Sueños y Realidades, por el Dr.Francisco Bénard
Es bueno ser realista en la vida y no vivir solo de sueños imposibles, ya que ello nos podría llevar a la desilusión, al desencanto y también a la frustración. Soñar es bueno porque quien sueña es capaz de transformar la, a veces , triste realidad en una gran esperanza...
Las grandes transformaciones de la realidad, nacen de las mentes de quienes sueñan en grande y por soñar en grande, transforman esos sueños en grandes realidades.Son los que con algún grado de mente "iluminada" por el Espíritu Santo se adelantan a los grandes cambios y se transforman en pioneros de algunos proyectos que permanecerán en la historia de la humanidad. Casi diría no tendrán ni una fecha cierta. Estarán allí casi para toda la eternidad.
Los sueños y las realidades suelen confrontarse a veces con dos adversarios fuertes. El que sueña en exceso y sin pisar mucho la tierra corre el riesgo de que sus sueños se pierdan en el camino de la lucha que a veces transforma a los hombres y que con envidia y otras cosas más lo alejara de lógicas metas que nunca podrían ser alcanzadas. La realidad es por cierto mucho más dura y cruel y hasta a veces impiadosa con uno mismo o hasta no respeta ciertos y mínimos valores. Confrontando sueños y realidades soñemos no obstante para tener más fe en la vida y quizás por el simple esfuerzo de esos sueños por ahí no cambiamos la realidad pero dejaremos algo en el camino, alguna huella imborrable que seguirán otros con más fuerza para mejorar la realidad.
Cuando retrocedemos de viejos en el tiempo hacia otros en los que éramos más jóvenes, quizás en ese momento nos demos realmente cuenta si los sueños de jóvenes se hicieron realidad. Habrá seguramente sueños incumplidos, sueños no realizados, pero más allá de cualquier cosa agradezcamos a Dios de todo lo que nos dio. Hay sueños de jóvenes que proyectados al futuro nos permiten descubrir la relación de esos sentimientos jóvenes con algunas realidades que ya desde una posición de más viejos, nos permite comprender en que medida luchamos para que esos sueños fueran algún día realidad.
Más allá de los imponderables quedará siempre algo y serán las huellas del duro trabajo que hicimos de corazón para alcanzar que esos sueños fueran una realidad.Lo importante no es haber logrado los objetivos, sino haber actuado con firmeza, con fe, para que esos objetivos no solo transformaran nuestra realidad, sino la de muchos otros que como nosotros sueñan con cambiar la realidad.
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