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20 de enero de 2016

Los adolescentes le dicen chau a la tele

Un estudio reciente reveló un dato impensado hace algunos años: la mayoría de los chicos ya no mira los contenidos de la televisión, sino que prefieren interactuar en otras pantallas conectadas a Internet. Y las diferencias son considerables, en promedio miran una hora de TV contra más de 12 horas frente a los smartphones.

El consumo televisivo de los adolescentes está en franco descenso, y la prueba de esto, algo impensado hace algunos años, es que casi el 18 por ciento de los chicos de esa franja etaria ve menos de una hora de televisión al día; el 62,3 por ciento consume hasta un máximo de dos horas diarias; y el 65 por ciento de esos mismos chicos permanece entre 2 y 12 horas por día conectado a Internet, según datos de un estudio difundido por el Consejo Económico y el Centro de Estudios de Opinión Pública de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Los datos de este informe sobre las conductas de los adolescentes en este aspecto, reveló también que el acceso a la red se produce fundamentalmente desde los teléfonos móviles.
Así, el 54,8 por ciento usa su smartphone entre 2 y 12 horas diarias, con un pico del 11,44% que lo usa las 24 horas del día.
Apenas cinco años atrás, sólo el 9,6 por ciento de los chicos argentinos de entre 13 y 17 años miraba menos de un hora diaria de televisión en días laborables, según la Encuesta a Adolescentes sobre Consumo de Medios que Unicef realizó en las grandes urbes de todo el país.

Adiós a la tele
“El consumo televisivo de los adolescentes está en franco descenso, pero esa variable hay que sopesarla con el uso de Internet y las redes sociales”, señala Sergio Abrevaya, presidente del Consejo Económico y Social a cargo del sondeo.
Para Abrevaya, el descenso del consumo televisivo de los adolescentes en favor de las pantallas conectadas a Internet se explica en que “mutó el interés del chico”, que ahora privilegia aquellos dispositivos que le permiten “interactuar” con otros, y es a través de esta interacción que se informa, se entretiene y adquiere conocimientos que antes podía obtener a través de la televisión.
Esto se pone en evidencia cuando se analizan cuáles son las actividades (enumeradas en categorías no excluyentes) que los adolescentes realizan en la web: casi el 67 por ciento está en Facebook; el 65,8%, en Youtube; el 42,33%, en Twitter; el 22% busca información para el colegio; el 21,7% chatea con sus amigos; el 21% baja música; el 18% está en otras redes sociales y el 15% juega online.
“Si bien es cierto que hay un uso de Internet para ver series y otras propuestas que no son nuevas y que también podrían encontrarse en la TV, lo más importante es la interacción que tiene que ver con un cambio de paradigma según el cual el conocimiento no es algo que se imparta desde un solo lugar, sino que es co-construido, y la redes sociales son elementos de co-construcción del conocimiento junto con Google y Wikipedia”, consideró.
En paralelo, sólo el 10,5% de los adolescentes entra en páginas deportivas, y el 3,64% se informa a través de diarios online.
“Hoy las noticias pasan por Facebook y Twitter: no es que los chicos estén desinformados, sino que se informan por las redes sociales”, contextualizó.

La nueva era
“Esta nueva era” en la que los adolescentes se informan y construyen conocimiento en su vida diaria, supone desafíos para el sistema educativo de hoy que aún está “pensado para que el maestro imparta el conocimiento desde el pizarrón”, afirmó el titular del Consejo.
Esta incomprensión se evidencia, por ejemplo, en que “cuando un chico saca un celular en clase, la profesora dice que lo guarde porque no puede hablar por teléfono, cuando el chico no lo tiene para hablar sino para interactuar, y porque eso es una minicomputadora”.
“También hay un reclamo de los mismos chicos para que los profesores sepan manejar mejor Internet, porque los docentes siempre les piden a los chicos que usen Google o el mail, pero no incorporan a las redes sociales”, continuó el especialista.
Esta predilección por la adquisición de conocimientos a través de la interacción, se evidencia también en que el 88% de los estudiantes dijo que preferiría seguir asistiendo a clase si existiera la posibilidad de estudiar desde sus casas y a través de la red.
Asimismo, el estudio confirmó que los smartphones le están ganando en popularidad a otras pantallas conectadas a la web, como las PC o las notebooks.
La encuesta, que se realizó con 848 alumnos secundarios de escuelas públicas y privadas, buscó indagar sobre la percepción de la escuela que tienen los estudiantes y algunos aspectos de su vida cotidiana vinculados con su formación personal.

La tecnología
y la educación
Sin embargo, pareciera que, en algunos casos, la tecnología no siempre es una buena aliada para la educación. Así al menos se desprende de un informe publicado por la Unesco, en el que analiza la relación entre el acceso a las tecnologías digitales y la educación en América Latina, y del que surge que el uso de la computadora en actividades recreativas se relaciona, en promedio, negativamente con el aprendizaje de los estudiantes.
“Para que las nuevas tecnologías tengan un efecto positivo en la educación, se requiere contar con políticas públicas que sean contextualizadas e integrales, de manera que se logre un mejor desempeño de los estudiantes”, advierte la Unesco en base a los resultados del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Terce).
El informe también considera que no es suficiente garantizar el acceso a las computadoras y a Internet “fuera del contexto escolar”, sino que además es necesario implementar políticas públicas para capacitar a las familias y los docentes en el uso de tecnologías digitales.
Otra de las recomendaciones del informe a los Estados de América Latina y el Caribe es “reconocer y relevar buenas prácticas educativas con uso de tecnología y favorecer el acceso a recursos educativos de calidad para todas las escuelas”.
“Los planes gubernamentales para que los chicos accedan a una computadora, son un primer paso fundamental y una condición necesaria, porque equipara a chicos que de otra manera no tendrían acceso a las tecnologías digitales, señaló por su parte la consultora de Unesco en Medios, Tecnología y Educación, Roxana Morduchowicz.
Sin embargo, la especialista advirtió que “es fundamental tener en cuenta qué usos, prácticas y competencias desarrollan los estudiantes cuando usan la computadora”, y que estas competencias deben ser “analizar y procesar el gran caudal de información que existe”, así como “reconocer fuentes confiables y chequear la veracidad de los datos”.
Según los últimos estudios, “seis de cada 10 estudiantes usan Internet para hacer la tarea, ya que cada vez más hogares tienen una computadora”, afirmó la experta, quien también advirtió que “en la mayoría de los casos, lo que hacen es copiar y pegar, o usar la información sin chequearla, lo que no garantiza un aprendizaje”.
Por último, Morduchowicz afirmó que es necesaria la “decisión” por parte de los Estados de implementar “políticas públicas que promuevan la formación de docentes para que estén en condiciones de hacer un análisis reflexivo de la información que circula en Internet, y transmitir esta competencia a los alumnos. El primer paso es garantizar el acceso a las tecnologías digitales, y el segundo “está relacionado con sus usos y prácticas”.

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