Jueves 28 de Marzo de 2024

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4 de noviembre de 2017

A medio siglo de una epopeya futbolística por Hernán Andrés Kruse

Este sábado se cumple medio siglo de una epopeya futbolística. En el mítico estadio Centenario de Montevideo, Racing se coronó campeón intercontinental al vencer 1 a 0 al Celtic de Glagow (Escocia)

 Fue el broche de oro de un increíble proceso que comenzó dos años antes. En efecto, en septiembre de 1965 Racing andaba a la deriva. Fue entonces cuando se hizo cargo de la dirección técnica Juan José Pizzuti, una gloria de la Academia. En poco tiempo supo acomodar a los jugadores en el campo de juego y con algunas incorporaciones de renombre, como Humberto Maschio, surgió uno de los mejores equipos de la historia del fútbol argentino. El aporte de Pizzuti fue tan extraordinario que luego de hacerse cargo del equipo, logró que Racing estuviera 39 partidos invicto, record que recién fue superado por el Boca de Carlos Bianchi en 1999. El campeonato obtenido en 1966 indica que el equipo de José disputó 38 partidos, de los cuales ganó 24, empató 13 y perdió sólo un encuentro (frente a River en el Monumental). Su poder ofensivo era notable (70 goles) y su defensa era granítica (recibió sólo 24 goles). Ese Racing contaba con jugadores de gran temple y técnica: Roberto Perfumo, Alfio Basile, Agustín Cejas, el Panadero Díaz, Nelson Chabay, Oscar Martín (capitán), Juan Carlos Rulli, Joao Cardoso, Humberto Maschio, Juan Carlos Cárdenas, Juan José Rodríguez, Norberto Raffo y otros más. El título obtenido en 1966 le permitió participar en la copa Libertadores de 1967. El equipo de José jugó al principio contra River (subcampeón de la edición anterior), Independiente Santa Fe, Bolívar, Independiente Medellín y 31 de Octubre. De los 10 partidos jugados ganó 8, empató 1 y perdió el restante, clasificándose primero con 29 goles a favor y 7 en contra. En la segunda fase jugó contra Universitario (la base de la selección peruana), Colo Colo y nuevamente River Plate. Obtuvo el primer lugar (junto con el equipo incaico) luego de disputar 6 encuentros, de los cuales ganó 4, empató 1 y perdió el restante. En consecuencia, el equipo de José se vio obligado a jugar un partido de desempate en Santiago de Chile frente a Universitario para definir a uno de los finalistas del certamen. El triunfo le correspondió a Racing (2 a 1). Esa victoria le permitió disputar la final contra el poderoso y aguerrido equipo de Nacional de Montevideo. Fue tanta la paridad (los encuentros de ida y vuelta terminaron 0 a 0) que hubo necesidad de un desempate. Más que partidos de fútbol se trató de verdaderos combates que contaron con la permisividad de los árbitros. Fueron verdaderos duelos de guapos en los que sobresalieron Roberto Perfumo, Alfio Basile, el Peta Ubiñas y Cococho Álvarez. Quiso el destino que nuevamente fuera el estadio chileno el escenario del partido definitorio, del encuentro que terminó consagrando campeón a Racing (2 a 1, goles de Cardoso y Raffo). El sueño se había hecho realidad: el equipo de José se había ganado el derecho de disputar la copa intercontinental contra el campeón europeo, el Celtic escocés. El encuentro de ida se disputó en el Hampden Park de Glasgow el 18 de octubre, siendo ganador el local por 1 a 0. La revancha tuvo lugar el 1 de noviembre en el Cilindro forzando Racing (ganó 2 a 1) un tercer partido. El último duelo tuvo lugar el sábado 4 de noviembre en el Centenario. En una final que fue una batalla campal (hubo 5 expulsados) el equipo de José se coronó campeón intercontinental al vencer por 1 a 0 con el inolvidable golazo del Chango Cárdenas a los 11 minutos del segundo tiempo. Los once gladiadores que salieron al campo de juego fueron Agustín Cejas, Oscar Martín, Roberto Perfumo, Alfio Basile, Nelson Chabay, Joao Cardoso, Juan Carlos Rulli, Humberto Maschio, Juan José Rodríguez, Juan Carlos Cárdenas y Norberto Raffo. Era la primera vez que un equipo argentino se coronaba campeón mundial. A partir de ese momento Racing pasó a ser el primer grande.

