Según estimó, en Argentina hay 8.400 camas de terapia intensiva, la mayoría para adultos y el resto para niños. Del total de médicos intensivistas, hay 2.400 para adultos y unos 400 para niños. Además, contabiliza unos 2.000 respiradores.

“Los números no cuadran. La cantidad de médicos, que debería ser unos 7 por camas y teniendo en cuenta que puede haber una ocupación de las terapias con 700 de pacientes ventilados, nos coloca en una situación de desventaja de intensivistas si tenemos todas las camas ocupadas. La mayoría no son operativas porque no cuentan con médicos y respiradores. En una situación de emergencia en la que se debe reducir la relación de médicos por cama. Al menos un médico cada 4 camas de terapia intensiva”, explicó.

Al ser consultada si se puede entrenar a otros médicos para que sean terapistas, Rosa expresó que eso no puede realizarse de manera “rápida” pero lo que se está haciendo es dar una capacitación para que “tengan un mínimo de conocimiento”.

“Les estamos enseñando cómo detectar a un paciente que ingresa con insuficiencia respiratoria y determinar que ese paciente debe quedarse en el hospital y que puede evolucionar para luego ir a la terapia. Un intensivista debe estudiar como mínimo cuatro años, que es la residencia, y después seguir aprendiendo. Uno se tiene que actualizar. Es como que yo intente ser traumatóloga en dos días”, explicó.

Rosa expresó, además, que el pico de la enfermedad podría llegar “dentro de una semana” aunque es muy difícil de estimar la proyección de la cantidad de contagiados.

“Probablemente sean muchos más de los que son ahora por día. Esperamos que superen unos 250 por día. Es decir, unos 3 mil en Argentina, entre leves y severos. De esos leves, el 16% son severos y, de esos, el 5% a terapia intensiva. Si aumenta el número, aumentan los que van a terapia intensiva. Así que necesitamos unas 10 mil camas, unos 5 mil respiradores y un médico intensivista por cada 4 camas”.

Finalmente, hizo referencia a la llegada de médicos argentinos desde otros países e indicó que “no tienen información oficial” sobre ese tema.

“Acá hay médicos muy bien entrenados. Nosotros lo vemos con preocupación porque no sabemos cuál es su nivel de entrenamiento.  Esto es una opinión personal: ningún italiano se ha ido a otro país en Europa a colaborar porque están saturados. Es llamativo que de países a donde está el problema, vengan para acá”, finalizó.