La menor llegó derivada del Hospital de Lincoln con el antídoto correspondiente, pero con falla multiorgánica. Y a las pocas horas, falleció. Según el doctor Jorge González, secretario de Salud de Lincoln, la primera consulta al Área de Pediatría del Hospital de esa ciudad fue a la una de la madrugada del domingo, cuando la beba llegó con su madre con un cuadro de llanto desconsolado y fue recibida por una doctora, que luego de revisarla, no le encontró nada fuera de lo común, ya que no tenía ninguna picadura a la vista.

Así, le otorgó un analgésico y le recomendó a la madre que esté atenta. La misma regresó con la niña a las 5, ya con la cara hinchada y con una ligera hinchazón en la zona alta del tórax, pero sin fiebre ni cambio de color. En ese momento, tampoco le encontraron nada referente a una picadura.

Le aplicaron el antialérgico correspondiente y le solicitaron análisis de laboratorio y una placa para las primeras horas del día. Alrededor de las 8, la mujer regresó y le realizó todos los estudios. A las 10, fue atendida por el nuevo médico de guardia, quien ve los resultados de los análisis y observa a la niña con un estado de salud comprometido y ya con una imagen compatible con una picadura, es decir una especie de hematoma en la zona afectada.

Rápidamente, se comunicó con el Centro Provincial de Referencia en Toxicología (Ceprotox) y realizó la consulta correspondiente. Allí, surgió la posibilidad de que se trate de un cuadro de loxoscelismo (conjunto de manifestaciones clínicas ocasionadas por el envenenamiento causado por mordedura de araña del género Loxosceles). En este contexto, como debían aplicarle a la beba el suero Antiloxosceles e internarla en terapia intensiva, los médicos decidieron trasladarla a Junín. Ingresó al HIGA a las 13 aproximadamente, pero ya con un cuadro complicado, que generó su fallecimiento a las 20.40.

Cabe resaltar que, en estos casos, el porcentaje de muerte por picadura es muy bajo: sólo el 15%. Según pudo reconstruir, la menor, oriunda de Arenaza, se encontraba con su familia en la casa de su abuela, en Lincoln. Allí, jugó a las escondidas en un sector donde hay acopio de leña, por lo que se cree que, en ese lugar, fue picada por la araña, aunque nunca se logró encontrar al insecto

La araña Loxosceles, conocida como la “araña del rincón”, es una especie de 3 centímetros, con patas alargadas, de color marrón clarito, y el nombre vulgar es “araña violinista”, porque en la región entre la cabeza y el tórax tiene un dibujito oscuro similar a un violín. Teje poca tela, particularmente en los lugares en los que está escondida. Le escapa a la luz y tiende a estar en ambientes oscuros, en lugares donde puede encontrar cierto refugio, como debajo de un mueble viejo, o detrás de un cuadro. Tiene una gran presencia en todo el territorio de nuestro país. En qué parte de la casa puede esconderse Los lugares más comunes son: aberturas o grietas en la pared, paredes sin revoque, muebles viejos que normalmente carecen de aseo, detrás de cuadros. También pueden estar en una biblioteca sin movimiento y con cierto grado de suciedad. En el exterior, suelen preferir lugares poco aseados, en donde se juntan otros insectos, de los que se alimentan. Galpones, talleres, o entre la leña, son otros de sus lugares favoritos.