El adolescente de 16 años había tenido un accidente vial cuando tenía solamente 11 meses de vida, y cuando los médicos ya no creían que podría tener una vida normal se recuperó ante todos los pronósticos de la ciencia.


Hoy, Nicolás está presente en el Vaticano, ya que en 2013 su caso fue determinante para la beatificación de José Gabriel Brochero.

Cuando Nicolás Flores enmudeció a la ciencia, ha recuperado el habla y el movimiento, dos facultades que dependen exclusivamente de la parte del cerebro que perdió. Su familia le atribuye el milagro al Cura Brochero.