Un remisero le devolvió a un jubilado 20.400 pesos que éste se había olvidado en el auto que utiliza para trabajar desde hace más de 20 años, en la ciudad bonaerense de Olavarría.

“Jamás dudé en quedarme con algo ajeno”, dijo Marcelo Calzoni, de 35 años, dueño de la remisería Gisel, donde trabaja a la par de sus empleados. Al volver de uno de los viajes, escuchó ruidos en la puerta del acompañante y cuando revisó se encontró con fajos de dinero.

“Había dejado a este hombre mayor en su domicilio y cuando él bajó se le cayeron unos papeles y 100 pesos. Yo me bajé a ayudarlo y no vi nada más. La sorpresa fue cuando hice unas diez cuadras y sentí ruidos debajo del asiento”, explicó el hombre.

Cuando Calzoni revisó el auto, encontró 400 pesos y dos fajos de 10.000 pesos cada uno. “No dudé un segundo en devolverlo y me dirigí a la casa del hombre para llevárselo”, comentó.

Al llegar al domicilio, habló con quienes se presentaron como los nietos del jubilado, les contó la situación, pero antes de devolver la plata quiso confi rmar que fuera el propio hombre el que la recibiera.

“El abuelo salió, se tocó los bolsillos y ahí notó que no tenía el dinero. Lo más lindo fue verle la cara cuando se dio cuenta. La familia me agradeció mucho, me dijo que no pasa siempre”, detalló.

En 20 años de trabajo, Calzoni siempre halló cosas olvidadas. La gran mayoría fueron celulares, pero remarcó que jamás dudó en devolver lo que no le pertenece.

“Siempre devolví todo, hasta una computadora. Esta vez no fue la excepción. No fui con intención de que me den algo, nunca dude en devolvérselo al hombre mayor”, dijo, y agregó: “He devuelto celulares de más de diez mil pesos y el mío vale menos de mil, siempre devolví, porque no me corresponde. Me gusta hacer el bien, me hace sentir mejor a mí”.

Y resaltó: “Yo sigo laburando como todos los días, entiendo que llama la atención por todo lo que vivimos, pero para mí no había otra opción, era dinero que no me correspondía”.