El 1 de diciembre de 2001, Página/12 publicó un artículo de José Pablo Feinmann titulado “Otra vez el gol de Cárdenas”. Escribió el autor: “Corre el año 1951 y se juega la final del campeonato de fútbol. Por un lado, Banfield, el equipo chico que se abrió paso hasta las alturas y está en el corazón de todos, porque todos quieren el triunfo de los débiles cuando se enfrentan con los poderosos. Frente a Banfield, Racing, el poderoso, que ya ganó varios campeonatos al hilo, que es el equipo del Poder, del peronismo de la abundancia y, sobre todo, el equipo del ministro de Hacienda, Ramón Cereijo, hombre fuerte del régimen que, se dice, le ha hecho su hermoso estadio y hará todo para que Racing gane esa final, devorándose al pequeño insolente, a esos aguerridos banfileños que se le atreven al Goliath peronista” (…) “Hay, no obstante, en el peronismo, alguien que quiere el triunfo de Banfield. No era Perón, que seguramente andaría en otra cosa, sino Evita, que quería el triunfo de Banfield porque, precisamente, era el débil, era el chico, era, cómo no, el pobre, el grasita, lo más parecido a esos descamisados, a esos desheredados nacidos para perder que Evita tanto quería. Le ordenó a Cereijo que Racing perdiera. Pero-el fútbol es así: se ama lo que se ama hasta los extremos de la traición-Cereijo, soterradamente, se rebela, ve a los jugadores de Racing y les ofrece una desbocada cantidad de premios (sobre todo automóviles) si ganan, si doblegan la soberbia banfileña. Así las cosas, se juega el esperado partido. Y todo va parejo, peleado, difícil, hasta que Mario Boyé, el fenomenal goleador de Racing, se lanza por la margen derecha del field y, acaso desde un ángulo imposible, o, al menos, muy difícil, saca un bombazo que entra por el palo del arquero Graneros, formidable atajador, tipo de los tres palos, que vuela, manotea, pero nada, la pelota estaba destinada al “rincón de las ánimas” y entró, y Banfield no coronó su sueño, pero sí Racing y Cereijo y la Argentina peronista” (…) “Pasaron los años. En 1966, el equipo humilde era Racing. Lo había hecho “con nada” el entrenador José Pizzutti. Había juntado a perdedores como el Yaya Rodríguez, a veteranos como Maschio, a irregulares como el Panadero Díaz, a irrecuperables como Martín y a jóvenes prometedores como Perfumo y Cejas, que se habían lucido en un juvenil en Tokio. Al equipo se lo nombra con el nombre de su entrenador, a quien se le atribuyen los grandes méritos de ese equipo-hazaña” (…) “Al año siguiente, Racing juega la Copa Libertadores de América y se corona campeón derrotando en Chile a Nacional de Montevideo con gol del Cabezón Raffo. Y luego enfrenta por la final del mundo al Celtic, de Glasgow, equipo del que era hincha nada menos que James Bond, o sea, Sean Connery. La final se juega en Montevideo. En cierto momento, el chango Cárdenas se va desplazando por la izquierda, cerca de la mitad del campo, y le llega una pelota a media altura, justo para la zurda. El maestro Maschio, que armaba el equipo en la cancha, le grita: “¡tirá al arco!”. Y Cárdenas le pega con la zurda y la pelota empieza a volar. Sigue, sigue y entra en el ángulo derecho del arquero escocés, que vuela (no tan bien como Graneros), pero sólo para la foto, sólo para que el gol se viera más lindo, porque los goles son más lindos cuando vemos a los arqueros volando como palomas elegantes, pero impotentes, decorativas” (…) Era increíble, pero cierto. ¡Era gol! El Chango Cárdenas había metido el zapatazo desde media cancha, la pelota había entrado y Racing era campeón del mundo. El primer campeón del mundo de la Argentina” (…) “Luego, el país y Racing empezaron a vivir tiempos difíciles. Los tiempos del país fueron aún más difíciles que los de Racing. Difíciles y hasta trágicos. Tanto, que algunos (lo confieso; yo, entre ellos) nos olvidamos de Racing. Dejamos de “ser de Racing”. Ya era bastante tragedia “ser argentino” como para, además, “ser de Racing”. Y en los ´90 surgió una leyenda formidable. Era así: durante muchos años, el gol de Cárdenas se pasaba por la tele en la apertura de los programas deportivos. O sea, todos llegaron a ver el gol de Cárdenas. La pelota que vuela, vuela y se mete en el ángulo imposible, golazo de media cancha. De pronto, el gol deja de pasarse. Y uno se preguntaba: “¿Por qué no pasan más el gol de Cárdenas?”. Y alguien le decía: “Porque ahora lo erra”. El destino de la Argentina se unió al del gol de Cárdenas: tan mal nos iba, tanto nos habíamos venido abajo, tan honda era nuestra decadencia que ya no nos pasaban el gol de Cárdenas porque ahora…salía por sobre el travesaño, afuera, desviado. Desviado como el destino del país” (…) “Apareció, de este modo, un tipo de argentino doblemente sufrido: el que añadía, a su condición de argentino, la otra, la lacerante condición de hincha de Racing. ¡Treinta y cinco años sin salir campeón!” (…) “Porque usted tiene por delante, como todo argentino, dos posibilidades. Una, lo hará feliz. La otra, como siempre, desdichado. Primera posibilidad: ¡Racing salió campeón otra vez, carajo! El gol de Cárdenas volvió a entrar. Ya no se va sobre el travesaño sino que ahora, como antes, injuria poderosamente la red del adversario” (…) “Además, con Racing, milagrosamente, volvió el peronismo y-según nadie olvida-“los días felices de la patria fueron y serán peronistas”. El espíritu ganador de Racing se ve en Rodríguez Saá, que es un fenómeno hiperkinético, un político que se las sabe todas, que está vivo y no dormido como el gilastro que supimos echar a patadas” (…) “Segunda posibilidad: no me jodan, dice usted. Racing salió campeón porque el fútbol es pura guita, puro negocio y ahora quieren privatizarlo, y como a Racing ya lo tienen gerenciado, conviene que salga campeón para privatizar a todos los demás. Pura guita, insiste usted. Y en cuanto a este loquito, a este puntano que se ríe todavía más que Perón, ¿a quién le ganó? Estaba cantado que la deuda podía no pagarse. Y encima va a la CGT y se pone a cantar la marchita esa con todos los caciques del sindicalismo” (…) “Tá bien, De la Rúa era un plomazo inaguantable, pero ¿otra vez el peronismo? ‘’¿¿Otra vez Racing?? ¿Otra vez el gol de Cárdenas? Un consejo: elija la primera posibilidad. Le va a ayudar a pasar mejor el fin de año y brindar por algo. Total, la esperanza nunca dura mucho en la Argentina. Usela esta vez. Beba su sidra, como su pan dulce y muéstrele a los suyos su mejor sonrisa. Y luego, a medianoche, levante su copa y diga su brindis a toda voz. Diga: “¡Por el regreso del gol de Cárdenas!”. Pero esta vez lo hacemos todos: esta vez la metemos todos en el ángulo imposible”.

