Jueves 28 de Marzo de 2024

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27 de septiembre de 2015

El Mundo se ha vuelto loco by Delia Fiallo

A largo del tiempo siempre han ocurrido hechos que nos causan sorpresa, sensación, estupor, curiosidad, porque se apartan de lo que elementalmente acepta como natural la mente humana. Pero en los últimos años se han agolpado cosas, de veras tan increíbles, que de repente me surge una duda inquietante. ¿Será que el mundo se ha vuelto loco? Porque por ejemplo, vamos a empezar a enumerarlas para poder analizarlas mejor.

1) Yo me asombro de que Barack Hussein Obama, nuestro presidente, haya declarado hace unos meses a Venezuela un país “peligroso” para los Estados Unidos por su falta de libertad de expresión y derechos humanos, y simultáneamente a eso iniciara un sorpresivo restablecimiento de relaciones con Cuba, donde hace cincuenta y seis años no existen libertad de expresión ni derechos humanos.

2) Yo me asombro de que veinte ex-presidentes se hayan agrupado contra Nicolás Maduro y esos mismos señores, elegidos democráticamente por sus pueblos, hayan tolerado, simpatizado y ayudado a los hermanos Castro a mantener la tiranía más larga y sangrienta de este continente. Aclaro que no simpatizo con Maduro, en una entrevista me preguntaron qué opinaba de algo que él había dicho y mi respuesta fue: “Yo estoy en contra de todo lo que diga Maduro”.

Pero vamos a ver, cuántos venezolanos ha ejecutado Maduro frente a un paredón de fusilamiento? Ninguno. ¿Cuántas víctimas tiene en su haber? No creo que lleguen a cien, caídos en enfrentamientos callejeros. ¿Cuántos prisioneros de conciencia han muerto en sus cárceles a bayonetazos, golpizas o falta de atención médica? Y resulta triste decirlo, pero por que engañarnos, no hubo trampas. Votaron por él porque era el heredero de Hugo Chávez, de modo que aunque de hecho resulte un tirano, es un gobernante elegido libremente, del cual esperamos salir pronto gracias a la voluntad de rectificación del inteligente y valeroso pueblo venezolano. Pero nada que ver con Cuba, señores veinte ex-presidentes, y ustedes nunca se agruparon contra la inconcebible dictadura de los Castro. ¿Cómo explicarlo? ¿Cómo entender que la extraña solidaridad de gente a la que suponemos cierta grandeza y la indigna complicidad de países ricos y libres haya permitido que se mantenga en pie lo que una decisión de hombres de conciencia debió haber derrumbado hace tiempo? No hay respuesta. O quizás prefiero no encontrarla.

3) Yo me asombro al ver la cantidad de personalidades internacionales que van a rendirle pleitesía a Fidel Castro. Hace algunos años la esposa de Mitterrand fue a Cuba a entregarle un trofeo por ser el… ¿El qué? ¿Tirano, dictador? …que más tiempo había “gobernado” a un país. En el pasado mes de mayo estuvo allá el presidente actual de Francia, François Hollande a reverenciarlo. Más recientemente lo visitó el presidente de Serbia para condecorarlo con la Banda de la Orden de la República de su país. Y dijo emocionado: “Cumplí mi sueño de ver al Comandante”. ¿Por qué lo respetan? ¿Por qué lo admiran? Como guerrero no puede ser, porque Fidel siempre llegó tarde a la batallas. Cuando el asalto al Moncada murieron combatiendo soldados y milicianos, además de los militares enfermos que estaban ingresados en el hospital del cuartel, a quienes los asaltantes sacaron y fusilaron, pero a Raúl y Fidel los apresaron vivitos y coleando en la Granjita Siboney, desde donde no podían ni oírse el ruido de los disparos. Sus operaciones de combate el Comandante las dirigía estilo Capitán Araña, embarcando a sus hombres y él quedándose en tierra. Fidel desde muy joven quiso DESTACARSE en cualquier cosa. Trato de ser pitcher, basquetbolista, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, y aunque luchó mucho por conseguir esto último no pudo lograrlo, porque como dice el gran Herrera Luque, sus compañeros de estudios de aquella época no le vimos “el carisma”. Recuerdo que una vez estábamos mi amiga Graciela Barraqué y yo sentadas en las gradas altas del Stadium Deportivo, repasando materias entre clases, y lo observamos subiendo de grupito en grupito y hablándoles algo. Al llegar junto a nosotras nos rogó con acento melifluo: “¿Ustedes van a votar por mí? Anden, voten por mí”. ¡Qué gran desconsuelo tengo por no haberle dado un empujón en aquel momento para que rodara por las escalinatas hasta abajo?. Supongo que muchos recuerdan que el policía universitario Mongo el Diablo lo despojó de la pistola 45 que acostumbraba llevar para hacerse el guapo. Y también que al ponerle en aviso un amigo de que iban a matarle corrió a pedir ayuda a la UIR resultando que Tro y Jinjame se presentaron en la FEU para advertir que ellos estaban protegiendo a Fidel y si algo le pasaba iban a tomar represalias. Si valiente no fue, inteligente mucho menos, ¿porque quien siendo inteligente toma un país como lo era Cuba , próspero, feliz, con un futuro promisorio y lo convierte en un pueblo hambriento, andrajoso y sin esperanzas, que después de tanto robar solo ha podido sobrevivir recibiendo limosnas de Rusia, de Venezuela y de los “gusanos del exilio”? Si acaso, lo único que puede reconocérsele a Fidel Castro es su habilidad para darle a la lengua durante horas profiriendo mentiras con un gran poder de convicción. (Bueno, igual que Hitler). Y como ese poder le falló una vez, cuando acudió personalmente a convencer a tres negritos de que abandonaran la lanchita de Regla en la que intentaban huir de Cuba, y ellos se negaron, su ego no pudo soportar tremendo fracaso y sin llevarlos a juicio los mandó a fusilar. (Recuerdo a la mamá de los muchachos declarando bañada en lágrimas: “Yo adoraba al Comandante, ya no porque me mató a mis hijos”. Pobrecita, pero mientras mataban a los hijos de otras madres, no le importó). Por Dios, de veras hay que estar loco para sentir por semejante personaje un átomo de admiración. Y menos de adoración.

