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25 de junio de 2020

Escuela pospandemia: cómo funcionan las "aulas burbuja" que propone el Ministerio de Educación para volver a clases

El Ministerio de Educación presentó este miércoles el protocolo que se implementará para la vuelta a clases, a partir de agosto, en las escuelas de todo el país. El mismo fue elaborado en conjunto con un comité de expertos en salud, los sindicatos docentes y con el Consejo Federal de Educación, en representación de las 24 provincias. Las claves: aulas "burbuja" y tapabocas obligatorio.

La presentación se realizó mediante una videoconferencia desde el Palacio Sarmiento y decidieron hacerla en junio para darle tiempo a las instituciones a que puedan adaptarse a los nuevos requerimientos. "Los protocolos son cumplibles para la realidad argentina", remarcó el ministro de Educación Nicolás Trotta.

 

Entre las medidas de prevención que formarán parte de esta "nueva normalidad" se habló de grupos reducidos, jornadas de menos horas en función de la división por de alumnos por grupos; de ingresos y egresos escalonados; y de una infraestructura que garantice condiciones de seguridad e higiene.

Un punto que llamó la atención es que el Ministerio propuso un modelo de "aula burbuja", que consiste en grupos de ocho alumnos dispuestos a los lados del aula, el docente en el centro; o con los estudiantes sentados en zig zag hacia los costados y el maestro en uno de los extremos. Lo que cambia es la disposición tradicional de los bancos y la cantidad de personas en las salas.

En diálogo con Arriba Argentinos (eltreceNicolás Trotta detalló: "El trabajo en burbuja es un modelo vinculado al distanciamiento social, que consiste en aglutinar a los alumnos en grupos de tres o cuatro estudiantes en distintos espacios del aula, sosteniendo entre ellos una distancia. Esto permite que en el caso de que haya un caso sospechoso, poder aislar rápidamente no solo el aula, sino en particular esa burbuja".

Pese a que se habló de grupos de ocho estudiantes, podrían ser más en función del espacio físico de cada aula. Lo importante es que haya una distancia mínima de un metro y medio entre uno y otro, si están sentados la idea es que ese espacio alcance los dos metros. "En el caso de que la infraestructura no lo permita, va a ser más tradicional esa disposición, siempre sosteniendo la distancia entre estudiantes", remarcó el ministro.

Tanto los alumnos como los docentes deberán usar tapabocas y no podrán sacárselo durante toda la jornada.

A su vez, las instituciones tendrán que disponer de insumos necesarios de higiene, tanto a nivel infraestructura, como el acceso al agua potable y desagües cloacales, cuanto a nivel aseo personal, como jabón, toallas descartables, y cestos de basura. De lo contrario, no podrán recibir a los alumnos cuando se decida habilitar las clases presenciales.

Antes del regreso a las aulas, el personal docente y no docente recibirá una capacitación en medidas sanitarias y de higiene, relacionadas a la pandemia de coronavirus, y también se les pedirá a las familias que acompañen este proceso para que los alumnos lleguen preparados.

No se autorizarán las reuniones ni eventos y se deberá efectuar una ventilación constante de las instalaciones.

Este protocolo fue elaborado en diálogo continuo y consenso con los sindicatos docentes, especialistas, infectólogos y funcionarios de otros ministerios, y será presentado la semana próxima en el Consejo Federal de Educación para su aprobación.

"Son más de 80 profesionales especialistas que nos permiten desarrollar este trabajo que recoge, por un lado, las mejores experiencias de los países que ya han regresado a las aulas y la experiencia construida en la Argentina en los últimos meses en lo que ha sido protocolo para volver a las distintas áreas de trabajo", detalló Trotta, y aseguró que el objetivo de su cartera es preservar la salud de toda la comunidad educativa.

En el protocolo se detallan las medidas básicas que deberán cumplirse en forma obligatoria en cada establecimiento. Sin embargo, cada provincia decidirá cómo aplicarlas en función de sus propias modalidades y características de su población escolar.

Por ejemplo, deberán establecer su propio protocolo de ingreso y egreso escalonado de alumnos, según las características del edificio; también los tiempos y la frecuencia de los recreos, para que puedan garantizar el distanciamiento social.

"En estos protocolos básicos agregamos que no puede haber superposición de grados en los recreos y algunos chicos de un grupo saldrán primero y otros se quedarán en el aula", explicó Golombek y Trotta agregó: "Los recreos serán distintos, los niños van a tener que crear nuevas maneras de vincularse o pensarse, nuevos juegos y espacios de encuentros distintos a los que había en marzo".

En relación a los comedores escolares, Golombek explicó que, por el momento, van a continuar por un tiempo con la entrega de bolsones de comida a las familias y, después, "hay que tomar todas las medidas de seguridad necesarias para que los chicos que van a comer a la escuela lo puedan hacer".

Teniendo en cuenta que los chicos regresarán a las aulas en un contexto en el que el país todavía no le ganó a la pandemia, podría llegar a detectarse un caso positivo de coronavirus en una escuela. Y, según el protocolo, deberá cerrarse el establecimiento por un día hasta desinfectar, y los alumnos seguirán teniendo clases pero a distancia.

"Creemos que podemos iniciar las clases en agosto en gran parte de las provincias, salvo el Área Metropolitana de Buenos Aires, el Gran Resistencia, por eso en estas cuatro o cinco semanas que nos quedan debemos trabajar en forma ardua para preparar a las escuelas, docentes y no docentes con estos protocolos y recomendaciones", explicó Trotta en diálogo con Arriba Argentinos.

Por el momento, solo podrán volver a las aulas los estudiantes de las provincias que se encuentren en fase 5 o etapa de Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (DISPO). Aunque el ministro destacó que "la decisión final la va a tener cada Gobernador o rector en el caso de una universidad".

Tal como se había hablado anteriormente, se le dará prioridad a los cursos más críticos, como quinto o sexto año, en el caso del secundario, y sexto o séptimo grado del primario. En relación a los que están cursando el proceso de alfabetización, como primer grado o preescolar, Trotta explicó: "Estamos trabajando en los protocolos para la educación inicial y en el primer tramo del primario, y educación especial, donde sostener el distanciamiento social es muy complejo".

El funcionario aseguró que "se están terminando esos protocolos". Y remarcó que la presentación de este miércoles "es más para la primaria, secundaria y educación superior".

La deserción escolar es una de las mayores preocupaciones de la cartera de Educación en esta pospandemia, por eso, el ministro adelantó: "Unas semanas antes de iniciar las clases presenciales vamos a lanzar un programa junto a las autoridades de cada provincia y de cada municipio para ir en búsqueda de aquellos chicos que no vuelvan a la escuela".

"Nos queda saber cómo vamos a encarar el proyectado desgranamiento de nuestro sistema educativo no solo a partir de la pandemia sino de todas sus consecuencias", destacó el funcionario.

 

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