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ESPACIO INTA

23 de diciembre de 2022

La agricultura regenerativa se extiende en la región Cuyo

Con el foco puesto en conservar y revitalizar los procesos biológicos del suelo, INTA y Unilever impulsan la sostenibilidad productiva de los horticultores de Mendoza y San Juan que abastecen a la industria del deshidratado. En qué consiste esta estrategia agrícola que armoniza la producción agropecuaria con las dinámicas de la naturaleza.

Comprometidos con el ambiente y convencidos de se puede producir, al tiempo que se fomenta la biodiversidad y los procesos naturales, INTA y Unilever impulsan la agricultura regenerativa de los horticultores de Mendoza y San Juan que abastecen a la industria del deshidratado. El anuncio de esta alianza se realizó en una jornada entre especialistas en el Museo Saavedra, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Con casi 30 años de articulación, INTA y Unilever trabajan en materia de mejoramiento genético de zapallo, cebolla y zanahoria, producción de semillas y asesoramiento a horticultores involucrados. El proyecto da un paso más y, mediante un nuevo convenio, se incorporan los principios de la agricultura regenerativa para mejorar las producciones.

De acuerdo con Claudio Galmarini –director del Centro Regional Mendoza-San Juan del INTA y especialista en horticultura–, “es prioritario mantener la productividad de nuestros cultivos en armonía con la naturaleza, empleando estrategias que contribuyan a la sostenibilidad, la agricultura regenerativa es una de ellas”.

En este sentido, aseguró que “es fundamental tener el suelo siempre vivo y con actividad biológica, así como emplear técnicas de manejo que permitan conservar el recurso hídrico, principal problema que preocupa a la región cuyana”.

A su vez, reconoció que el trabajo conjunto con los productores que abastecen a la planta deshidratadora de Unilever permitirá “experimentar, aprender, adoptar y difundir prácticas de agricultura regenerativa que contribuyan a la sostenibilidad ambiental, económica y social de los productores y de todo el sector”.

Por su parte, Natalia Giraud –Head de Asuntos Corporativos de Unilever– especificó que “con la implementación de los Principios de Agricultura Regenerativa queremos apoyar a los agricultores y pequeños productores locales a producir de manera responsable desde lo ambiental, social y económico”.

Y agregó: “Este compromiso demuestra nuestra búsqueda constante por agregar valor desde el origen y maximizar el impacto positivo en materia de sustentabilidad. Cultivando los alimentos en armonía con la naturaleza, regenerándola para hoy y para el futuro”.

Para la industria del deshidratado, el INTA obtuvo dos variedades de zapallo, otras dos de cebolla y una de zanahoria aptas para la industrialización, dado su mayor contenido de sólidos, color y menor porcentaje de descarte.

Regenerar el ambiente incrementa la competitividad

De la mano de la agricultura regenerativa es posible lograr una productividad más eficiente en el uso de recursos, con estabilidad en los rendimientos y una mejora del ambiente. Para esto, es importante fabricar materia orgánica y mantener al suelo siempre vivo, con mucha actividad biológica y diversa. Si se degradan estos elementos, la capacidad productiva del suelo se derrumba.

Regenerar un suelo implica intensificar sus procesos ecológicos naturales, integrarlos al manejo agronómico para recuperar los procesos vitales del ecosistema. Esto no sólo involucra a la biodiversidad edáfica, sino a la biodiversidad complementaria a los cultivos, como es el caso de los insectos polinizadores y controladores biológicos, aves, batracios, mamíferos y especies nativas.

Es importante fabricar materia orgánica y mantener al suelo siempre vivo, con mucha actividad biológica y diversa.

Mendoza, sede de la industria del deshidratado

La mayor capacidad industrial instalada para deshidratar hortalizas en la Argentina se encuentra en la provincia de Mendoza. A su vez, del total de las hortalizas producidas en el país un 10  % se industrializa cuyos principales destinos son la industria conservera, la del congelado y la del deshidratado.

En la planta de Unilever ubicada en Guaymallén, Mendoza, se deshidratan 13 vegetales diferentes y, para ello, se reciben anualmente 15.000 toneladas de vegetales crudos, que se traducen en 3.200 toneladas de vegetales deshidratados entre escamas, granulado y polvo.

Los cultivares destinados a la deshidratación son diferentes a los utilizados para el mercado en fresco. Entre los caracteres más valorados está el contenido de materia seca, a mayor contenido menor cantidad de energía se emplea para extraer el agua en el proceso industrial.

Para esta industria, el INTA obtuvo dos variedades de zapallo, otras dos de cebolla y una de zanahoria aptas para la industrialización, dado su mayor contenido de sólidos, color y menor porcentaje de descarte.

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