4) Yo me asombro de que se habla de Cuba como una islita indefensa, echando un manto de olvido sobre su acendrada vocación terrorista. Los hermanos Castro enviaron mercenarios a pelear en Angola, África, Nicaragua, Bolivia, y cuando volvían cadáveres los sepultaban calladamente sin abrir los féretros, sin honores, sin velorios familiares, sin un último beso. Ellos ayudaron a las FARC, a Sendero Luminoso, a Farabundo Martí, a cuanta violenta guerrilla hubo, reclutadores de niños y sembradores de minas personales. Aunque ya Cuba no dispusiera de armas para perpetrar sus “hazañas”, sigue teniendo una más poderosa y dañina, su ideología, que ha corrido como un veneno por las venas de la América Latina, llevando a muchos países a echar a un lado sus conquistas democráticas para tomar como guía el anacrónico y fracasado modelo cubano. De todos modos, el reciente “lleva y trae” de dos buques , uno saliendo de Cuba rumbo a Corea del Norte con 240 toneladas de material bélico sin declarar oculto bajo sacos de azúcar y otro viniendo de China hacia Cuba con 100 toneladas de pólvora, 2,5 millones de fulminantes, 99 núcleos de proyectiles y cerca de 3,000 casquillos para la construcción de cañones de artillería, sin declarar y disimulados entre cajas de cereales, ha traído a la actualidad una de aquellas viejas mentiras del Comandante : “¿Armas para qué?” Después de algunos incidentes y el consabido escándalo internacional, esta historia terminó como en mis telenovelas cuando los 15 contenedores de explosivos fueron descargados felizmente en el Puerto del Mariel el 28 de Abril pasado. ¿Y no era que la Isla debía portarse como una buena muchacha al menos durante los últimos seis meses para que le fueran perdonados sus pecados? Pues a pesar de lo anterior, que son hechos muy reales, para decirlo en términos de acuerdo al tema y en buen cubano, el señor Obama dio tremenda “cañona” y por sus tambores sacó a Cuba de la lista de los países que patrocinan el terrorismo. (Me curo en salud, porque ahora hay que tener cuidado con lo que se dice, lo de los “tambores” es refiriéndome al formidable aparato promocional del presidente y no a otra cosa)

5) Yo me asombro de un artículo escrito hace poco por Fabiola Santiago, a quien admiro y he sentido muy cercana a mi cubanidad, donde ella acusa al Partido Republicano de montar “rabietas” para usufructuar a su favor “las emociones del exilio”. No, Fabiola, el Partido Republicano no se aprovecha del sufrimiento del pueblo cubano, más bien respeta su dignidad y su dolor, y estoy plenamente convencida de que jamás se hubiera prestado a complotar secretamente durante 18 meses para tomar una decisión sobre Cuba que debió ser consultada con los cubanos. Resulta evidente que un gran sector de la población latina no simpatiza con las “ideas” de los republicanos. Yo les acredito que estando conscientes del costo político y el riesgo electoral que afrontan, ellos mantienes firmemente sus ideas porque creen en ellas, porque sienten que con ellas protegen los valores por los que lucharon los fundadores de esta nación, los principios que hicieron grande a este país, porque lo aman como es y tienen la honestidad y el valor suficiente para defenderlo y preservarlo por encima de cualquier otro tipo de ambiciones. Me da orgullo pertenecer a un partido que demuestra un gran civismo al no tramitar convicciones por votos. Muy distinto a lo que hace la señora Clinton, a quien no parece importarle el destino de su pueblo y sin escrúpulos es capaz de prometer cualquier cosa con tal de hacer realidad el sueño dorado de su vida. Y volviendo contigo, querida Fabiola (me da pena que ya te estés quedando “sin azúcar”), a mí no me emocionó ni un tantico la visita del señor Obama a la Ermita de la Caridad, y si hubiera estado allí habría aprovechado para preguntarle: “Presidente, y que ha sido de aquél, su pastor, Jeremiah Wright, de la iglesia que usted frecuentó durante muchos años, que en sus sermones decía a gritos que a los Estados Unidos de América no había que bendecirlo, sino maldecirlo? “God damn América!” Francamente la tal visita me pareció un gesto hipócrita y calculado para congraciarse con los “viejos exiliados” que no estamos precisamente conformes con su decisión. Aquellos que al tener que abandonar nuestra patria “hicimos” otra Cuba en Miami, pero a los que después de todo no hay que tener en cuenta porque como dice Alejandro Armengol “ya son pocos y cada vez menos”. Voy a terminar este comentario volviendo a lo de las “rabietas”, confesándoles lo mucho que me divierte pensar en las que debe estar teniendo Fidel Castro, cuando después de más de medio siglo de adoctrinamiento científico y a palos ahora oye que su “hombre nuevo” ya no grita “!Yankees, go home!”, sino “!Yankees, come back!”.

