Para Gonzalo hablar de su hijo es hablar de la mamá. En parte por las virtudes que tiene Brenda como mujer y mamá. Pero fundamentalmente porque está enamorado. “Brenda es una madre maravillosa -asegura-. Se le despertó un gran instinto maternal y es como en su horóscopo, una gran leonina protegiendo a su hijo, que también es de Leo. Lo que tengo con ella es muy grande, es un universo. Y eso es mucho, es todo”. Lector compulsivo (Gonzalo lee todo lo que cae en sus manos) le encanta recorrer librerías de viejo revolviendo los estantes. No busca nada en particular. No sabe lo que va a encontrar y siempre encuentra algo que lo sorprende. Más aún: que lo apasiona. De este ritual nació el proyecto de producir su primera película, “Un publicista en apuros”. “Estoy entusiasmadísimo con este proyecto -asegura-. Todo sucedió con una fluidez maravillosa. Un día, hojeando lo que había comprado, dí con esta novela que me atrapó desde el principio. Contacté a la autora, Natalia Moret, y aunque ya había varias productoras interesadas en su novela, junto a mis socios de Grama Films pudimos adquirir los derechos. Estoy muy contento y espero que para fines de 2014 ya estemos rodando. Será una gran película”. Así como la película es su proyecto a futuro, la tira “Mis amigos de siempre”, es el presente inmediato. El tema, la nostalgia del barrio que un día se abandonó para no volver, es un sentimiento vivido realmente por Gonzalo. Su nostalgia es por Munro, donde nació y se crió. ”En la tira somos amigos de 30 y pico -cuenta- que vuelven a a su barrio para salvar al club de la zona que se va a vende. Cada personaje tendrá, además, la carga de su propia historia de vida y la nostalgia de volver esa mirada atrás”. Para Gonzalo será, además, una demostración de su capacidad de convivencia. Los otros dos protagonistas de la historia serán Nicolás Cabré y Nicolás Vázquez. “No somos amigos y hasta ahora no habíamos compartido trabajos -cuenta-. Pero en las reuniones que tuvimos me cayeron muy bien y lo demás se dará solo a medida que arranquemos el ritmo de las grabaciones, que por lo general serán cerca de 12 horas”. Y como para Gonzalo el éxito es importante pero, a la vez, secundario, la última imagen tiene que ver con su familia, que es el sentido de su vida. “Todos los días los tres nos tomamos una hora y media metidos en la cama. Es nuestra isla, nuestro universo”.