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5 de marzo de 2021

DESDE 1907 Ley del "lobizón", o por qué Alberto Fernández tiene una nueva ahijada

¿Escuchaste el dicho de que la séptima hija mujer en una descendencia de mujeres es bruja? Alberto Fernández tiene nueva ahijada y es séptima hija.

Según la creencia popular si en una familia nacían 7 hijos varones seguidos, el último se convertiría en un lobizón u hombre lobo; de la misma forma si se trataba de 7 hijas mujeres, la última sería una bruja. La única forma de escapar a la maldición implicaba el padrinazgo imperial, un Zar del Imperio Ruso -porque de ahí viene la historia- se convertiría en padrino de la criatura. En Argentina no hay Zares ni imperio, pero sí una ley vigente desde 1974, basada en una costumbre de hecho en el país, que garantiza que quien ocupe la presidencia debe apadrinar a los séptimos hijos y las séptimas hijas de las familias. Y es por esto que ayer Alberto Fernández se convirtió en padrino de Lucía Arévalos Soraiz.

La ley 20.843 de padrinazgo presidencial garantiza el padrinazgo del Presidente o Presidenta de la Nación en funciones en ese momento, del nacimiento del séptimo hijo varón o la séptima hija mujer de una descendencia del mismo sexo biológico. Se la conoce más popularmente como "ley del lobizón" porque nace de esta popular creencia. Y, a pesar de tener larga data, aún continúa en actividad.

En la Rusia de Catalina la Grande era una tradición -o una salvación- que se le otorgue el padrinazgo imperial al séptimo hijo varón de cualquier familia ya que, se creía, sería hombre lobo. Como el 8 de octubre de 1907 nació en Argentina, más específicamente en Coronel Pringles, el séptimo hijo varón de una familia de inmigrantes ruso-alemanes del Volga, la familia se encontró con que acá no había Zar que librara la maldición. Entonces solicitó al entonces presidente Figueroa Alcorta su padrinazgo. El presidente aceptó el encargue y la práctica se hizo tan popular que se volvió una tradición en el país.

Más adelante, por un decreto de María Estela Martínez de Perón en 1974, la tradición se convirtió en ley, y además se incorporó a las séptimas hijas mujeres. La Ley Nº 20.843 manifiesta que se aplica al «séptimo hijo del mismo sexo, varón o mujer, sin límite de edad y que estén cursando sus estudios en cualquiera de los niveles del sistema educativo nacional en establecimientos oficiales (públicos o privados)».

La ley sigue en vigencia hasta nuestros días aunque claramente tiene algunas modificaciones. Quizás la más importante es que hoy aplica para cualquier séptimo hijo/séptima hija sin distinción de sexo o género.

Y es por eso que el presidente Alberto Fernández se convirtió ayer en padrino de Lucía Arévalos Soraiz, que es séptima hija, y compartió el momento en sus redes sociales.

 

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