6) Yo me asombro de que a estas alturas cada cierto tiempo salga alguien tildando al ex presidente George Bush de irresponsable y estúpido por haber desatado una guerra inútil contra Irak buscando unas armas de destrucción masiva que no existían. No las encontraron, pero sí las habían. ¿Se olvidan de que Irak usó armas químicas contra los kurdos y los chiítas, de que invadió Kuwait, de que intentó una central atómica en 1982? ¿Se olvidan o quieren olvidarse de la aldea con sus calles llenas de muertos envenenados por el gas sarín? ¿Se olvidan o quieren olvidarse de que poco antes de desembarcar las tropas americanas se vieron grandes rastras cubiertas de lonas dirigiéndose a Siria? ¿No han leído o prefieren ignorar la lista que hizo la gran y bien documentada escritora Oriana Fallaci en su libro “La Rabia y el Orgullo” en el año 2001, del arsenal destructivo que poseía Saddam Hussein? Gérmenes y bacterias para esparcir la peste bubónica o la lepra o la viruela o el tifus, enormes depósitos de ántrax, inmensas cantidades de gas nervino, en fin, todas las posibilidades de una horrorosa guerra biológica. No se acuerdan o no quieren acordarse de las declaraciones de dos militares americanos que aparecieron en la prensa el año pasado, reconociendo que sí había armas en Irak, pero que habían decidido negarlo por “razones políticas”. ¿Cuáles pudieran ser esas razones? ¿No será que fue el propio ejército americano quien le proporcionó ciertas armas a Saddam Hussein para ayudarlo a destruir a un enemigo común? La guerra es despiadada y dicen que ella “todo se vale”. Pero eso podría explicar el silencio de George Bush ante las falsas acusaciones que se le han hecho y hasta el de Jeb Bush ahora, cuando recibe algún ramalazo con la intención de perjudicarlo en sus aspiraciones presidenciales. Es lógico pensar que para defenderse o justificarse, ellos no sean capaces de revelar un secreto de estado que pudiera echar una mancha sobre esta nación, que por encima de todo desean sea respetada.

7) Yo me asombro cuando veo al presidente Obama fabricando hechos históricos apresuradamente con el propósito de enriquecer su legado político. Su legado no lo va a honrar porque será producto de concesiones cobardes, humillantes y peligrosas. Con respecto al hecho de dárselo todo a Cuba gratuitamente en un supuesto propósito de cambiar la forma dictatorial y represiva en que los Castro gobiernan la Isla, cito una frase del admirable comentarista Carlos Alberto Montaner: “Cuando despierte de su sueño, al igual que el dinosaurio del cuento de Monterroso, la dictadura cubana seguirá ahí junto a su cama, imperturbable y feroz, muy satisfecha de haberle ganado la partida a su secular enemigo”. En cuanto a sus negociaciones con Irán tengo varios comentarios igualmente valiosos. Uno del senador Lindsey Graham que dice: “El acuerdo es mucho peor de lo que jamás me hubiera imaginado y será una pesadilla para la región, nuestra seguridad nacional y eventualmente para todo el mundo”. Otro, de Jeb Bush: “El acuerdo proveerá más de 100,000 millones de dólares en alivio de sanciones económicas, insuflando vida a un régimen malévolo y corrupto”. Otro del presidente de la Cámara de Representantes John Boehner: “En mi opinión, el presidente Obama abandonó su intención inicial de obtener un buen acuerdo”. Otros, de Roland J Behar: “Ninguna infraestructura nuclear será desmantelada y las centrifugadoras se mantendrán girando… las verificaciones son imposibles de realizar, ya que Irán no está obligado a abrir sitios militares para que se realicen las mismas… se le permitirá a Irán continuar la investigación y desarrollo (R&D) sobre centrifugadoras avanzadas y misiles balísticos transcontinentales cuyo propósito es llevar cargas nucleares… no repitamos el error que cometimos con Corea del Norte hace 20 años, a pesar de todas las promesas y toda la retórica esperanzadora, Corea del Norte tiene la bomba atómica para utilizarla ellos mismos, para vender al mejor postor y para amenazar al mundo… recuerden que Irán está dirigido por fanáticos inspirados en fantasías apocalípticas y dispuestos a revertir el orden internacional”. A propósito, cito unas advertencias de Frank Calzón: “La iniciativa de Obama es una buena idea para el futuro de las dictaduras en el continente. También es una buena idea para los terroristas. El mensaje práctico es que Obama ha levantado la bandera de la impunidad”. Copio las sabias palabras de José Azel: “Cuba e Irán han entendido la ambivalencia (mi más cortés término) en nuestros valores de negociación, y han endurecido sus posiciones negociadoras. Creer que nuestros valores fundamentales son flexibles herramientas de negociación es una valoración que daña profundamente nuestra psiquis nacional. Nuestros valores nunca se deben negociar”. Y un último y acertado comentario de Ramón A Mestre: “Obama no estará en la Casa Blanca para asumir las consecuencias de su fe en el llamado “engagement”… sus sucesores tendrán que encarar los problemas generados por las relaciones inéditas con Cuba e Irán”. Respecto a Cuba yo pienso que será lidiar en el futuro con los “herederos” de los Castro. Y en cuanto a Irán, después de todo lo anterior confieso con mucha modestia que al oír a John Kerry asegurar con toda solemnidad y certeza que Irán no podrá tener la bomba atómica, me pareció estar oyendo a Enrique Pena Nieto asegurar con toda solemnidad y certeza que el Chapo Guzmán no podría volver a escaparse de la cárcel.

