Una humilde familia en Alto de la Sierra, Salta, tomó una drástica decisión hace cuatro años: encerraron en una precaria jaula de madera a su hijo de 14 años.

Es que el menor padece un grave trastorno psiquiátrico y encontraron en el encierro la única salida por miedo a que se escape y no lo puedan encontrar. La familia recibe una mínima pensión por discapacidad pero necesitan un tratamiento para acompañar al menor.

"A la noche duerme bien, duerme con nosotros, pero de día él se pierde", aseguró el padre. Sus familiares sostienen que sólo recibieron "algunas chapas" y señalan que muchos fueron y vieron este terrible cuadro, entre otros la Secretaría de Niñez y Familia.

El pedido que ellos hacen es poder recibir la atención médica correspondiente en su domicilio ya que no tienen recursos para viajar.