El primer indicio del buen verano que se venía fue el 31 de diciembre. La noche de Año Nuevo, 50 mil personas presenciaron el show de fuegos artificiales a orillas del lago San Roque, en Villa Carlos Paz. Después, ahí nomás, tuvo lugar el aluvión turístico inicial: 470 mil autos pagaron peaje en las rutas de Córdoba los primeros días de enero. Desde entonces, el crecimiento fue incesante.
Así, en Villa Carlos Paz se ve por un lado a la gente de clase media del interior que visita la localidad desde siempre y que consume obras de teatro protagonizadas por personajes del show business local (desde Alesandra “la Sueca” Larson hasta Ernestina Páis y Fátima Flores). Por el otro, aquellos que desde hace algunos años eligen los poblados pequeños de Traslasierra o del Valle de Calamuchita para descansar, refugiados del ruido, entre arroyos mansos.
Pero la gran clave son los precios. Comparados con Pinamar y Mar del Plata, parecen de otro verano. En Carlos Paz se consiguen alojamientos a $200 el día por persona. La entrada a un boliche cuesta entre $50 y $80. Un lomo completo con papas cuesta $60. Una gasesosa chica, $18. Una cerveza de litro entre $35 y $40. Estacionar cuesta entre $3,50 y $15 la hora.
Se estila no reservar. “Ahora los visitantes negocian el precio y contratar apenas llegan”