8) Yo me asombro, y me asombro no tiene límites, cuando leo un artículo de Jorge Ramos donde dice, lo copio textualmente: “Los hispanos, con una fuerza superior a 52 millones, estamos cambiando la forma en que suena este país. En las calles de todas las grandes ciudades se escucha el español…En el 2015 habrá 16 millones de votantes hispanos. Y esos son muchos acentos y muchos votos…Para el año 2050 seremos más de 150 millones de hispanos en los Estados Unidos, según cálculos del Pew Research Center… Dentro de sólo cuatro décadas, decidiremos desde presidentes hasta alcaldes y tendremos u impacto enorme en la forma de comer, consumir, trabajar, bailar y hablar en este país”. ¡Dios mío, si yo fuera nativo-americana estaría pidiendo a gritos una urgente limpieza étnica! ¿Pero de veras debemos ufanarnos con esas noticias? ¿Eso es lo que vamos a desearles a los que en un momento difícil de nuestras vidas nos abrieron generosamente los brazos y nos pusieron en las manos todas las oportunidades para luchar y triunfar? ¿Seremos tan ingratos, tan mal agradecidos de querer robarles lo que han conquistado? Es como si no tienes empleo, no tienes donde vivir, no tienes que comer, una vecina te brinda un huequito y le sacas fiestas al marido, te lo acuestas y te quedas dueña de la casa. No, no, esa pretensión de apoderarnos de este país y determinar sus gustos y sus leyes, me parece algo tremendamente inmoral y poco ético. Además, si los Estados Unidos ha llegado a ser lo que es, como es, por que desear que haya un cambio? Yo creo que cada país tiene derecho a conservar su identidad, su cultura, sus tradiciones, su música, su idioma, incluso sus rasgos étnicos.

Cito una frase de Abraham Lincoln: “América nunca será destruida desde el exterior. Si fallamos y perdemos nuestras libertades, será porque nos destruimos a nosotros mismos.” Y tenía razón. Lo que no avizoró fue ese caballo de Troya que ciudadanos irresponsablemente compasivos están halando por la brida y empujando por el trasero. ¿Será posible que los americanos pierdan su tierra no en guerras lejanas, sino en su propio suelo, arrebatada por los que vienen aquí buscando todo aquello que no encuentran es sus lugares de origen? Los migrantes latinos huyen de los fallos de sus países latinos: corrupción a todos los niveles, violencia, altos índices de criminalidad agravados por una tendencia hacia el sadismo, secuestros, pandillerismo, falta de seguridad, de asistencia social, de oportunidades para estudiar, para trabajar. Y no es que alguien mal intencionado les atribuya semejantes cosas, ni siquiera Trump, el recuento de tantas miserias sociales y morales sale de sus propios labios. Anta tanto fracaso cabe preguntarse: ¿Será que los ciudadanos latinos no saben elegir a sus gobernantes? ¿Será que los gobernantes latinos genéticamente no sirven para gobernar? Y antes de que salten susceptibilidades heridas, señalo que salvando excepciones, hay que ver la cantidad de ellos que en cuanto terminan sus mandatos son llevados a juicios acusados de malversación, abuso de poder, genocidio y otras lindezas. Yo soy latina, soy emigrante, pero soy justa porque no me ciego y de acuerdo a todo lo expuesto planteo la pregunta: ¿Por qué desear que los latinos decidan el destino de esta gran nación, la primera del mundo? La respuesta correcta sería: “Vamos a dejar que sean los propios estadounidenses americanos los que gobiernen a los Estados Unidos de América. Parece que los “gringos” no lo han hecho tan mal, porque este es el lugar adonde todos quieren venir. Y si “el sueño americano” que hasta ahora ha brindado se hiciera irrealizable, a que otro sitio podrían ir a buscarlo?

9) Yo me asombro al enterarme por la prensa de que 50 mil niños de 4 a 10 años cruzaron solos la frontera. Si fuera verdad, las 50 mil madres de esas criaturas merecían que se les quitaran sus muchachitos, por irresponsables, por haberlos expuesto a toda clase de peligros terribles. Pero no es cierto, no hubo nada espontáneo, fue una operación bien planeada y ejecutada por personas sin conciencia, quienes ven como algo razonable que este país se convierta en el hospicio del mundo. Ahora aparecen quejas públicas de que los niños duermen en el suelo porque no hay suficientes camas, tampoco hay suficientes alimentos para sostenerlos ni medicinas para remediar sus enfermedades. Y más o menos ocurre lo mismo con esa oleada de millones de personas que no están preparadas para desenvolverse en una sociedad competitiva y se convierten en una carga pública. Las más afortunadas están haciendo “el trabajo sucio que nadie quiere hacer”, mal pagados, sin reglamentaciones que los protejan, sin leyes que los defiendan. Ahora mismo acabo de recibir una carta de la United Farm Workers solicitando alguna contribución monetaria y lo que exponen es alarmante. Según ellos, quieren llamar la atención sobre un numeroso grupo de personas cuya salud está en riesgo por tres factores: condiciones peligrosas en el trabajo que realizan, falta de acceso a cuidado médico adecuado, indiferencia de sus empleadores ante los problemas que confrontan. Dicen que las leyes que ellos han tratado de implementar no se cumplen, y que aparte de estar expuestos esos trabajadores a enfermar o morir a causa de los insecticidas y fertilizantes que utilizan en sus labores, tiene que trabajar horas y horas bajo un sol ardiente, a veces sin derecho a un rato de sombra o a un sorbo de agua. La carta cuenta varias historias desgarradoras. Y resume: “Demasiadas muertes trágicas están ocurriendo entre los trabajadores agrícolas en los últimos años”. Señores, es muy bello “soñar”, pero yo no puedo compartir el romanticismo con que se trata de justificar una inmigración ilegal y descontrolada, que se nos escapa de las manos. Entre los derechos que tiene cualquier país creo que también está el de regular sus fronteras, recibiendo únicamente a los que puede ofrecerles cuidados de salud, ayuda social, alimentos, educación y un empleo digno que le permita desenvolverse y hasta superarse. Es más todavía me preocupa algo; vamos a suponer que la mayoría de ellos, estando aquí, pueda sobreponer sus limitaciones y conseguirse mejores empleos, ¿Cómo van a llenarse los que dejarían vacíos, permitiendo la entrada de otros once millones de inmigrantes de baja calidad? ¡Es un disparate! Por último, a los que vienen, algunos consejos, aunque solo sea por aquello de que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. No alcen el puño cerrado gritando: “ ¡Si se puede!” Son ilegales, no pueden. A las mujeres: “Controlen su natalidad, sin el horror del aborto hay formas de programar los hijos que debemos traer al mundo para poder brindarles las mejores condiciones en todos los sentidos. Por cierto, una reciente estadística demográfica alimentada por la inmigración y la naturaleza prolífica de las latinas, arroja que ya en la actualidad hay mayoría de niños hispanos entre los recién nacidos. Ultimo consejo con respecto a esto: “¡Espabílense y hagan más el amor, norteamericanos!”