José Pablo Feinmann publicó el 16 de agosto de 2015 en Página/12 un artículo (“¡Agustín! ¡Agustín! ¡Agustín!”) en homenaje a ese gran arquero que fue Agustín Mario Cejas. Escribió el autor: “Vamos a decirlo ya: entre muchos otros, que sería largo enumerar, hubo tres grandes arqueros en el fútbol argentino. Carrizo, Cejas, Fillol. Fueron tan grandes que ninguno tuvo la suerte que merecía” (…) “Y Cejas no pudo jugar el que seguramente iba a ser su Mundial. El de 1970, en México. Largamente se venía discutiendo sobre quién sería “el arquero del ´70” (…) “En una jornada triste de agosto de 1969, en la Bombonera boquense, elegida porque ahí el rugido de las tribunas se amplificaba atemorizando a los rivales y exaltando a los propios, Argentina empató 2 a 2 con Perú y se quedó fuera del Mundial. Agustín atajó como un león. Sacó pelotas durante los 90 minutos. Pero Cachito Ramírez lo derrotó dos veces. En buena ley. En el primer gol logró eludir la tapada, siempre infalible, de Agustín y en el segundo lo quemó, solo, a pocos metros. Agustín voló hacia su derecha, con toda su alma voló, con todos sus reflejos, tocó la pelota, la detuvo pero no del todo, ella siguió su carrera lenta pero fatal y, cuando parecía que no entraba, entró apenas junto al poste derecho. No hubo un solo jugador argentino para darle una caricia, sólo eso, y mandarla al corner. Ahí, Cejas perdió la oportunidad de su vida: ser el arquero de la Selección Argentina en el Mundial de Pelé, el del ´70. Perfumo, en El Gráfico, declaró: “En este Mundial vamos a ver muchas cosas. Muchos de esos delanteros que tanto necesitamos. Pero no vamos a ver a un arquero como Cejas” (…) “Si hubiera jugado el del ´70 habría pasado a la historia grande del fútbol mundial. Ni siquiera el inglés Banks, que en ese Mundial le sacó a Pelé un increíble frentazo esquinado, abajo, le podría haber arrebatado la gloria de ser el mejor. Sin embargo, tuvo un verdadero consuelo, tan grande como grande era el que se lo ofreció, Pelé. En un amistoso jugado el 8 de marzo de 1970, Pelé maniobra entre varios defensores argentinos. El material que entrega You Tube es brasileño, de modo que busca exhibir la grandeza de ese gol. Así, aclara: “Cejas era el mejor golero de la época”. Como, en efecto, lo era, lo vemos adelantado, como si diera por indubitable que Pelé dribblearía a todos y él tendría que anticiparlo antes de que pueda rearmarse y se le venga encima con pelota dominada. Pero no sucede así. Pelé, en un exquisito momento en que está algo tapado para Cejas, saca no un zapatazo, sino un deleitable disparo alto, al ángulo derecho, ese ángulo al que Borocotó llamara “el rincón de las almas”, que deja parado a Cejas. Después, el héroe del Santos declara: “Sí, claro que lo vi adelantado. ¿Cómo no lo iba a estar? Es un gran arquero. Siempre está en el achique. Ojalá lo tuviera en mi equipo”. Lo tuvo” (…) “¿Qué hacía de Cejas el gran arquero que era? No fue el arquero atajador. No fue el arquero jugador. Fue las dos cosas. Atajaba y salía. Nadie, en la historia de su puesto, salió a tapar al delantero que viene con pelota detenida como Cejas. “Las tapadas de Cejas” eran su especialidad de la casa. Usaba sus puños como si rechazaran tres defensores juntos. Contra Nacional, en Montevideo, en 1967, dio una clase deslumbrante del uso de los puños (siempre los dos) para despejar pelotas complicadas” (…) “¿Cómo tapaba Agustín? Hoy, y desde hace tiempo, se tapa mal. Se tapa con los pies. O no se tapa. Se ve a cientos de arqueros internacionales que “esperan” al delantero, lo dejan patear y se tiran. Nunca llegan. Siempre es tarde. Si el delantero patea, el arquero no llega ni llegará. No hay que dejar patear al delantero. Y si patea hay que estarle “ya” encima. Se tapa adelantando las dos manos y protegiéndolas con el cuerpo. El cuerpo siempre detrás de las manos, entre erguido y arqueado. Se trata de que la pelota no pase por arriba ni por abajo” (…) “La corpulencia del arquero es esencial en este tipo de jugadas. Y Agustín era muy corpulento” (…) “Era muy veloz. Siempre -o casi siempre- tomaba una decisión y una sola. Después de la noche negra contra Estudiantes en La Plata y luego en River, dijo: “Cuando anduve mal siempre se me ocurrían dos cosas para hacer en cada jugada”. El arquero debe jugarse siempre a una” (…) “Agustín podía y sabía volar. Pero no era un arquero volador” (…) “El gran arquero no vuela mucho. Sabe dónde irá la pelota” (…) “Estar colocado en el punto justo es la gran sabiduría del arquero. Agustín “mataba” los tiros violentos, a media altura, sin molestarse mucho.” (…) “Era bueno de arriba. Sabía que el área chica es y debe ser siempre del arquero. Tenía dos defectos que nunca solucionó. No es que fuera malo entregando desde el arco, pero tuvo que aprender y duramente” (…) “En 1970 se lo llevó Pelé. Su último partido fue contra San Lorenzo. Lo fui a ver. Llevé conmigo a mi querido sobrino David Feinmann, que todavía era un pibe. A Cejas le toca el arco que tiene detrás a la hinchada de San Lorenzo. Mientras se va acercando, la hinchada azulgrana empieza a cantar: “¡A-gus-tín! ¡A-gus-tín!”, tal como le cantaba la hinchada racinguista, y que era un reconocimiento doble, ya que relacionaba el “¡A-gus-tín!” con el ¡”A-ma-deo!” que los de River le dedicaban a su gran arquero-ídolo. “Escuchá-le digo a mi sobrino-. Son los de San Lorenzo los que lo reciben como si fuera uno de ellos”. Al lado mío, un señor azulgrana me dice: “¿Sabe qué? No solamente es un gran jugador, es una gran persona” (…) “Las redes sociales han reaccionado poderosamente ante la muerte de Agustín Mario Cejas. Se ve, en él, al grande, al ídolo, de una época que murió. Lo saludan los hinchas de todos los equipos. De San Lorenzo, de Boca, de River, de Estudiantes. Hoy, que entre las hinchadas hay violencia, hay muerte, y no reconocimiento, todos reconocen a un grande. Un tipo que no despertó odios. Que limpiamente jugó al fútbol, defendió su valla, y lo hizo con brillantez y humildad”.

En su edición del 12 de marzo de 2016, Página/12 publicó un artículo de Martín Granovsky titulado “Perfumo, el inmortal”. Escribió el autor: “Ahí lo veo a Roberto Perfumo, como todos los días, en el salvapantallas de la compu. Está parado después de Cejas y Basile y con Martín a su izquierda en la misma fila que Rulli y Chabay; En cuclillas posan el brasileño Joao Cardoso, Maschio, J.J. Rodríguez, Cárdenas y Raffo. Es la formación de Racing que el 4 de noviembre de 1967 le ganó al Celtic en el Centenario de Montevideo” (…) “La historia no se borra. Todavía me acuerdo de cómo gritamos el gol con mi amigo de la primaria Mendi Perel, hincha de Argentinos Juniors” (…) “Época rara: uno se ponía contento también por el triunfo internacional de un equipo ajeno” (…) “Perfumo persona era el jugador que, según definían los relatores deportivos, tenía prestancia” (…) “Prestancia era otra cosa. Resultaba difícil entender el significado pero nosotros, los hinchas de Racing, repetíamos la palabra como si supiéramos. Perfumo y prestancia eran la misma cosa. O porque en la cancha se lo veía muy lejos o porque la tele también filmaba de lejos, solo teníamos registro del Perfumo fino y señorial, el 2 capaz del quite limpio y el armado desde atrás. Después sabríamos, incluso por sus propios relatos, que Perfumo era un genio pero además un asesino serial” (…) “Por eso quedó tan grabado el momento en que, jugando contra Estudiantes, el mariscal le tiró una patada a Carlos Salvador Bilardo. Era 1968, lo expulsaron, y yo de bronca tiré al piso la portátil roja que me había regalado la tía Eugenia. El mito es que, antes, Bilardo había provocado a Perfumo hablándole de un supuesto amante de su mujer, Mabel. Bilardo siempre lo negó. En esa época nadie sabía el nombre de las mujeres de los jugadores. No eran modelos sino amigas del barrio, en este caso la novia de un pibe de Sarandí hijo de albañil y sobrino de carnicero” (…) “Racing era Racing, con esa tautología que solo tiene lo sagrado, y Perfumo era como la esencia de Racing. Uno crece y las imágenes permanecen intactas, como los santos o los fundadores de la patria. Primero, cuando también son personas, los jugadores son gente más grande que uno. Pero después pierden edad y quedan congelados en el momento de gloria. Por ejemplo Agustín Mario Cejas se murió hace poco, a los 70. Yo lo sigo teniendo delante de mí, como si careciera de edad” (…) “El miércoles, en el auto, lo escuché en Pasión Nacional, el programa de tango y fútbol que hacía con Horacio Pagani y Carlos Ares” (…) “Perfumo también fue funcionario. Néstor Kirchner lo tuvo de Secretario de Deportes poco menos de un año. No sé si fue bueno o si fue malo. Tampoco sé si tenía condiciones para la gestión pública. Intuyo las razones de Néstor para nombrarlo: quería darse un gusto. “Kirchner amaba a Racing y vivía pidiéndome que le contara anécdotas”, le confió una vez el Mariscal al periodista deportivo José Luis Ponsico, un notable recolector de historias” (…) “También para él Racing era una identidad y Perfumo un prócer como el que veo ahora en el salvapantallas. Si hago el cálculo sabré que en esa foto el mariscal ya había cumplido 25 años y que se murió el último 10 de marzo a los 73. Pero no tiene sentido: los ídolos no tienen edad y son inmortales. Acá o en Honolulu”.

