“Este proyecto comenzó hace un año, cuando junto a Nicolas Mulcahy presentamos el proyecto a Paolo Barbieri, que luego se convirtió en ordenanza. Ya se realizaron las tareas de desmalezado y estamos en la segunda parte del proyecto, que consiste en hacer de la isla una reserva urbana natural, para que luego se convierta en un lugar educativo ambiental, donde la comunidad, los colegios y el turismo puedan apreciar las especies, con un reservorio para polinizadores y un bosquecito nativo. Y sobre todo preservar este lugar, que se encontraba cerrado y va a ser un lugar de descanso, con espacios de lectura, para la observación y la relajación”, puntualizó Mariel Amestoy.

Entre los voluntarios se encuentran vecinos particulares y también varios grupos, como Artesanas del verde, el Club de Leones, Guardianes de la Ecología, Con los pies en la tierra, la Biblioteca “José Ingenieros” y Linda Perez paisajismo, entre otros.

Entre las solicitudes efectuadas al Intendente se encuentra la colocación de una reja o puerta en el puente de acceso, dado que el reservorio sufrió daños y vandalismos.

En este sentido, la reja permitirá que la visita a la isla sea en determinados horarios y con los cuidados que requiere un lugar de reserva, en una modalidad de visita guiada y articulada con las áreas de Educación y Turismo.