10) Yo me asombro de oír todas esas voces compasivas o airadas que se alzan en defensa de los millones de inmigrantes ilegales que han entrado y siguen entrando a este país porque “vienen buscando una vida mejor”, y a esos nadie les examina lo pies para ver si los tienen secos o mojados. Pero los pocos balseros que huyen de Cuba arriesgando sus vidas en el mar, los devuelven al infierno del que vinieron si no ponen el pie en tierra firme, sin importar que allá serán castigados sin piedad solamente porque intentaron ser libres. Ahora leo en la prensa que el señor Obama “apoya una migración segura, legal y ordenada desde Cuba.” ¿Sólo “desde Cuba”? ¿Por qué no una migración segura, legal y ordenada desde cualquier país, como siempre debió ser? Francamente no lo entiendo, como no sea otra complacencia con los hermanos Castro.

11) Yo me asombro de estar escribiendo todo esto pensando que quizás no salga del papel. Sabemos que manifestarse libremente es un derecho sagrado que tienen los ciudadanos de este país, incluso amparado por la Constitución, pero ahora resulta que hasta el Papa ha dicho hace poco “que la libertad de expresión tiene un límite”. A mí me ha tocado una experiencia en ese sentido, cuando al quejarme al Nuevo Herald de que mi artículo “Aquí no ha pasado nada” lo colgaron en la internet del diario en vez de publicarlo en el periódico como era mi deseo, para que lo leyeran mis cubanos contemporáneos, recibí un amable mensaje del señor Andrés Hernández Alende, editor de la Sección Perspectiva, donde me planteaba que para complacerme debía retirar de mi escrito una frase que se prestaba “a una interpretación de carácter racista”. Mi respuesta fue: ”Gracias, no voy a quitar la frase. Dejemos las cosas como están y aquí no ha pasado nada”. Por supuesto, yo he quedado vetada en el Miami Herald.

12) Yo me asombro al leer los sí publicados pensamientos y sentimientos de Jorge Dávila, que de veras me dejaron con la boca abierta. Dice él:” ¿Y que es lo que debía haber logrado Obama para quedar bien? ¿Que la Habana, que le ganó la batalla diplomática e ideológica a Washington a través de América Latina accediera a debilitar su gobierno aceptando un nuevo puente de plata disfrazado?” Y sigue: “El país (Cuba) tiene todo el soberano derecho de legislar y organizar dentro de sus fronteras como le apetezca”. Y sigue: “…con lo que lograron en la partida ya ganaron: Washington reconoció la legitimidad de su gobierno, abandonó su política de cambio de régimen, liberalizó el turismo hacia la isla, permitió acceso a organismos de crédito internacionales”. Y sigue: “Independientemente de todas la conquistas sociales de la Revolución Cubana y los triunfos que la propaganda o la realidad proclaman…” Y sigue: “Es como si la Revolución Cubana, con sus ansias de justicia social, modernización, riqueza nacional, industrialización y bienestar para todos los cubanos-su proclamado objetivo en el 1959- no se hubiera tropezado con la agresión de Washington, el ominoso embargo americano…” Como que se le fue la mano, no? Pero hijo, por qué no atraviesas el “mar de la felicidad” y te vas a ese paraíso que es la Cuba de los hermanos Castro? No, no te irás, porque todo el mundo nace para algo, ya eres columnista fijo del Nuevo Herald y estás donde debes estar.

13) Yo me asombro de que la mejor razón que se alega para el restablecimiento de las relaciones con Cuba es que como los intentos que se han hecho durante tantos años, los consejos, las advertencias, las sanciones políticas y económicas no han logrado cambiar la equivocada política del régimen, entonces vamos a tenderles una mano cargada de generosidades a ver qué pasa. Eso es como si sabes que a todos los perros que han tenido tu vecino los ha maltratado, los ha hecho pasar hambre, no los ha vacunado contra la rabia, les ha puesto un bozal para que no ladren, los ha matado a palos, y como no pudiste convencerlo de que no lo hiciera, lo inscribes en la Sociedad Protectora de Animales y le regalas un chihuahua.