En su edición del 1 de noviembre, Página/12 publicó artículos de Cora Gamarnik (“¿Cuál es el límite?”) y Claudio Scaletta (“La parábola histórica”).

Escribió Gamarnik: “Los medios masivos de comunicación tienen el poder de instalar temas de agenda, propagar rumores, reforzar opiniones ya establecidas, generar climas sociales y propagar mentiras como datos sociales que luego no son comprobados. Pero no son todopoderosos. Diversas investigaciones nos han enseñado a lo largo del siglo XX que no existe una omnipotencia mediática que pueda anular la conciencia social y convencer a los individuos de aceptar indefinidamente opiniones opuestas a sus intereses. La idea de medios omnipotentes ayuda a sembrar desánimo y a deslindar responsabilidades políticas. Tampoco se trata de subestimar las operaciones cada vez más refinadas que proponen nuevas formas de manipulación social” (…) “En la posguerra europea algunos investigadores se preguntaron cómo y por qué una parte importante de la sociedad alemana apoyó al nazismo. Sus conclusiones fueron que la comunicación manipulatoria se ejercía más fácilmente en sociedades con autoritarismo político, en las que existen la censura y un discurso oficial muy dominante, así como en sociedades formalmente libres pero con sistemas de información concentrados u oligopólicos, en donde la libertad de elegir resulta muy restringida” (…) “Pero también las investigaciones en comunicación nos traen buenas noticias. Que haya intención manipulatoria no significa que haya necesariamente efectos manipulatorios” (…) “La complejidad de la realidad social anula toda chance de reducir a una-la visión dominante-la multiplicidad de variables reales o potenciales que pueden explicar el orden de las cosas. No hay “interiorización muda” de los valores o discursos dominantes sino una compleja red de intereses de clase, deseos, impugnaciones, demandas, historias previas, vínculos sociales. Las experiencias vividas, las redes de socialización, las competencias culturales, las historias familiares, las relaciones laborales o gremiales, las interacciones con otros complementan, median y se interrelacionan con los discursos mediáticos. Como explicó hace tiempo Raymond Williams cualquier intento de construcción de hegemonía no es un proceso simplemente adaptativo. Hay rupturas, negociaciones, límites y presiones. Nunca se da de modo pasivo sino que es continuamente renovada, recreada, defendida y modificada pero al mismo tiempo resistida, limitada, alterada, desafiada. Lo que está en juego hoy en definitiva es aquello que llamamos sentido común. La idea de sociedad que tenemos, la idea de justicia, de igualdad, la forma en que vemos a los otros, la forma en que nos vemos nosotros en relación a los otros. En ese contexto los medios son uno más de los escenarios donde el sentido común se disputa. Al mismo tiempo entraron en escena las redes sociales y con ellas nuevas formas de intervención social” (…) “Al mismo tiempo que una hegemonía intenta imponerse se construyen miles de acciones contra hegemónicas diseminadas por todo el tejido social. Para enfrentar un sistema de tamaño poder como el que hoy gobierna Argentina no alcanza con la crítica moral o ética. Se requieren respuestas significativas, persistentes y variables. Que no sean solo deseables sino sobre todo factibles”.

Escribió Scaletta: “El nuevo ministro Luis Miguel Etchevehere fue el candidato a dirigir el área de agricultura macrista desde antes del triunfo de Cambiemos en el ballottage de 2015, es decir desde antes que la secretaría elevada a ministerio por el kirchnerismo pase a llamarse de “Agroindustria” (…) “Cualquiera sea el caso, el nuevo ministro siempre estuvo en el banco de suplentes y su ascenso, más allá de la dispar consideración de sus pares, no representa una ruptura en la representación de un sector conducido desde fuera por las grandes exportadoras. El dato, sin embargo, no deja de ser fuerte. Para encontrar a hombres de la Sociedad Rural (SRA) ocupando ministerios es necesario remontarse a la última dictadura militar, cuando José Alfredo Martínez de Hoz y Jorge Zorreguieta…nutrieron el gabinete que abortó a sangre y fuego el modelo de desarrollo con inclusión de la ISI (Industrialización Sustitutiva de Importaciones), proceso que dio origen a un cuarto de siglo largo de neoliberalismo. Como puede observarse, desde la llegada de Cambiemos al poder el género de la parábola histórica no demanda mayores esfuerzos” (…) “Dentro del llamado “campo” es conocido que la burguesía agraria más dinámica y vinculada a la producción, la más “moderna” en la jerga autorreferencial, se encuentra agrupada principalmente en CRA (Confederaciones Rurales Argentinas), cuna del ministro saliente Ricardo Buryaile, quien en rigor provenía de la periferia de la agrupación” (…) “No obstante, la SRA siempre conservó su ascendente oligárquico. Como fue señalado por sus dirigentes en tiempos de las revueltas de 2008, “el campo es anterior a La Nación”, financió la mal llamada “Campaña del Desierto”, que aniquiló a mapuches y ranqueles para sumar extensos territorios a sus financistas, y batalló duramente contra el estatuto del peón de campo y el aguinaldo, dos estandartes de su gran enemigo desde mediados del siglo XX, el peronismo. Su historia reciente es más conocida. La SRA no sólo apoyó ideológicamente y nutrió de cuadros al golpe de 1976, sino que lo empujó abiertamente a través de una sucesión de lockouts. Ya en las últimas décadas se destacaron los abucheos a Raúl Alfonsín en el picadero de la exposición rural y el férreo enfrentamiento con el kirchnerismo desde la Mesa de Enlace” (…) “Aunque la SRA no es en la práctica el sector que conduce a la burguesía agraria pampeana, que con la extensión de la frontera agrícola a partir de la sojización dejó de ser sólo pampeana, sí es garantía de “pureza ideológica” en materia de librecomercio y libremercado” (…) “Sin embargo, las causas del recambio en agroindustria fueron más triviales. Entre las decisiones clave del macrismo destacaron, ya en el mismo diciembre de 2015, la fuerte devaluación, una decisión con efectos transectoriales, y la eliminación parcial de retenciones, agrarias y mineras. Desde la visión neoliberal del mundo, se esperaba que estas dos medidas redunden en un salto exportador y alentaran el ensueño del “supermercado del mundo”. A casi dos años del cambio de gobierno apenas se registró un aumento inicial de las ventas al exterior como producto de la liquidación de stocks acumulados a la espera del cambio de reglas” (…) “La segunda cuestión es la de las llamadas economías regionales, como se define a los enclaves productivos de las provincias que no son ni aceiteras ni cerealeras, desde la lechería, a la vitivinicultura, las frutas, los cítricos, tabaco, yerba mate, caña de azúcar, etc. Se argumentó que estas economías se encontraban destruidas y, aquí también, se creyó que la política más eficiente era el simple abandono de la intervención estatal, la devaluación y la eliminación de aranceles. El resultado, que parte de los funcionarios de Cambiemos atribuyen a la virtual ausencia de gestión de Buryaile, es que estas economías regionales no sólo no mejoraron, sino empeoraron” (…) “A grandes rasgos, el cambio de ministro tiene de fondo el problema exportador. Los sectores que se suponía deberían ser los mayores proveedores de divisas “genuinas” de la economía no las está proveyendo en la magnitud que se esperaba en los papeles, donde sólo crece el déficit estructural de la cuenta corriente. Dicho esto al margen del neoliberalismo ingenuo de liberar por una década la obligación de liquidar las divisas de exportación. Sin embargo parece difícil que un abogado provocador que ganó fama por las denuncias de trata laboral, extremista en lo ideológico y cultor de la baja de aranceles y el tipo de cambio alto sea el perfil ideal para un giro productivista en la agroindustria local que, por ahora, parece lejos de asomar”.

