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DEPORTES

6 de marzo de 2022

A 40 años del triunfo más abultado de Boca en Núñez en un superclásico

  06-03-2022 | 14:23

 

 

Boca Juniors consiguió hace cuatro décadas un histórico triunfo en condición de visitante ante River Plate por 5-1. Foto: Archivo



Boca Juniors consiguió hace cuatro décadas un histórico triunfo en condición de visitante ante River Plate por 5-1, en el resultado más abultado que logró en un superclásico en Núñez, en la historia del fútbol profesional

Ocurrió un domingo 7 de marzo de 1982, por la quinta fecha del Campeonato Nacional, en la que se desarrollaron los emparejamientos clásicos interzonales. Por aquellos días, previo al desembarco en Islas Malvinas del gobierno argentino en plena dictadura militar que encabezaba Leopoldo Fortunato Galtieri, los dos grandes del fútbol local atravesaban contextos completamente opuestos.
 

Con más bajas que optimismo


River, dirigido por el histriónico Alfredo Di Stéfano, venía de ganar -meses antes- el Nacional 1981, aunque con un equipo completamente distinto.

Es que el equipo millonario afrontó este certamen sin sus jugadores que integraban el seleccionado argentino que se preparaba para acudir al Mundial de mediados de año en España. El capitán Daniel Passarella y el goleador Ramón Díaz ya habían sido transferidos a Europa, más allá de su participación con el combinado albiceleste. También estaban bajo la órbita del DT César Luis Menotti el arquero Ubaldo Fillol, el lateral Julio Olarticoechea y el mediocampista central Américo Gallego, entre otros.

Además, el ídolo y emblema Norberto Alonso, envuelto en un conflicto con el técnico Di Stéfano y la dirigencia del club, prefirió aceptar la propuesta de Vélez Sarsfield y mudó su elegancia a Liniers.

Por si faltara algo para generar más bajas en el plantel, los integrantes que procedían del año anterior resolvieron ir a Futbolistas Argentinos Agremiados (FAA) a plantear su disconformidad por la falta de pago en salarios y la Comisión Directiva riverplatense los apartó de la consideración del DT. Así, futbolistas que podían desempeñarse como titulares como Eduardo Saporiti, Enzo Bulleri, Reinaldo Merlo, Emilio Commisso y José María Vieta, por citar algunos, fueron borrados de un plumazo. Solamente el lateral izquierdo Jorge García y el centrodelantero Carlos Randazzo (paradójicamente, surgido en las divisiones inferiores de Boca) pudieron alistarse en el conjunto de Núñez, por tener vínculos recientes. El resto, todos juveniles.
 

Los de la Boca, con ilusión


El club xeneize estaba también en plena renovación por la salida de su máximo astro, Diego Maradona, quien también estaba afectado al seleccionado, aunque ya se sabía que su destino sería Barcelona, una vez finalizada la Copa del Mundo.

El Polaco Cap, de muy buena campaña en años anteriores en Platense, tomó las riendas de un conjunto que contaba como principal ilusión con el retorno del atacante Ricardo Gareca, un pibe surgido en las entrañas de la entidad que había sido prestado a Sarmiento de Junín para el Metropolitano 81 y que había regresado en el Nacional de ese año para aportar su cuota goleadora.
 

El encuentro


En una soleada tarde en el Monumental, River arrancó ganando a los 4 minutos, cuando Randazzo le ganó la posición a Mouzo y cedió a Jorge Tévez, quien coló un remate ajustado, junto al poste izquierdo de Hugo Orlando Gatti.

Casi de inmediato, a los 11m., y tras un tiro de esquina, un todavía novel Oscar Ruggeri (luego símbolo del Millonario en el período dorado de 1986) conectó de cabeza para decretar la igualdad.

Al promediar la primera etapa, sobre los 30m., el hábil Gareca ensayó una maniobra sobre el costado izquierdo del área, vio que nadie salía a su marca y probó un remate desde casi 20 metros: el balón se incrustó en el ángulo y se tradujo en el 2-1 en favor del visitante.

Ya en la segunda parte, River adelantó sus líneas y dejó enormes huecos que fueron aprovechados por un Boca que apostó a la tenencia con Mario Zanabria, pero abasteciendo a los costados para las proyecciones de mediocampistas o marcadores de punta.

Así, el número 10 xeneize entretuvo el balón y habilitó a la izquierda a Carlos Córdoba, quien metió un tremendo remate alto, que ensanchó las cifras.
 

 

Boca - River 7 de marzo de 1982.

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