14) Yo me asombro de ver que sin una confesión de culpa ni la más mínima promesa de rectificación, Obama les regaló a los Castro los espías cubanos culpables y sancionados por la Corte Suprema de este país, sacó a Cuba de la lista de los países terroristas, abrió embajadas, ha estimulado el turismo americano hacia la isla, les va a quitar el embargo, les va a devolver Guantánamo y les va a dar hasta el alma.

15) Yo me asombro al ver una fotografía del Papa Francisco, actual representante de Dios en la tierra, sonriéndole complacido, amable y feliz a Raúl Castro, mientras le estrecha la mano. Esa misma mano chorreante de sangre que firmó las ejecuciones en el paredón de La Cabaña de cientos de cubanos inocentes, que al atravesarles las balas el corazón caían muertos gritando: “! Viva Cuba libre! ¡Viva Cristo Rey!”

Ni las infinitas concesiones del señor presidente, ni las fervorosas bendiciones del señor Papa, van a conseguir un cambio en la Cuba comunista de los hermanos Castro. “Las dictaduras- copio un acertado comentario de José M. Izquierdo- no cambian nunca su naturaleza agresiva, injerencista, represiva y peligrosa para la libertad, la paz y la democracia de los pueblos del mundo”. Y aquí viene a propósito recordar aquel versito que seguramente muchos conocen: “Árbol que nace torcido, jamás su tronco endereza porque se hace naturaleza el vicio con que ha crecido”. La revolución cubana nació torcida y nada ni nadie la va a enderezar. Ese tronco hay que cortarlo de raíz o dejarlo que se derrumbe por sí solo y se pudra en la tierra que fue fértil y ellos hicieron estéril…y que nosotros, los viejos cubanos, tanto amamos y hemos perdido para siempre. Hazme un ladito, Guillermo I. Martínez, yo me “sentaré contigo en una esquina a llorar en silencio pensando en el pueblo de Cuba y en aquellos que son tan crédulos que creen que si uno les hace favores a los comunistas, ellos va a mejorar el bienestar del pueblo”. Y les cuento un cuentico que lo mismo viene bien aquí: -Estaba un escorpión junto a un río sin poder cruzarlo cuando ve que aparece una rana y le dice: “Necesito pasar al otro lado, déjame que suba a tu lomo”. La rana se espanta: “¿Estás loco? Si te permito subir a mi lomo me vas a picar”. El escorpión le razona: “¿Cómo puedes pensar eso? Si lo hago, nos moriremos los dos” La rana asiente, convencida: “Es verdad, sube, que te voy a llevar”. El escorpión se monta en ella y cuando van por el medio del río le clava su aguijón. “!Me has envenenado, ahora moriremos los dos”, grita la rana. Y el escorpión le responde: “Lo siento, es mi condición.” Esa es la condición de la Cuba de los Castro, no pueden evitar morder la mano que se les tiende aunque signifique autodestruirse. ¡Qué triste es llegar a esa convicción! Porque lo único que va a pasar con el restablecimiento de las relaciones es que mientras los turistas americanos beben sus mojitos en el Floridita, comen lechón en La Bodeguita del Medio, bailan chachachá en el Tropicana y disfrutan de las infelices jineteras, los hermanos Castro van a seguir tiranizando a su pueblo, encarcelando as sus oponentes por el delito de disentir, arrastrando a la Damas de Blanco por las calles, rompiéndoles los huesos a hombres que protestan con las manos esposadas, cometiendo impunemente atrocidades y crimines como el derribo de los Aviones de los Hermanos al Rescate y la muerte de Osvaldo Payá. Mortifica el abuso, hiere la burla y el descaro de los que en vez de reconocer su fracaso y pedir perdón, mantienen una actitud de desafiante arrogancia. Y lo que más duele es la impunidad. Que tanto sufrimiento, tanta muerte y tanta destrucción no sea sancionada.

Se puede perdonar cuando hay arrepentimiento, en este caso no lo hay. Por eso yo no transijo, no perdono, no vuelvo la página. Y el lema delos judíos, PROHIBIDO OLVIDAR, lo hago mío. Que me afilien, al lado de mi admirado Agustín Acosta, a “la mafia recalcitrante de Miami”, y hasta voy a aspirar a ganarme un trofeo de “mentecata”. Prefiero mantener “mi rabia y mi orgullo” en medio de tanta infamante condescendencia, para al menos tener el consuelo de sentirme entre los cubanos que todavía tenemos vergüenza y dignidad.

A mis 91 años, yo aún miraba hacia mi patria con ojos de esperanza; ahora sólo queda en ellos una mirada de despedida. La Perla de las Antillas, la tierra más hermosa que ojos vieron. Adiós, Cuba.

Este artículo ha resultado demasiado largo, porque fue como un desahogo que empezó y no pudo parar hasta el final. A quien tenga la amabilidad de divulgarlo por la radio o por un medio escrito, le sugiero que lo haga por partes, pues en su totalidad puede resultar abrumador.

Gracias,

Delia

1) Yo me asombro de que Barack Hussein Obama, nuestro presidente, haya declarado hace unos meses a Venezuela un país “peligroso” para los Estados Unidos por su falta de libertad de expresión y derechos humanos, y simultáneamente a eso iniciara un sorpresivo restablecimiento de relaciones con Cuba, donde hace cincuenta y seis años no existen libertad de expresión ni derechos humanos.