En su edición del 1 de noviembre, La Nación publicó artículos de Loris Zanatta (“Una obra maestra de ineptitud política y borrachera ideológica”) y Santiago Kovadloff (“El desafío de rescatar al país de su involución”), y un editorial titulado “El camino del cambio hacia una república”.

Escribió Zanatta: “La crisis catalana parece el teatro del absurdo. Tiene razón quien, refiriéndose al ya famoso “Procés”, evocó otro, que le cae como anillo al dedo, el de Kafka. Si nos abstraemos por un momento de las convulsiones que atraen nuestra atención y observamos el conjunto, se tiene la impresión de una mala broma, de una farsa terminada en tragedia; o incluso peor: de una tragedia terminada en farsa” (…) “La crisis catalana sigue de una manera tan pedante la trama típica de las crisis que conducen al surgimiento de regímenes populistas que parece copiarla. En este sentido, ve lejos y resulta muy lúcido Juan Luis Cebrián cuando escribe que la pandilla de los cuatro catalanes, con su estilo “bananero y churrigueresco”, es más que una amenaza a la unidad territorial de España: es una amenaza para la democracia. De eso se trata, justamente” (…) “Durante años, aquellos que señalamos en los populismos latinoamericanos fenómenos antiliberales de raigambre hispana, intolerantes del pluralismo y la constitución, partidarios de una idea plebiscitaria del pueblo y de la democracia, fuimos reprendidos: ¿por qué entonces no hay populismo en España?, se nos preguntaba. Desde entonces, la antigua madre patria ha producido populismos para todos los gustos, a menudo inspirados en sus hijos legítimos de América latina” (…) “Todo comienza, como en cada populismo que se respete, con una crisis de disgregación. O con la percepción de disgregación: la percepción, en la historia, a menudo pesa más que la realidad; alguien la llama posverdad. La grave crisis económica que puso fin al largo ciclo de crecimiento español, los efectos perturbadores de las grandes migraciones, el debilitamiento de la soberanía del estado debida a la globalización: todo esto abrió sin duda profundas grietas en el pacto democrático garantizado por la constitución de 1978” (…) “Frente a estos cambios, el tradicional nacionalismo catalán fue cambiando su piel, creó un nuevo relato histórico: ya no era una forma peculiar de ciudadanía, sino una identidad rígida; no expresaba respeto por la legalidad y la racionalidad, sino nostalgia por una cultura y una espiritualidad unívocas” (…) “El victimismo, en estos procesos, es un arma poderosa y diabólica: el pueblo sería feliz y unido si un agente externo, el chivo expiatorio, no lo contaminara” (…) “¿Y quién, a la luz de la historia, se presta mejor a este papel sino España, Madrid, el rey, el sistema constitucional, la partidocracia? Sobre ellos vuela, superior, etéreo e inalcanzable, el pueblo catalán” (…) “Y ahí tenemos a ese pueblo parcial erigirse en todo el pueblo. No importa que sea minoritario, verdadero o inventado: como encarnación de esa identidad imaginada, el pueblo catalán, investido de una misión providencial, se transfigura en pueblo sagrado. Los otros, los no catalanes, los catalanes tibios, los catalanes españoles, son por eso mismo vendepatrias, traidores, enemigos. Está así servido el menú habitual de todos los populismos: adiós al pluralismo, adiós a la convivencia; se impone el esquema maniqueo que al pueblo sacrificado de la pobre Cataluña opone el cruel y poderoso satanás español” (…) “Parece increíble que se siga empleando un esquema tan vetusto, que todavía funcione en un país moderno en el corazón de Europa” (…) “Sus efectos son siempre los mismos, son funestos y son los que vemos hoy frente a nosotros: el reclamo de la unanimidad causa fracturas, la imposición de la identidad destruye las instituciones, el amor por el pueblo mítico genera odio en el pueblo real. Una obra maestra de ineptitud política y de borrachera ideológica” (…) “No sé cómo terminará todo esto; ni cuándo. Nadie sabe si la burbuja catalana se desinflará o explotará, produciendo efectos en cadena. Por ahora, Puidgemont y sus compañeros no lograron mucho: querían más recursos, pero han causado la fuga de corporaciones y capitales; querían la simpatía del mundo, pero nadie quiere reconocerlos; querían independencia y despertaron el nacionalismo español. No parece una gran visión estratégica. Me gusta pensar que su resultado confirmará la madurez de nuestras sociedades, la solidez de nuestras democracias; que la crisis catalana pronto será recordada como otro fracaso populista y Puidgemont, como un Maduro cualquiera. Pero qué amargura para Cataluña”.

