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REGIONALES

26 de septiembre de 2022

Vuelco en camino Real entre Lincoln y Bayauca

En horas de la mañana de èste Viernes, personal de Puesto de Vigilancia Bayauca, acudió por vuelvo de vehículo en camino Real Lincoln-Bayauca a unos 1500 metros de Bayauca.

En el lugar se certifica veracidad donde por circunstancias que se tratan establecer camioneta Chery Tiggo, conducida por femenina de 51 años oriunda de la localidad de Los Toldos, de nombre Veronica, pierde control de rodado precipitandoce hacia una cuneta existente el lugar. Producto de ello la conductora sufrió diversas lesiones que no revisten peligro de vida. Trabajo en el lugar personal médico de Bayauca, bomberos voluntarios Bayauca y policía local. Se instruyo IPP caratulada Averiguación de Ilícito con intervención de la UFIJ nro. 4 del Depto. Judicial Junín.

Por su parte en sus redes sociales Vero Azpiro Cleñan manifesto:

Mi corazón está agradecido a quienes me asistieron durante el accidente automovilisto que sufrí en el camino rural de Bayauca, (Bs As) el viernes 23 de septiembre a la mañana. Fue justo el Dia Nacional de los Derechos Políticos de la Mujer. Día de lxs politólogxs. Agradecida a la bombera y bombero voluntario que lograron sacarme del auto volcado, a lxs campechanos que pararon para hacer las llamadas a la ambulancia y bomberos, fue muy rápida la asistencia. No perdí la conciencia en ningún momento, por lo cual pude ir indicando a quienes me socorrieron las partes afectadas en mi cuerpo físico, y la mejor manera de no seguir lastimándome para sacarme del auto. Las soluciones las encontramos juntos. Por el baúl no iba a salir porque el auto tiene GNC. Me escucharon y los escuche, fuimos un buen equipo en la contigencia. Estoy agradecida al equipo de emergencia y ambulanciero que avisaron a mis primos en Los Toldos. Estuve con el corazón apretado por el modo en que íban a contarle a Kajfüñam, mi hijo, lo sucedido. La Directora de la Escuela Normal, María Eugenia Sanchez acompañó con ternura y calidez el relato de la noticia. Por primera vez, la institución secundaria acompaña a mi hijo en algo que nos sucedió como familia. El camino serruchado del camino de tierra, con una sequia de 6 meses, me hizo sentir más el dolor de las costillas rotas. Mientras me llevaban en la ambulancia pedí lluvia a los ragiñelwe (intermediario espiritual mapuche) para cambiar el modelo sojero, para que el campo vuelva a producir alimento sano y no solo trabaje en un modelo depredatorio. El Hospital Municipal de Lincoln Miravalle, me recibió muy bien. El equipo de salud biomédico actuo seriamente de manera profesional. Todas las culturas tienen: actividades teóricas, modelo médico, técnica médica, especialistas y la forma del padecimiento es cultural. El modelo biomédico del hospital no permite que nadie acompañe en los momentos de diagnóstico, prácticas médicas, tomografía computada, extracción de sangre, revisión de signos vitales, relato del padecer, etc. Los especialistas que me atendieron: cirujano, laboratorio, enfermeras, camilleros, auxiliares de enfermería y otros me trataron bien. La enfermedad/padecimiento es particular a cada cultura y esta tiene una taxonomía propia, una forma de llamar a las enfermedades. Escuché el diagnostico biomédico, pero además me diagnosticaron los especialistas de la médicina mapuche. Lxs machi (medica tradicional mapuche) que me han atendido a lo largo de toda mi vida me diagnosticaron también. Hicieron el pewtun (técnica médica) a través del kulxug (instrumento sagrado), vieron mi am (alma), los órganos afectados, el cuerpo físico, el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo espiritual. Hicimos un largo chalin (conversación tipo amnesis) largo mapuche, conversamos de lo que pasó. Me curaron el susto. Mi cuerpo mental reconoció los errores al conducir. No me coloque el cinturón de seguridad. Venía muy contenta, velocidad 60 porque el camino estaba muy golpeado. Elegí no frenar y atropellar a un tercero, una moto que apareció en el medio del camino. Mi