2) Yo me asombro de que veinte ex-presidentes se hayan agrupado contra Nicolás Maduro y esos mismos señores, elegidos democráticamente por sus pueblos, hayan tolerado, simpatizado y ayudado a los hermanos Castro a mantener la tiranía más larga y sangrienta de este continente. Aclaro que no simpatizo con Maduro, en una entrevista me preguntaron qué opinaba de algo que él había dicho y mi respuesta fue: “Yo estoy en contra de todo lo que diga Maduro”.

Pero vamos a ver, cuántos venezolanos ha ejecutado Maduro frente a un paredón de fusilamiento? Ninguno. ¿Cuántas víctimas tiene en su haber? No creo que lleguen a cien, caídos en enfrentamientos callejeros. ¿Cuántos prisioneros de conciencia han muerto en sus cárceles a bayonetazos, golpizas o falta de atención médica? Y resulta triste decirlo, pero por que engañarnos, no hubo trampas. Votaron por él porque era el heredero de Hugo Chávez, de modo que aunque de hecho resulte un tirano, es un gobernante elegido libremente, del cual esperamos salir pronto gracias a la voluntad de rectificación del inteligente y valeroso pueblo venezolano. Pero nada que ver con Cuba, señores veinte ex-presidentes, y ustedes nunca se agruparon contra la inconcebible dictadura de los Castro. ¿Cómo explicarlo? ¿Cómo entender que la extraña solidaridad de gente a la que suponemos cierta grandeza y la indigna complicidad de países ricos y libres haya permitido que se mantenga en pie lo que una decisión de hombres de conciencia debió haber derrumbado hace tiempo? No hay respuesta. O quizás prefiero no encontrarla.

3) Yo me asombro al ver la cantidad de personalidades internacionales que van a rendirle pleitesía a Fidel Castro. Hace algunos años la esposa de Mitterrand fue a Cuba a entregarle un trofeo por ser el… ¿El qué? ¿Tirano, dictador? …que más tiempo había “gobernado” a un país. En el pasado mes de mayo estuvo allá el presidente actual de Francia, François Hollande a reverenciarlo. Más recientemente lo visitó el presidente de Serbia para condecorarlo con la Banda de la Orden de la República de su país. Y dijo emocionado: “Cumplí mi sueño de ver al Comandante”. ¿Por qué lo respetan? ¿Por qué lo admiran? Como guerrero no puede ser, porque Fidel siempre llegó tarde a la batallas. Cuando el asalto al Moncada murieron combatiendo soldados y milicianos, además de los militares enfermos que estaban ingresados en el hospital del cuartel, a quienes los asaltantes sacaron y fusilaron, pero a Raúl y Fidel los apresaron vivitos y coleando en la Granjita Siboney, desde donde no podían ni oírse el ruido de los disparos. Sus operaciones de combate el Comandante las dirigía estilo Capitán Araña, embarcando a sus hombres y él quedándose en tierra. Fidel desde muy joven quiso DESTACARSE en cualquier cosa. Trato de ser pitcher, basquetbolista, presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, y aunque luchó mucho por conseguir esto último no pudo lograrlo, porque como dice el gran Herrera Luque, sus compañeros de estudios de aquella época no le vimos “el carisma”. Recuerdo que una vez estábamos mi amiga Graciela Barraqué y yo sentadas en las gradas altas del Stadium Deportivo, repasando materias entre clases, y lo observamos subiendo de grupito en grupito y hablándoles algo. Al llegar junto a nosotras nos rogó con acento melifluo: “¿Ustedes van a votar por mí? Anden, voten por mí”. ¡Qué gran desconsuelo tengo por no haberle dado un empujón en aquel momento para que rodara por las escalinatas hasta abajo?. Supongo que muchos recuerdan que el policía universitario Mongo el Diablo lo despojó de la pistola 45 que acostumbraba llevar para hacerse el guapo. Y también que al ponerle en aviso un amigo de que iban a matarle corrió a pedir ayuda a la UIR resultando que Tro y Jinjame se presentaron en la FEU para advertir que ellos estaban protegiendo a Fidel y si algo le pasaba iban a tomar represalias. Si valiente no fue, inteligente mucho menos, ¿porque quien siendo inteligente toma un país como lo era Cuba , próspero, feliz, con un futuro promisorio y lo convierte en un pueblo hambriento, andrajoso y sin esperanzas, que después de tanto robar solo ha podido sobrevivir recibiendo limosnas de Rusia, de Venezuela y de los “gusanos del exilio”? Si acaso, lo único que puede reconocérsele a Fidel Castro es su habilidad para darle a la lengua durante horas profiriendo mentiras con un gran poder de convicción. (Bueno, igual que Hitler). Y como ese poder le falló una vez, cuando acudió personalmente a convencer a tres negritos de que abandonaran la lanchita de Regla en la que intentaban huir de Cuba, y ellos se negaron, su ego no pudo soportar tremendo fracaso y sin llevarlos a juicio los mandó a fusilar. (Recuerdo a la mamá de los muchachos declarando bañada en lágrimas: “Yo adoraba al Comandante, ya no porque me mató a mis hijos”. Pobrecita, pero mientras mataban a los hijos de otras madres, no le importó). Por Dios, de veras hay que estar loco para sentir por semejante personaje un átomo de admiración. Y menos de adoración.

