanzas de poder mejorar: en el último campeonato del mundo para menores de 25 años, Oriol terminó primero y su hermano fue segundo. Además de ser grandes pilotos, ambos están estudiando para ser licenciados en economía.

Aunque no son futboleros, admiten su simpatía por el rosarino Lionel Messi y Barcelona, pero aclaran: “Por sobre toda las cosas nos gusta el deporte motor. Y antes de cerrar la nota queremos dejarle un saludo a nuestra madre”.

Rosa, a la distancia, sufre y alienta a ambos. Pero en el fondo, disfruta de que ambos pudieron cumplir su sueño: correr el Rally Dakar, la competencia de aventura más peligrosa y extensa del mundo.

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