cuerpo emocional estuve fuerte. No me victimice, entregue la sangre de mi cuerpo al territorio. Fui una maraña de cabello, con sangre, con tierra y con vidrios astillados del parabrisa en mi frente. Mi neyen (aliento vital) lo entregue al mapu (territorio). Fui consciente que pude haberme hecho mapuluwün, volverme solo territorio y terminar mi ciclo de vida ahí. Como estuve 48 hs en obvservación biomédica, también observe lo que fui viviendo y a partir de ello quiero convidarles esta reflexión a mis compañerxs del campo de la salud colectiva y pública. CONVIDAR UNA REFLEXION A quienes me quieren fuera de camino, les cuento que todavía me queda resto para seguir en buen camino. Hace 20 años vengo estudiando de qué manera se puede construir un Modelo de Atención Complementaria entre la medicina tradicional mapuche y la biomedicina, y deseo que ese conocimiento construido en 1) el espacio académico, 2) en la gestión pública donde he trabajado en el Ministerio de Salud de Nación, 3) las secretarias de salud de varios municipios del AMBA, 4) las provincias de Formosa, Chaco, Salta, Neuquén y Rio Negro 5) la OPS, 6) La organización feminista Católicas por el Derecho a Decidir, 7) en la Casa Azul con el aroftuwe (baño de vapor mapuche), 😎 En acompañar la atención de tres machi en gulumapu (Machi Marcela de Rengalil alto, Machi Cristian de Villarica y Machi Cristobal de San Juan de la Costa) esté al servicio de mi pueblo mapuche al que tanto amo y de todos los pueblos originarios con los que lucho. En este momento tan difícil en Argentina, donde sanitaristas estamos debatiendo públicamente como transformar el sistema de salud pública, el corazón debe ser valiente para escuchar a los sujetos de derecho colectivo que no venimos de culturas hegemónicas. No podemos dejar de ser mapuche, qom, guarani, wichi, quechua, diaguitas, etc al ingresar a un CAPS u Hospital. No podemos fragmentarnos como ser humano para sanar nuestro padecer. Somos uno: cuerpo físico, mental, emocional y espiritual. Necesito/amos las medicinas complementarias para mejorar la recuperación del accidente o una enfermedad. Vinieron a asistirme 1) machi (dos espíritu) 2) me curaron el susto varios fuegos encendidos en distintos territorios indígenas con médicos tradicionales indígenas 3) tome remedios homeopaticos, (árnica) para soldar las costillas rotas, 4) estoy tomando lawenko (infusiones de plantas medicinales, cúrcuma y pimienta para desinflamar) tengo hematomas en todo el cuerpo físico, 5) las sanadoras ayurvédicas me trajeron flores e hicieron masajes, 6) un grupo de meditación hoponopono me envio reiki, 6) mis hermanxs del Tejido de Profesionales Indígenas de todo el país hicieron ceremonias. Mi hijo Kajfüñam asumió ser el geh kuxan (protector de la enferma) a sus 16 años. Sabe que ese rol es fundamental dentro de la cultura mapuche para cuidar todo el proceso de recuperación. Las tareas de cuidado de los más débiles siempre fueron priorizadas en la cultura mapuche. Nuestrxs hijxs deben continuar esa costumbre sin ser descalificada por el sistema biomédico hegemonico. A partir de esta etnobiografía del padecer quiero invitar al sistema público a comprender el abanico de medicinas disponibles que puede y debe incorporar como servicio de salud al Sistema Integrado. No nos merecemos esconder estas formas de sanar. No puede ser expulsivo el sistema de salud. La alopatía no resuelve todo. Los itinerarios terapéuticos los elegimos los sujetos de derecho, si no los podemos elegir seguiremos siendo “pacientes” o “consumidores” de servicios en un sistema bobo, caro, con niveles de respuestas escasas y sobre todo con desgaste o malestar de los trabajadores de la salud. Gracias a la vida, que me ha dado tanto. Me ha dado la risa y me ha dado el llanto Con ellas distingo dicha de quebranto, Los dos materiales que conforman mi canto Y el canto de ustedes que es mi propio canto Vero Azpiroz Cleñan Politologa. Mapuche Comunidad Epu Lafken. Los Toldos. 25/9/ 22 tiempo de los brotes de primavera

 

 

 

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