Escribió Kovadloff: “No creo que, en la historia de América del Sur, haya otro país expuesto a la decadencia en los términos en que lo estuvo Argentina. Uno tras otro, extravió todos sus logros. Ninguna sociedad, en tan poco tiempo, evolucionó como la suya. Ninguna, tampoco, cayó tan rápido desde tan alto” (…) “De todos los signos de esta pavorosa involución, el de la multiplicación exponencial de la pobreza es el peor; el más vergonzoso y el más profundo” (…) “La pobreza es, de más está decirlo, un gravísimo problema. Eso significa que no es, de ningún modo, un problema fecundo. Fecundos sólo son los problemas que plantea el desarrollo, la innovación” (…) “La Argentina, tras las recientes elecciones de término medio, pareciera encaminarse hacia la renovación del conjunto de problemas que importa resolver; los que son gravísimos y por ello mismo urgentes, y los que revisten fecundidad y piden, para irrumpir, que se salga del atraso” (…) “Si la Argentina alcanzara, en las próximas dos décadas, la equidad social indispensable, no sólo contará con mayor inclusión social. Habrá también mayor identidad cívica general. La riqueza acaudalada por unos pocos es tan inhabilitante para un proyecto democrático republicano como la pobreza extendida a millones de habitantes” (…) “Lo que tienen de esterilizantes los regímenes populistas es que hipotecan el protagonismo personal en la figura de sus líderes. En ellos y sólo en ellos se concentran todas las posibilidades de alguna significación por parte de quienes no alcanzan a ser sujetos de sus propias vidas. Es decir, quienes viven por delegación, condenados a durar en lugar de ser alentados a desarrollar sus aptitudes. Los carenciados, en el marco de los populismos, hipotecan su desarrollo personal en la despótica omnipotencia de aquellos que los subsidian” (…) “Cambiemos les debe lo que es a muchas personas y no sólo a una. Mauricio Macri es un nuevo líder, en el sentido de un líder original. Y lo es porque no presume haber dejado atrás su incompletitud, su sensata insuficiencia, para pretender saberlo todo. Dirige, pero no agota ni quiere agotar en su persona el sentido y el alcance de esa conducción” (…) “El trabajo orquestal desplaza de la política al personalismo intransigente, verticalista y caudillesco” (…) “¿Cómo fue posible que el sentido del liderazgo político haya dejado de ser, en la percepción colectiva, previsible y estático para pasar a ser innovador? ¿Qué debió suceder para que “lo de siempre” se transformara en inédito? ¿Qué entendió Cambiemos? Entendió que, en la sociedad, el cansancio ante lo repetitivo era más fuerte y podía llevar más lejos que la resignación al inmovilismo, a la política entendida como renuncia a la transformación. Que la desesperanza reinante podía transformarse en expectativa y no sólo en indignación” (…) “Por cierto, Cambiemos tiene, en el escenario político, adversarios. Pero no tiene enemigos. Sus enemigos están fuera de la política” (…) “El orden republicano sólo puede afianzarse si los adversarios del oficialismo se consolidan como oposición y si los enemigos del sistema dejan de infiltrarse en el poder para quedar expuestos como lo que son: delincuentes” (…) “Desde la pseudooposición se combate mal al presidente de la Nación, es decir, ineficazmente, cuando se lo acusa de encarnar el pasado, la dictadura, la represión. Y ello no sólo porque ese aluvión de descalificaciones es objetivamente falso, sino porque, además, no logró ni logra ser persuasivo donde quiere serlo: en la mayoría de la gente. Cambiemos ha ampliado su espacio electoral porque su argumentación sobre el pasado y sus voceros, así como sobre el porvenir indispensable, resultó más verosímil que la de esa pseudooposición y la de la oposición sin más” (…) “Al convocar, tras las elecciones, a un encuentro nacional entre fuerzas políticas para consensuar las reformas imprescindibles del Estado, Mauricio Macri expresa, con claridad, que es plenamente consciente de que, sin una oposición sólida e inscripta en el modelo democrático republicano de gobierno, no hay posibilidad alguna de llevar a cabo las transformaciones estructurales imprescindibles. Esas que pueden hacer de este país una auténtica nación” (…) “Repitámoslo: el adversario, en un sistema político como el nuestro, es un requisito primordial, pues sólo con él pueden generarse los consensos necesarios para afirmar la convicción de que la política es negociación en el marco de la ley”.

Escribió el mitrismo: “La convocatoria presidencial a construir consensos básicos tendientes a combatir la inflación, bajar el déficit fiscal y los impuestos, generar empleo y elevar la calidad institucional debe ser contundentemente apoyada. El mensaje del primer mandatario ante gobernadores, empresarios y sindicalistas podría constituir un punto de inflexión en la historia argentina de las últimas décadas si efectivamente encuentra una respuesta positiva a su llamado a modificar viejos paradigmas que han dominado por demasiado tiempo la Argentina, como el populismo y el estatismo” (…) “Cambiemos, efectivamente, obtuvo un claro triunfo electoral. Pero ahora su conductor político y presidente de todos los argentinos deberá liderar una batalla cultural no menos compleja para dejar atrás funestas convicciones que llevaron a que cada vez más personas vivieran de un Estado cuya creciente obesidad es inversamente proporcional al crecimiento de la actividad privada y a la creación de empleo genuino y de calidad” (…) “El presidente sostuvo que “el cambio cuesta, pero no hay excusas para no animarse” y fue contundente al señalar: “Es ahora o nunca” (…) “Desde esta columna editorial, hemos señalado oportunamente que el actual gobierno perdió demasiado tiempo antes de hacer público un eficaz diagnóstico de la sobredimensionada e ineficiente estructura del Estado. En cambio, hizo muy poco hasta ahora para modificarla” (…) “Es de esperar que ahora, con el poder que le confiere el apoyo de las urnas, el presidente pueda llevar a la práctica el principio de eficiencia en el que siempre creyó” (…) “El derrotero del cambio trazado por el mensaje presidencial plantea una serie de interrogantes, sobre los cuales la ciudadanía y la dirigencia toda deberían reflexionar: ¿Puede cambiar la Argentina sin un compromiso compartido de vivir sin inflación? ¿Cuánto tiempo más puede permitirse que el Estado continúe gastando mucho más de lo que recauda? ¿Por cuántos años más puede sostenerse una presión impositiva tan elevada, que ahoga la actividad productiva e impide la generación de nuevos empleos? ¿Hasta cuándo podrá sostenerse un modelo en el que casi veinte millones de personas viven o reciben algún beneficio del Estado y sólo ocho millones de personas efectúan aportes en el sector privado? ¿Es posible seguir mucho tiempo más con un sistema previsional que no es sustentable y con argentinos que, al margen del principio de igualdad, son beneficiarios de jubilaciones de privilegio? ¿Es razonable que existan alrededor de 3000 sindicatos, aunque apenas 600 firmen convenios colectivos? ¿Es viable el cambio en un país donde mafias sindicales y grupos de violentos llevan a cabo toda clase de extorsiones delante de las narices de las autoridades y de la ciudadanía entera para negociar privilegios sectoriales o individuales? ¿Estamos en condiciones de dejar atrás el clientelismo y avanzar hacia un sistema electoral más moderno y eficiente? ¿Es finalmente factible aspirar a ser una república en serio con comportamientos de funcionarios y jueces que permiten que la impunidad frente a la corrupción reine sobre la Justicia?” (…) “Pero, en la historia, lo que termina contando son los hechos, mucho más que las palabras memorables. Corresponde ahora, entonces, que tanto el jefe del Estado como el resto d e la dirigencia política que pretende verdaderamente sacar al país del atraso y el aislamiento pasen a la acción. Sólo así se empezará a gestar un verdadero cambio, para el cual no se necesita más Estado, sino liberar las energías productivas de los argentinos y afianzar la república”.

