Sábado 21 de Diciembre de 2024

Hoy es Sábado 21 de Diciembre de 2024 y son las 12:58 -

DEPORTES

6 de abril de 2024

Dejó el fútbol por el automovilismo, es el estratega detrás de Agustín Canapino y sueña con correr en la IndyCar

Leandro Juncos entrenó con el Pulga Rodríguez en Central Córdoba de Santiago del Estero. Pero heredó de su padre su verdadera pasión, las carreras de autos, y debutará este fin de semana

Leandro Juncos cuenta la anécdota con el Pulga Rodríguez/>

 

Leandro Juncos cuenta la anécdota con el Pulga Rodríguez

Sobre el Pulga revela una anécdota que describe el talento innato del experimentado delantero. “En mi primer entrenamiento un amigo me dice ‘vas a entrenar con el Pulga Rodríguez’ y yo no sabía bien quién era. Lo vi en videos de YouTube y dije ‘es buenísimo’. Ya en la práctica, la primera pelota que tocó la agarró con tres dedos y la clavó en el ángulo. La calidad que tenía, te das cuenta por qué es distinto y es una oportunidad única que pude compartir con él”, afirma.

Aunque decidió colgar los botines pese a que tenía proyección para poder debutar en Primera División. Explica los motivos y relata que “vivir solo en la Argentina no es fácil, menos en el ambiente del fútbol que es muy exigente. Cada día es una lucha para ganarse el puesto, entrenarse, cuidarse. También porque yo siempre tuve la posibilidad en el automovilismo y con la presencia de Agustín en el equipo todo fue sumando para tener más ganas de volver. Pero seguí con el fútbol hasta que me di cuenta de que iba a tener que firmar un contrato, ser profesional y no era algo que disfrutaba. Lo sentí como una obligación. Salió la oportunidad de tener una prueba sobre un auto de carrera. Entonces dije ‘prefiero hacer algo que siempre quise hacer y no quedarme trabado en algo que no estoy ciento por ciento convencido, que no me cerraba, como el fútbol’”.

En perspectiva afirma que fue acertado dejar la pelota. “Tomé la decisión correcta y obviamente no me arrepiento de mi decisión. Dejé atrás 15 años de fútbol, pero lo que sentí en ese momento fue que creí que podía llegar a ser alguien importante en el automovilismo o al menos lo que yo quiero seguir. Lo que aprendí en el fútbol lo puedo aprovechar en el automovilismo, a nivel de trabajo en equipo. También la necesidad de ganar y de hacer las cosas bien. La exigencia de ganar en el fútbol argentino me sirvió. Eso acá no hay. Por ejemplo, conocí jugadores en la Argentina que si no ganaban no tenían para darle de comer a su familia. Era tanto el nivel de exigencia que acá no hay y, si puedo aplicarlo, puedo tener cierta ventaja”, revela.

 

Leandro Juncos recuerda cómo lo marcó su vida en la Argentina

Una vez de vuelta en los Estados Unidos se sumó al equipo de su padre y se forjó su rol que es clave en la campaña de Canapino. “Fui directamente a la carrera de Mid Ohio para ver cómo trabajaba el equipo y aprendí un montón. Ahí Agustín dijo ‘necesito a alguien que me ayude con la parte de análisis, pit stop (paradas en boxes), la estrategia’, que era algo que él no tenía. Yo no sabía mucho, pero en Iowa fue mi primera carrera en la que lo ayudé en un óvalo y llegó a ubicarse noveno con una buena estrategia. En la última carrera venía para ganar y avanzamos un montón”.

Respecto de su labor con Canapino, amplía y dice que “el equipo no tenía a alguien a cargo de la estrategia y había ciertas decisiones que había que tomar. Obviamente que yo veo carreras de la IndyCar desde los dos años. Corro en simuladores desde hace varios años y preparo mi estrategia. Pude ser una ayuda extra para mi viejo para tomar ciertas decisiones, como cuándo parar o saber qué gomas usar junto con Agustín”.

Además, resalta la impronta del arrecifeño en la escudería: “Lo que hizo Agustín fue impresionante, la manera en cómo le llegó al grupo, fue increíble y me ayuda ahora que yo voy a correr”.

 

Leandro en acción sobre el monopostos de la USF Juniors (Leandro Juncos)

Su primera experiencia en autos de carrera fue en una prueba con un Fórmula 4 en Homestead, que contó con el asesoramiento del ex corredor, Juan Manuel “Pato” Silva (campeón de TC, TC 2000 y Fórmula Renault). Más tarde ensayó en la Argentina con un Fórmula 3 Metropolitana en el Autódromo Roberto José Mouras de La Plata.

Este fin de semana debuta de forma regular en la USF Juniors, que es el primer escalón hacia la IndyCar. “Este es mi primer año completo. Todo lo que hice en mi vida fue para ganar. No voy a correr el campeonato si no creo que no voy a ser campeón. Será muy difícil en una categoría muy competitiva con 30 autos. El año pasado, en las siete primeras carreras, ganaron siete pilotos diferentes. Pero en la primera prueba con el auto, sin conocer la pista y encima se largó a llover, en la primera tanda quedé primero”, apunta y agrega que “me entreno mucho en el simulador y también trabajo en el taller”.

El estreno es en el Nola Motorsports Park, en Luisana, cercano a Nueva Orleans, y Leandro cuenta que “corro en el Deforce Racing, que es el equipo bicampeón”, y sobre la categoría detalla que “no se corre en óvalos. Sus autos tienen 170 caballos y llegamos a 220 km/h y caja de seis velocidades. Es un auto parecido a la IndyCar, pero con menos carga aerodinámica (alerones y otros aditamentos) y potencia”.

 

Leandro Juncos cuenta cómo es su trabajo con Agustín Canapino

Pese a que el automovilismo norteamericano es uno de los más fuertes del mundo, a Leandro lo marcó su experiencia en la carrera del Turismo Carretera el año pasado en Buenos Aires, en ocasión de la vuelta parcial de Canapino. “Fue increíble haber estado en la hinchada de Chevrolet. Lo del TC es muy fuerte. Acá en las 500 Millas de Indianápolis ves 400 mil personas, pero no sentís esa pasión tan fuerte como lo vi en la Argentina. Fue una locura. No se compara tampoco a la NASCAR. Creo que si a una carrera de la NASCAR llevás un auto del TC, la gente se vuelve loca porque es mucho más lindo, más rápido y creo que el nivel de pilotos es incluso mejor y se corre muy bien”.

Hace 22 años su padre Ricardo Juncos dejó su país detrás del “Sueño Americano”. A fuerza de sacrificio y perseverancia llegó lejos. Su hijo Leandro también emigró y se forjó a nivel futbolístico en la Argentina, pero lo suyo finalmente fueron las carreras de autos. Hoy ambos trabajan juntos y comparten la pasión por el automovilismo.

 

Agustín Canapino, Ricardo Juncos y Leandro (Juncos Hollinger Racing)

COMPARTIR:

Comentarios