El martes pasado el gobierno levantó la prohibición a la exportación de carne vacuna. Una medida tomada por Alberto Fernández, que después de 30 días dejó un sinnúmero de dudas y contradicciones. Por ejemplo, por un lado propone un plan ganadero para aumentar la producción en un 50%, pero paralelamente impone restricciones a la exportación y una política de revisión constante de los precios cárnicos en el mercado doméstico.

Esta contradicción recibió fuertes críticas por parte de productores, de las gremiales del campo y hasta de las entidades vinculadas a los matarifes y abastecedoras de carne. Hay que tener en cuenta que los ganaderos sufren la caída del precio de las vacas de conserva y los matarifes advierten que la carne barata no llegará a los consumidores con menor poder adquisitivo. Por otro lado, faltan más precisiones sobre la manera que se aplicará el recorte obligatorio del 50% en las exportaciones de carne vacuna.

Durante 2021 se esperaba que la ganadería comenzara a mejorar su productividad de la mano de los buenos precios, concretando inversiones en pasturas e infraestructura, que apuntaran a más terneros por vaca y a animales más pesados. Pero las restricciones a la exportación y el monitoreo de precios de la carne que se anunció derrumbaron esa expectativa.

También hay que mencionar la desazón que genera en los productores que el presidente hace 15 días haya dicho que “No tiene sentido tener tierras improductivas cuando alguien necesita un terreno”. Hay que recordar que solo un par de días después de esos dichos se dieron tres casos de usurpaciones simultáneas de campos de la zona de Reconquista, provincia de Santa Fe. Esos dichos provocaron que, sin mediar eufemismos ni sutilezas, desde Federación Agraria Argentina indicaran que “el presidente habla sin saber”.

La sequía que azotó gran parte de la pampa húmeda es otro dato no menor. El impacto de la falta de lluvias en gran parte de la zona núcleo argentina quedó un tanto desdibujada por los buenos rindes de otras zonas. Pero existió y fue tan fuerte que en regiones de alta productividad, por ejemplo, la región noreste de Buenos Aires dejó a los productores casi en estado de quebranto. Otra provincia que resultó muy afectada es Entre Ríos, allí los rindes de la soja cayeron un 60%. También se afectaron los rindes del centro norte de Santa Fe y el norte de Córdoba.

En este marco de situación, los productores agropecuarios de todo el país preparan la mayor protesta desde el 2008 a la fecha. El día elegido es el próximo viernes 9 de Julio en la Autopista de la RN 9 en la ciudad de San Nicolás

Hasta ese lugar se dirigirán caravanas de vehículos y productores de distintos lugares del país. Las consignas de la movilización incluyen no solo a los productores de alimentos, sino también a comerciantes, industriales, empresarios de distintos rubros y ciudadanos comunes.

La consigna principal es en reclamo de medidas que alienten la producción y el trabajo. En el escrito convocante se hace hincapié en que “Si el gobierno argentino no da un giro de 180 grados en su política fiscal y económica, miles de pequeñas y medianas empresas se sumarán a las que cerraron, y millones de argentinos engrosarán el número de desempleados”.

Los convocantes también explican que, si bien la protesta está motorizada por el sector agro productivo, “No es una marcha por el campo, sino por todos los argentinos honestos y trabajadores que aspiran a algo más que vivir de la limosna del Estado”.

Finalmente indicar que ayer la plataforma AmplificAGRO, mediante una encuesta a 465 responsables de decisiones en empresas y establecimientos agropecuarios pequeños, medianos y grandes divulgó que el 60,2% de los productores consultados ve cerca un conflicto como el de la resolución 125.

Credito JOSÉ LUIS AMADO