En su edición del 31 de octubre, Página/12 publicó artículos de Werner Pertot (“Una reforma que sonó a ajuste”), Eduardo Aliverti (“Lo nuevo es lo de siempre”) y Washington Uranga (“Ahora o nunca”).

Escribió Pertot: “No dijo “achicar el Estado para agrandar la Nación”. Ya quedó viejo. Tampoco usó la metáfora de “cirugía mayor sin anestesia”. También es de otro tiempo. Ante un público de gobernadores, empresarios, sindicalistas, jefes parlamentarios, jueces y rectores de universidades, el presidente Mauricio Macri sostuvo que su gobierno entra en una etapa de “reformismo permanente” tras la victoria electoral. Delineó tres ejes ante el oído atento de los enviados del FMI, quienes en la visita que realizaron el año pasado dejaron como recomendación una reforma muy parecida a la presentada ayer. Macri planteó ayer el eje fiscal, en el que reclamó un mayor ajuste de las cuentas a los gobernadores; el laboral, en el que anunció a los sindicalistas que se avanzará contra la “industria del juicio”, y en redistribuir el sistema jubilatorio que “no es sustentable”; y el eje institucional, en el que Macri hizo eje en las reformas judiciales. También se quejó de la cantidad de empleados que tiene el Congreso, las legislaturas provinciales y advirtió que hay demasiados sindicatos y demasiadas universidades públicas” (…) “El presidente comenzó con un homenaje a Raúl Alfonsín y luego recordó el resultado electoral, por si se le había pasado a algunos de los presentes. Antes de delinear las reformas, que dividió en tres ejes, Macri se atajó ante la idea de que se viene un mayor ajuste. “No se trata de sacar o de ajustar sino de ceder en algo para recuperar el conjunto”, sostuvo antes de presentar “una agenda de reforma permanente” (…) “Enumeró tres ejes generales: “El primero es sobre la responsabilidad fiscal, la inflación y los impuestos, no podemos gastar más de lo que recaudamos, y esto lo digo en todos los niveles del Estado” (…) “El segundo eje es favorecer el empleo. Avancemos hacia un esquema de reglas de juego que fomenten el empleo privado, formal”, advirtió ante los sindicatos y empresarios” (…) “Por último, Macri sostuvo que habría reformas en la línea de “la República y la calidad institucional” y remarcó que “esto incluye reformas en la justicia, en el sistema electoral y en iniciar un camino de transparencia e integridad para prevenir y castigar a la corrupción” (…) “No podemos seguir gastando más de lo que nos ingresa, tenemos que comprometernos al equilibrio fiscal en todos los niveles de gobierno, acordar un camino entre Nación y las provincias para acercarnos lo más posible al superávit de las cuentas públicas”, les advirtió a los gobernadores. Y sentenció: “Esto no es negociable”. También les señaló que deberán resignar impuestos provinciales. “Tenemos que desandar juntos la escalada de impuestos que nación, provincia y municipio hicieron los últimos años”, indicó Macri” (…) “También anunció que comenzará a trabajar una comisión para reformar el sistema jubilatorio. “Tenemos que pensar una conversación adulta y honesta sobre nuestro sistema de jubilaciones y pensiones”, sostuvo Macri, quien advirtió que actualmente el sistema previsional “no es sustentable”. “A mi entender no debería haber jubilaciones de privilegio, ni regímenes especiales, que por ejemplo habiliten sin justificación alguna a que algunos se jubilen a los 40 o a los 50 años, mientras otros tienen que trabajar hasta los 65”, indicó. Macri aclaró que “el sistema seguirá siendo universal, público, solidario y de reparto” (…) “Sobre el endeudamiento, les preguntó a los gobernadores: “¿Qué madre o qué padre pueden dejarles a sus hijos deudas y problemas? No nos gusta endeudarnos, pero mentirnos, emitiendo dinero sin respaldo y generando inflación”, sostuvo Macri, cuyo gobierno llegó a colocar un bono a 100 años” (…) “En los próximos días vamos a presentar algunas iniciativas que venimos conversando con los representantes del trabajo”, indicó Macri, sobre el blanqueo laboral que viene negociando la CGT con el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. También les advirtió: “Vamos a seguir combatiendo los excesos en la litigiosidad laboral. La mafia de los juicios laborales es uno de los principales enemigos de la creación de trabajo en nuestro país” (…) “También apuntó a sus obras sociales: “En Argentina hay 280, de las cuales sólo 40 representan el 70% de los trabajadores. Esto quiere decir que hay 240 obras sociales que sólo representan el 30%. Esta cantidad llama la atención”. Sostuvo también que pasa “algo similar con los sindicatos”. “No puede ser que haya más de 3 mil en la Argentina y sólo 600 firmen paritarias anualmente”, sostuvo” (…) “Por último, Macri dedicó varias críticas al Poder Judicial. No lo anunció, pero el ministro de Justicia, Germán Garavano, confirmó ayer que, pese a la renuncia de la procuradora Alejandra Gils Carbó, se avanzará en una reforma del Ministerio Público Fiscal. Y también del Consejo de la Magistratura” (…) “Cuestionó las licencias en el Poder Judicial y que trabajen solo hasta el mediodía. También criticó la feria judicial” (…) “Sostuvo que en la Biblioteca del Congreso hay 1700 empleados mientras que la de Chile tiene solo 250. “Estas estafas se tienen que terminar. No hay más lugar para esto”, sentenció Macri. Igual trato recibieron las legislaturas provinciales y las universidades públicas” (…) “Curiosamente, todos los ejemplos culminaban con un planteo de que “cada uno desde su lugar puede contribuir a reducir el gasto público”. “Tenemos que trazar una línea de austeridad para lo que viene-recomendó Macri-Queremos acabar con los privilegios que salvan a unos pocos, mientras tantos argentinos padecen la pobreza y la desigualdad”. Por suerte, al comienzo, había aclarado que no se trataba de ajustar”.

