29 de marzo de 2016
El premio nobel Mario Vargas Llosa cumplió 80 años
"Por fin he sabido que la palabra felicidad tiene nombre y apellido: Isabel Preysler" sobre su nueva pareja, por la que rompió su matrimonio de 50 años con Patricia Llosa.
"Por fin he sabido que la palabra felicidad tiene nombre y apellido: Isabel Preysler", sostuvo anoche el escritor Mario Vargas Llosa durante el brindis de la cena con la que festejó sus 80 años, rodeado de su nueva pareja, familiares, amigos y personalidades del mundo de la política y la sociedad.
El autor de "La casa verde" y "La tía Julia y el escribidor" celebró su 80 aniversario con una fiesta para 300 invitados a la que asistieron, entre otros, seis ex presidentes: los españoles Felipe González y José María Aznar, así como los latinoamericanos Sebastián Piñera (Chile), Andrés Pastrana y Álvaro Uribe (Colombia), y Luis Alberto Lacalle (Uruguay).
Además, en el hotel Villamagna de Madrid, se dieron cita el cantante Enrique Iglesias -hijo de Isabel Preysler- y su novia Anna Kournikova, que viajaron expresamente desde Rusia a España para felicitar a Mario antes de poner rumbo a Estados Unidos.
El resto de los hijos de la mujer también felicitaron al Nobel, aunque no pudieron acudir a la cena por diversos motivos.
Desde Buenos Aires, el presidente Mauricio Macri envió un video filmado en la Casa Rosada en el que bromea sobre la vitalidad del novelista: "Sé que estás viniendo a la Argentina para la Feria del Libro. Lo primero que te voy a preguntar es cuál es la pastilla que tomás para llegar a los 80 tan impecable", saluda el mandatario.
Vargas Llosa dedicó a su nueva pareja -por la que rompió su matrimonio de 50 años con Patricia Llosa- las últimas palabras del discurso con el que agradeció la celebración de su cumpleaños, una intervención en la que no faltó la reivindicación de la creación literaria, así como tampoco una condena de los regímenes de Cuba y Venezuela y una defensa de la democracia en América Latina.
El discurso del escritor cerró un turno de intervenciones en el que también participaron su hijo Alvaro y el escritor Juancho Armas Marcelo.
"Me cuesta mucho escribir y al mismo tiempo me ha hecho gozar extraordinariamente", sostuvo Vargas Llosa, quien además prometió no abandonar nunca la "aventura inimaginable" de ejercitar la imaginación, ya que "escribir es lo mejor que le puede ocurrir a una persona en el mundo".