Jueves
10 de Julio de 2025
25 de agosto de 2018
Fuertes lluvias y ráfagas de vientos sacuden la isla durante los primeros pasos del fenómeno climático por el lugar. Inundaciones y destrozos se apoderaron del lugar y todavía esperan por la peor parte.
La amenaza se hizo realidad. Aunque en la noche del pasado jueves el huracán Lane se redujo a categoría 2 dejó su huella en
Ante la llegada del peligro, viviendas y negocios se vieron en esta jornada con las ventanas y las puertas tapadas con maderas, para enfrentar el fuerte viento, mientras que sacos de arena fueron colocados para impedir la entrada de agua. Las mismas prevenciones tomaron los hoteles, que instaron a los turistas a permanecer en zonas seguras, aunque muchos desafiaron el viento y se dedicaron a disfrutar de la playa y el mar el mayor tiempo posible.
Todas estas precauciones respondieron al pedido de las autoridades de extremar los cuidados. "Es una situación muy peligrosa, por lo que se deberían evitar los traslados innecesarios", expresó el gobernador David Ige, quien había instado a la población a hacer acopio de comida y alimentos para dos semanas. Sus palabras están relacionadas con las inundaciones que ya se provocaron en algunas partes del archipiélago y el deslizamiento de tierra que tapó varios caminos.
Mientras tanto, las evacuaciones continuaron ayer en los sectores más afectados de las islas Maui y Molokai y unas 1.500 personas debieron abandonar sus hogares.
Esperan lo peor
Según calculan, el ojo del huracán tocara las islas de Oahu, Maui, Lanai y Molokai, con ráfagas de unos 120 kilómetros por hora, por lo que fue considerado como más peligroso en llegar a