Escribió Aliverti: “Macri no anunció nada nuevo en particular más allá de unos grandes títulos de reformas, que estaban previstos bastante antes de las elecciones. El marco institucional fue propio de un gobierno claramente envalentonado, y será con el correr de estos días cuando se conozca la miga técnica de esta nueva avanzada cuya sustancia no es otra que el recorte de derechos laborales, la rebaja de impuestos a los sectores más concentrados de la economía y el reajuste de los presupuestos provinciales de cara a achicar los explosivos del déficit público” (…) “Aun dentro de la fraseología escolar del Presidente, caracterizada por su insistencia en estar a favor de la felicidad, resaltó que lo único específico haya sido su enésima alusión a terminar con la industria de los juicios laborales. Con eso alcanza y sobra para ratificar cuál será la orientación de este amplio “reformismo”, porque el subtexto de esa cita es la flexibilización de las condiciones de trabajo y, ergo, uno de los pasos necesarios para bajar el costo laboral argentino” (…) “Del mismo modo, la vaga referencia presidencial a lo necesario de la “austeridad” se presta a una única interpretación, al igual que su promesa de que achicará el gasto público. Se sabe de sobra lo que estas palabras significan en el diccionario de una administración de derechas y, de allí en adelante, que “cada uno deba ceder un poco” también queda muy claro en cuanto a sus destinatarios” (…) “Con un congreso propenso y las mayorías sindicales sin siquiera la guardia levantada, efectivamente parece ser el momento adecuado para que el Gobierno pegue lo definido por su coro como “un salto de calidad”. Esto no implica que carecerá de resistencias, pero es innegable que el camino de corto y hasta mediano plazo está más libre que plagado de obstáculos” (…) “Mientras tanto, la bomba del endeudamiento no para de reactivarse pero Macri dijo asimismo que eso es preferible antes que emitir. Otro clásico de un diccionario que siempre está ahí para quienes se tomen el leve trabajo de consultarlo”.

Escribió Uranga: “El acto protagonizado hoy por el Gobierno, con el presidente Mauricio Mari a la cabeza, fue ni más ni menos que una puesta en escena del poder ejercido con impunidad. El argumento. Los resultados electorales. A favor del macrismo: los lineamientos de los anuncios habían sido adelantados por los voceros oficialistas, por medios y voceros oficiosos antes de las elecciones y, según todos los indicios, no le restaron votos ni siquiera entre aquellos sectores que seguramente resultarán perjudicados por las determinaciones. “Ahora o nunca”, dijo el Presidente” (…) “Se ratifica el rumbo trazado por el actual gobierno desde el primer día de su gestión. La orientación de las medidas apunta a dar continuidad a la concentración de la riqueza y del poder. Los recortes afectarán el poder adquisitivo de los sectores más postergados: jubilados, pensionados, trabajadores. Pero también se crean condiciones político-institucionales para reducir a la mínima expresión los intentos de resistencia al “cambio” (…) “El plan anunciado hoy está claramente anclado en la economía, a pesar del maquillaje discursivo que se apoya en lo social. Pero para hacerlo posible requiere del avasallamiento de la institucionalidad y el atropello a la división de poderes, cuyo último capítulo es la renuncia de la procuradora Alejandra Gils Carbó, hostigada y arrinconada hasta el límite de la resistencia humana. Y del retroceso que implica la revisión de los juicios de lesa humanidad propuesto impúdicamente por Elisa Carrió, la diputada más votada por los ciudadanos de la Capital Federal” (…) “Lo que estamos viviendo en la Argentina hoy no es ni más ni menos que una regresión en materia de derechos. Es grave. Pero más grave aún es que lo que ocurre se hace frente a la incapacidad, la inercia y la complicidad de gran parte del sistema político que está entumecido, insensible, amedrentado o es sencillamente cómplice” (…) “El “ahora o nunca” de Macri apunta claramente a cambiar de raíz algunas bases de la Argentina que fue hasta aquí, antes de que los dormidos despierten de su letargo o los damnificados se recuperen de sus heridas. Se trata de dejar una herencia política que cohabite con fuerzas sindicales genuflexas, un sistema electoral más dúctil al poder y un Poder Judicial afín a los mismos intereses. Y, por cierto, un sistema hegemónico de medios que solo informe sobre lo que le interesa al poder, blinde sus errores y sus atropellos y siga construyendo un relato que lo justifique” (…) “Son todas las piezas de la misma estrategia. Por eso livianamente el Presidente afirma que su propuesta apunta a generar “consensos básicos para reducir la pobreza” e interpreta que dado que “los argentinos maduramos” es “ahora o nunca”. Podría decirse que este es el momento elegido por el gobierno para ejercer toda la presión y pegar el golpe de timón para cambiar el rumbo. Antes de que las consecuencias del plan alimenten la reacción de aquellos y de aquellas que, siendo víctimas, no están ahora en situación de rebelarse”.

En su edición del 31 de octubre, La Nación publicó artículos de Morales Solá (“Un llamado a cambiar los paradigmas de la Argentina”) y Marcos Novaro (“Superar la confrontación mezquina es la ambiciosa apuesta de Macri”).

Escribió Morales Solá: “Era el momento. No quería convocar al diálogo desde la debilidad” (…) “Necesitó la fuerza política que le dieron las elecciones del 22 de octubre para hacer lo que hizo ayer. No convocó a ningún diálogo cualquiera; llamó a un profundo cambio de los paradigmas culturales que gobernaron la Argentina en las últimas décadas. A un cambio también en la forma de reflexionar de muchos argentinos. Al triunfo electoral sobre Cristina Kirchner, Mauricio Macri le agregó ayer una nueva batalla, esta vez cultural, que todavía debe ganar. Y hay que nombrar a Cristina Kirchner porque ella es la dirigente más importante del pensamiento absolutamente contrario” (…) “Si no hay consensos básicos, no hay futuro. La historia, sin desconocer nada de lo que pasó, es lo que nos enfrenta. El trabajo lo tenemos que hacer juntos, aun cuando sabemos que tendremos diferencias” (…) “Aquellos conceptos, sin embargo, conformaron el decálogo de ideas básicas que más lo diferenció de su antecesora. Era obvia su decisión de que sus oyentes, dentro y fuera de la sala, compararan su propuesta de diálogo con la confrontación pasada” (…) “Sin menoscabar la importancia de esa línea cultural, otro momento inesperado fue cuando se convirtió en el presidente del látigo. Desmenuzando como un arqueólogo los recovecos del Estado despilfarrador, sacudió con críticas directas a políticos, jueces, legisladores y universidades por la dilapidación sin sentido de los recursos públicos” (…) “Pidió una economía más abierta, menos protegida, para promover el desarrollo del país. “No podemos seguir viviendo con lo nuestro”, avanzó. Adiós al viejo modelo de Aldo Ferrer, que cautivó a toda una generación de economistas argentinos. Ningún político con su pasado de empresario les habló así a los empresarios. Son reflexiones que él venía haciendo en voz baja y entre muy pocos. La diferencia de ayer es que lo dijo en público y ante la crema y nata del empresariado” (…) “No dejó afuera a los sindicatos, a los que criticó el exceso de obras sociales y gremios. Que son también los privilegios que los sindicatos le “arrancan” al gobierno de turno. Pero a los dos, a empresarios y sindicatos, los invitó a sentarse a una mesa común. A los gobernadores les reclamó el derroche del gasto público, aunque aceptó que esa anomalía existe también en el gobierno federal. Zamarreó, en fin, a todo el “círculo rojo”. Desde la primera hasta la última línea de su discurso remarcó que su obsesión es bajar la pobreza. Su gobierno, subrayó, deberá ser juzgado por si logró, o no, ese objetivo. Por ninguna otra razón” (…) “Un eje importante de su discurso se refirió a la calidad institucional de la Repúbl

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