25 de julio de 2015
Otro papelón de Recalde: caos en Aerolíneas y ninguna opereta a quien culpar
El titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, tiene quizás el peor año de su vida: lidió con un escándalo internacional ligado a la vedette Victoria Xipolitakis, quedó tercero en una elección desastrosa en la Ciudad de Buenos Aires y ahora, en plenas vacaciones de invierno, su empresa tuvo que cancelar alrededor de 200 vuelos.
Los usuarios perjudicados denuncian que hubo sobreventa de pasajes, y esa fue la causa por la que quedaron varados o tuvieron que reprogramar sus viajes. Pero el hijo del histórico abogado de la CGT y actual diputado nacional, Héctor Recalde, justificó el desmadre con una batería de argumentos ya clásicos del kirchnerismo: la mala fe de los medios de comunicación, la politización de la línea de bandera y presuntos conflictos gremiales. Por si quedara alguna duda de que él no tuvo nada que ver, agregó que hubo que hacerle el service a varios aviones y se registraron malas condiciones climáticas.
No obstante, la Federación Argentina del Personal Aeronáutico (FAPA), desmintió conflictos sindicales. “Se quiere deslindar la responsabilidad que le corresponde a una muy mala programación, intentando hacer culpables a los que una vez más son víctimas de malas decisiones gerenciales”, afirmaron. En tanto, las condiciones climáticas también fueron investigadas y puestas en duda, y tampoco queda claro por qué no previeron antes los mantenimientos correspondientes.
Ante este panorama, el nene mimado de Cristina Fernández de Kirchner recurrió a la última instancia que señala el manual del FpV para resolución de conflictos: negar todo de plano. Ante las cámaras, dijo que no había ningún problema, que todo estaba normalizado, y no sabía por qué los diarios publicaban lo que publicaban. Aníbal Fernández se prendió y desmintió que hubiera habido sobreventas, la teoría que hasta ahora más se sostiene. En simultáneo, Aerolíneas bajaba de su página oficial el listado de vuelos cancelados (y dejaba como único medio de comunicación a los pasajeros afectados un 0800) y ofrecía compensaciones monetarias en dólares o alojamiento.
Esta desesperación por evitar exponer una mala gerencia reside en que Aerolíneas Argentinas es uno de los últimos bastiones del Gobierno para demostrar una gestión efectiva. Sin embargo, los millones de dólares en déficit, los proyectos de La Cámpora que también generan pérdidas (como ArBus) y la mediatización de estrategias de publicidad vinculada con pasajes gratis a famosos (efecto Vicky), sumado a esta tremenda desorganización en las ventas, están dando por tierra la ansiada buena imagen. A Recalde se le está yendo la situación de las manos: para revertirla tendría que correrse de la receta K “Yo no fui” para empezar a administrar con responsabilidad una compañía que se financia con los impuestos que pagan todos los argentinos.
Crèdito: Agencia de noticias Nova