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2 de abril de 2018

La tragedia del Belgrano que enlutó a Baigorrita

El 2 de mayo de 1982, el Crucero ARA "General Belgrano" recibió en aguas del sur un ataque con torpedos del submarino HMS Conqueror...

Los dos torpedos de los tres lanzados que recibió el crucero determinaron su hundimiento con la pérdida de 323 de sus tripulantes. Un día triste para los argentinos y los Baigorritenses  en particular, ya que uno de los hijos de ésa localidad se encontraba a bordo del buque, y a partir de allí comenzó un peregrinar de la familia Soriano.

Era lunes 10 de mayo y continuaba la incertidumbre en el hogar del conscripto embarcado en el crucero:  Miguel Angel Soriano.

 Bahía Blanca era uno de los lugares donde podria haber información, para saber en la misma base sobre la suerte corrida por los tripulantes.

Pero no se logró información alguna y se les decía a los fliares que debían mantenerse atentos a lo que las fuerzas armadas les comunicaran en su momento.

 Se continuaban viviendo horas de tensión lógica...las mismas condiciones que los demás... mientras que "del conscripto Soriano" de la localidad de Baigorrita, nada se podía saber.

A mediados de mayo se informaba desde las páginas del diario  LA VERDAD, sobre la vuelta al hogar del marinero, Adalberto Cepeda de Junin, quien había permanecido dos días en plena tempestad en medio del Atlántico Sur.
Cepeda, en un reportaje hecho por el matutino, contó que al momento del ataque se encontraba en su puesto de combate, montando guardia en la torre, en cámara de proyectiles.
"Los torpedos lanzados por el submarino enemigo -comentó- se metieron justo debajo de la línea de flotación. El impacto fue terrible, pero a pesar de ello, todo transcurrió en calma. No existió desesperación en ninguno de los tripulantes. Pasados los primeros momentos, cada cual se dirigió a las balsas que teníamos asignadas para estos casos".
Consultado sobre si se realizó algún acto sobre el crucero antes de hundirse, respondió: "No puedo saberlo porque fuímos unos de los primeros en abandonarlos. Cuando dieron la orden de tirar las balsas al mar, comenzamos a abordarlas de inmediato. Lo que sí pude apreciar fue el hundimiento del General Belgrano que se produjo en aproximadamente treinta minutos, primero se levantó de popa para luego irse de proa".
Luego comienza a vivirse la segunda etapa de la historia: una vez en las balsas enfrentaron las inclemencias del tiempo y la incertidumbre de saber cómo y cuándo iban a ser rescatados.
"Una vez en las balsas salvavidas -continúo el relato- nos atamos en grupos de seis a siete, pero la fuerte tormenta reinante, que hacía que el mar estuviese picadísimo, nos rompía los cabos así que decidimos soltarnos y cada uno quedó librado a su suerte. En mi balsa nos encontrábamos 18 personas: un oficial, dos cabos segundos, un cabo principal y el resto todos marineros.
Pasamos dos días en el agua en una soledad total pero a pesar de ello manteníamos la moral bien alta y la fe intacta. La balsa, por el efecto de la inclemencia del tiempo se desinflaba y la volvíamos a inflar para mantenernos a flote.
No sufrimos ningún hostigamiento de aviones o barcos enemigos ni sentíamos temor de ataque alguno. Las horas las pasábamos agrupados para sentir menos frío porque estabamos completamente mojados, pero vuelvo a repetir: sabíamos que nos vendrían a rescatar y así ocurrió.
El ruido del avión nos alertó. Fue muy grande la alegría de saber que nos habían avistado. Era un avión de la Fuerza Aérea.
De allí en más debimos esperar que nos recogiera un barco de salvataje pero ya todo era distinto. Sabíamos que estábamos a salvo.
A bordo del "Bahía Paraíso" pasamos cuatro días mientras el barco continuaba la tarea de rescate. De allí nos pasaron a Usuhaia y de allí a Bahía Blanca, donde nuevamente nos realizaron un control médico, para luego viajar a mi casa".
"Lo demás -agrega LA VERDAD- es ya conocido. Junín recibió en la madrugada  a uno de los tripulantes del General Belgrano. Lo dejamos junto a sus padres Andrés y Margarita Rosa de Cepeda y sus hermanos Claudia Roxana y Juan Carlos".


EL PEOR FINAL

El viernes 14 de mayo dieron por desaparecidos a los tripulantes del Belgrano Seitún, Jurio ambos de Junin  y Soriano de Baigorrita
Ese día, LA VERDAD informaba: "Alrededor de media mañana del día de ayer circularon versiones confirmadas posteriormente, de la presencia en nuestra ciudad de un suboficial de la Armada, el cual era portador de comunicaciones destinadas a los familiares de las víctimas del "General Belgrano". Estaban dirigidas a las familias de Alfredo Jurio y Daniel Seitún, las dos de Junín y de Miguel Angel Soriano en la localidad de Baigorrita.
En una recorrida por los hogares de los mismos, supimos la confirmación verbal de parte de los familiares.
Si bien no pudo saberse el contenido de los sobres, en ellos se informaba que se los daba por desaparecidos con presunción de fallecimiento.


ALFREDO JURIO: Nació el 3 de febrero de 1962 en Junin. Fue creciendo al amparo del cariño de sus padres y hermanas, rodeándose amigos. Finalizados sus estudios primarios se dedicó a distintas actividades pero la abrazada con preferencia fue la gastronomía.
Dejó Junin en 1981 para incorporarse a la Armada Argentina.
Su hogar  constituido por Emma López de Jurio -su madre- y María Inés, su hermana. 

MIGUEL ANGEL SORIANO: Hijo de Conrado Soriano y de doña Dolores Domínguez, de la localidad de Baigorrita, lugar de su residencia.
Se había constituido en un joven apreciado por sus modales y apego a la familia. Tenía dos hermanas, Mónica y Bettina y dos sobrinitas.
Con sus 19 años se había constituído en el mejor colaborador de las tareas de manejo y contralor que su padre poseía en esa localidad en la zona.
Asimismo trascendió que el aludido suboficial de la Armada Nacional cumpliría idéntica misión ante familiares de marineros radicados en la zona y que en tal sentido se dirigía a General Viamonte, Ameghino, Lincoln y General Villegas.
Solamente se pudo establecer que en la ciudad de Lincoln informó a familiares de Rubén Heredia que se lo daba por desaparecido", concluyó el artículo de LA VERDAD de ese 14 de mayo.

 

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