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8 de febrero de 2016

De vuelta a la rutina

Poco a poco nos iremos adaptando al trabajo, las clases, el ritmo de los niños y, un año más, habremos superado con éxito la vuelta de las vacaciones. Pero no es solo nuestra mente la que necesita su tiempo para adaptarse a la rutina después de los meses estivales, algunas partes de nuestro cuerpo necesitan también un cuidado excepcional cuando llega septiembre.
Estamos hablando, por supuesto, de la piel pero también de las uñas y el cabello, por ejemplo. El sol, el agua del mar o el cloro de las piscinas nos hacen un flaco favor en este sentido. Pero, no te preocupes, hay pequeños trucos que nos ayudarán a que nuestro cuerpo no se resienta después del verano.
¿Preparada para darte el doble de mimos en esta vuelta de vacaciones?


Mima tu piel

Tanto si has sido buena chica y la crema solar te ha acompañado a todos los rincones este verano como si has descuidado tu piel exponiéndola al sol sin protección, debes darle un extra de hidratación a la vuelta de vacaciones.
Durante el verano, con la exposición prolongada al sol, la piel puede resecarse y, una sobreexposición a los rayos del sol puede acelerar su envejecimiento o la aparición de manchas. Por ello, una de nuestras recomendaciones es que utilices crema hidratante cada día. Si eres de las que no quiere despedirse de un bonito bronceado tan pronto, puedes utilizar cremas hidratantes que, además, protejan tu piel de los últimos rayos del verano para continuar bronceándote sin peligro.
La exposición al sol hace que nuestra piel pierda lípidos. Por este motivo, sería recomendable que, si tienes la piel muy seca, procures repararla con algún aceite seco para el cuerpo que devolverá la textura aterciopelada a tu piel.
Como sabes, además de los productos para hidratarte, para que tu piel luzca perfecta es necesario que bebas al menos dos litros de agua al día, sigas una dieta equilibrada, abandones malas costumbres como el alcohol y el tabaco y evites, en la medida de lo posible, las situaciones de estrés.

Mantén un cutis feliz después del sol

Otra de las grandes damnificadas después de las largas jornadas de verano es la piel de nuestro rostro. La cara es, además, una de las partes del cuerpo más expuestas al antojo meteorológico y si en verano requiere unos cuidados, en invierno tendremos que procurarle otros.
Pero hasta que el temido invierno llega a nuestras vidas, debes ayudar a tu piel a recuperarse de los estragos del verano. La hidratación vuelve a ser otra de las claves para que tu cutis supere su propia depresión postvacacional.
En primer lugar, resulta fundamental deshacerse de las células muertas y limpiar nuestros poros para que los productos que utilicemos puedan penetrar mejor en nuestra piel. Por lo tanto, es el momento de realizar una limpieza de cutis, con su correspondiente exfoliación.
Debes elegir una crema hidratante que se adapte a las necesidades de tu piel y prestar especial atención al contorno de los ojos, una de las zonas que más sufre la deshidratación de la piel. 
Además, si eres propensa a que el verano deje huella en tu rostro en forma de esas antiestéticas manchitas, hay un buen número de productos en el mercado que te ayudarán a eliminarlas en función de tus necesidades.

Consigue un pelo sano y fuerte

Puedes ganarle la batalla al sol, el cloro y la playa y que sus efectos no se noten en tu cabello. Como cada año, este septiembre habrás vuelto a notar que el verano ha hecho verdaderos estragos con tu cabello, especialmente si lo llevas teñido o lo tienes muy seco.
Lo mejor que puedes hacer cuando vuelvas de vacaciones es pasar por la peluquería. Puedes planteártelo como un cambio antes de la vuelta a la rutina o, simplemente, como una forma de sanear las puntas. Es fundamental aplicarte al menos una vez a la semana una mascarilla hidratante y reparadora que se adapte a las características de tu melena.
Por si el verano no quiere abandonarnos todavía, sería recomendable que utilizases cremas, geles o sprays capilares con filtros solares que te protejan de los últimos rayos del verano. Recuerda, además, aplicarte un serum hidratante después de cada cepillado, porque ayudarás a que tu cabello no sea tan quebradizo y lo prepararás para el otoño, que es una de las épocas de caída de nuestro pelo.
Otra de las opciones que debes tener en cuenta es seguir una buena alimentación, rica en vitaminas B6 y B8 o añadir un complemento alimenticio que contenga ambas vitaminas. En el caso de la primera, cualquier ensalada de legumbres con complementos como el aguacate, el atún o los frutos secos puede ayudarte. En cuanto a la vitamina B8, la coliflor, la patata, la carne o la yema de huevo te aportarán lo necesario.

Tus uñas a punto

Las uñas, al igual que el pelo, sufren por el calor, el cloro y el salitre. El verano es la época del año en la que ponemos más atención a la manicura y la pedicura. Para tener unas uñas sanas y fuertes es necesario hidratarlas y nutrirlas antes de aplicar cualquiera de los esmaltes que causarán furor este otoño.
Puedes utilizar, por ejemplo, aceites naturales en lugar de endurecedores. Además procura huir de la acetona en los productos quitaesmalte, ya que tiende a debilitar la uña. Atiende también de una forma especial a tus cutículas que se habrán visto afectadas por la sequedad y la deshidratación este verano.
Te recomendamos, además, que pruebes con un complemento alimenticio que contenga keratina, vitaminas B6 y B8 y minerales como el zinc y el cobre que te ayudarán a devolver a tus uñas la flexibilidad y la fuerza que tenían antes de que comenzase el verano.

Olvida las durezas en tus pies

El sol, las largas caminatas, las sandalias planas, las de tacón vertiginoso... ¡Son tantos los retos a los que se enfrentan nuestros pies en época estival! Es importante que durante los meses de verano y un tiempo después les concedas un tratamiento especial a tus pies para evitar las antiestéticas y dolorosas grietas y durezas.
Lo más importante para la salud de nuestros pies es escoger un calzado adecuado. Sabemos que, a veces, es inevitable que aparezcan rozaduras o ampollas pero intenta utilizar un calzado cómodo y transpirable.
Como ocurre con todas las partes de nuestro cuerpo, el calor tiende a resecar la piel de nuestros pies. Así que una de las pimeras consignas que debes seguir es hidratarlos bebiendo mucha agua y utilizando crema hidratante. Varias firmas de cuidado de la piel tienen en el mercado cremas especializadas en el cuidado de tus pies.
Si eres propensa a que te salgan durezas en el talón durante el verano, deberías hacerte con una piedra pómez para utilizarla una o dos veces por semana. ¡Tus talones quedarán perfectos!
No te olvides tampoco de hidratar tus manos y tus labios que son, a menudo, algunas de las partes más perjudicadas y olvidadas después del verano.
Con todos estos consejos, ya estás lista para la vuelta a la rutina... ¡A no deprimirse!.

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