14 de agosto de 2015
Fernando Cochi, escribe sobre Don Antonio Magliano
En su primer libro, el escritor e investigador en patrimonio cultural Fernando Cocchi (1986), indaga en la memoria y en la obra de un artista plástico fundamental para el patrimonio cultural de la ciudad de Los Toldos
¿Quién fue Antonio Magliano? Nacido en 1886 en Alberti y fallecido en 1967 en Los Toldos, fue muralista, pintor, decorador y dibujante. Entre las décadas de 1920 y 1960, Magliano narró a través de sus obras la construcción institucional de la ciudad y la identidad de la comunidad: produjo murales y pinturas en más de 30 hogares; creó el Escudo Municipal de la ciudad; participó en el congreso eucarístico internacional de 1934 y en todas sus pinturas reflejó las imágenes y los procesos de conformación ciudadana de su tiempo.
La producción de Magliano es clave para entender una época de la historia argentina y bonaerense a través del arte. Antonio Magliano en Los Toldos - Los oficios del artista y el amor a la ciudad, de Fernando Cocchi, revela el valor patrimonial y cultural de su obra, aún no del todo reconocida fuera de Los Toldos.
Este libro sienta un precedente para la historia del arte en el siglo XXI: trabaja a partir de testimonios orales y de documentos públicos hallados en instituciones municipales y en colecciones privadas, y recobra el archivo personal de Magliano que durante años permaneció oculto: fotografías, manuscritos, bocetos, estudios y archivos fílmicos, entre otros documentos que por primera vez se ponen en circulación. ________________________________
ANTONIO MAGLIANO MEMORIAS DE UN MURALISTA
Del prologo de Daniel Schavelzón.
“Este es un libro quizá extraño, diferente, o simplemente no habitual en nuestro medio de la historia del arte. Este libro gira en torno a la obra aislada y desconocida de un artista local cuyo pueblo era muy pequeño cuando él lo habitó. Ese artista es Antonio Magliano, un hombre que no ha sido producto de la historia académica del arte en Buenos Aires, sino que creó su obra desde un pueblo pampeano, uno en el montón, llamado Los Toldos. El gran valor de esta obra y de su autor fue el explorar en lo poco conocido, en el autor no consagrado, sin enormes premios y ventas en el extranjero. Quizá en el artista de nosotros mismos. Magliano encontró un lugar en el que todo lo artístico estaba aún por hacerse: escenografías, murales, pintura de caballete, altares de iglesia. Durante mucho tiempo, Magliano permaneció olvidado, opacado, demolido. Afortunadamente, la memoria tiene vericuetos insondables y, con los años, reaparecieron docenas de sus obras, y llegaron a los museos, lograron recuperarse. Ya eran un patrimonio aunque nadie lo hubiera establecido por decreto oficial, no hacía falta y por eso se guardó su producción. Estaba incorporada en la memoria colectiva, y así sobrevivió a la destrucción y al olvido”.