4) Yo me asombro de que se habla de Cuba como una islita indefensa, echando un manto de olvido sobre su acendrada vocación terrorista. Los hermanos Castro enviaron mercenarios a pelear en Angola, África, Nicaragua, Bolivia, y cuando volvían cadáveres los sepultaban calladamente sin abrir los féretros, sin honores, sin velorios familiares, sin un último beso. Ellos ayudaron a las FARC, a Sendero Luminoso, a Farabundo Martí, a cuanta violenta guerrilla hubo, reclutadores de niños y sembradores de minas personales. Aunque ya Cuba no dispusiera de armas para perpetrar sus “hazañas”, sigue teniendo una más poderosa y dañina, su ideología, que ha corrido como un veneno por las venas de la América Latina, llevando a muchos países a echar a un lado sus conquistas democráticas para tomar como guía el anacrónico y fracasado modelo cubano. De todos modos, el reciente “lleva y trae” de dos buques , uno saliendo de Cuba rumbo a Corea del Norte con 240 toneladas de material bélico sin declarar oculto bajo sacos de azúcar y otro viniendo de China hacia Cuba con 100 toneladas de pólvora, 2,5 millones de fulminantes, 99 núcleos de proyectiles y cerca de 3,000 casquillos para la construcción de cañones de artillería, sin declarar y disimulados entre cajas de cereales, ha traído a la actualidad una de aquellas viejas mentiras del Comandante : “¿Armas para qué?” Después de algunos incidentes y el consabido escándalo internacional, esta historia terminó como en mis telenovelas cuando los 15 contenedores de explosivos fueron descargados felizmente en el Puerto del Mariel el 28 de Abril pasado. ¿Y no era que la Isla debía portarse como una buena muchacha al menos durante los últimos seis meses para que le fueran perdonados sus pecados? Pues a pesar de lo anterior, que son hechos muy reales, para decirlo en términos de acuerdo al tema y en buen cubano, el señor Obama dio tremenda “cañona” y por sus tambores sacó a Cuba de la lista de los países que patrocinan el terrorismo. (Me curo en salud, porque ahora hay que tener cuidado con lo que se dice, lo de los “tambores” es refiriéndome al formidable aparato promocional del presidente y no a otra cosa)

5) Yo me asombro de un artículo escrito hace poco por Fabiola Santiago, a quien admiro y he sentido muy cercana a mi cubanidad, donde ella acusa al Partido Republicano de montar “rabietas” para usufructuar a su favor “las emociones del exilio”. No, Fabiola, el Partido Republicano no se aprovecha del sufrimiento del pueblo cubano, más bien respeta su dignidad y su dolor, y estoy plenamente convencida de que jamás se hubiera prestado a complotar secretamente durante 18 meses para tomar una decisión sobre Cuba que debió ser consultada con los cubanos. Resulta evidente que un gran sector de la población latina no simpatiza con las “ideas” de los republicanos. Yo les acredito que estando conscientes del costo político y el riesgo electoral que afrontan, ellos mantienes firmemente sus ideas porque creen en ellas, porque sienten que con ellas protegen los valores por los que lucharon los fundadores de esta nación, los principios que hicieron grande a este país, porque lo aman como es y tienen la honestidad y el valor suficiente para defenderlo y preservarlo por encima de cualquier otro tipo de ambiciones. Me da orgullo pertenecer a un partido que demuestra un gran civismo al no tramitar convicciones por votos. Muy distinto a lo que hace la señora Clinton, a quien no parece importarle el destino de su pueblo y sin escrúpulos es capaz de prometer cualquier cosa con tal de hacer realidad el sueño dorado de su vida. Y volviendo contigo, querida Fabiola (me da pena que ya te estés quedando “sin azúcar”), a mí no me emocionó ni un tantico la visita del señor Obama a la Ermita de la Caridad, y si hubiera estado allí habría aprovechado para preguntarle: “Presidente, y que ha sido de aquél, su pastor, Jeremiah Wright, de la iglesia que usted frecuentó durante muchos años, que en sus sermones decía a gritos que a los Estados Unidos de América no había que bendecirlo, sino maldecirlo? “God damn América!” Francamente la tal visita me pareció un gesto hipócrita y calculado para congraciarse con los “viejos exiliados” que no estamos precisamente conformes con su decisión. Aquellos que al tener que abandonar nuestra patria “hicimos” otra Cuba en Miami, pero a los que después de todo no hay que tener en cuenta porque como dice Alejandro Armengol “ya son pocos y cada vez menos”. Voy a terminar este comentario volviendo a lo de las “rabietas”, confesándoles lo mucho que me divierte pensar en las que debe estar teniendo Fidel Castro, cuando después de más de medio siglo de adoctrinamiento científico y a palos ahora oye que su “hombre nuevo” ya no grita “!Yankees, go home!”, sino “!Yankees, come back!”.

6) Yo me asombro de que a estas alturas cada cierto tiempo salga alguien tildando al ex presidente George Bush de irresponsable y estúpido por haber desatado una guerra inútil contra Irak buscando unas armas de destrucción masiva que no existían. No las encontraron, pero sí las habían. ¿Se olvidan de que Irak usó armas químicas contra los kurdos y los chiítas, de que invadió Kuwait, de que intentó una central atómica en 1982? ¿Se olvidan o quieren olvidarse de la aldea con sus calles llenas de muertos envenenados por el gas sarín? ¿Se olvidan o quieren olvidarse de que poco antes de desembarcar las tropas americanas se vieron grandes rastras cubiertas de lonas dirigiéndose a Siria? ¿No han leído o prefieren ignorar la lista que hizo la gran y bien documentada escritora Oriana Fallaci en su libro “La Rabia y el Orgullo” en el año 2001, del arsenal destructivo que poseía Saddam Hussein? Gérmenes y bacterias para esparcir la peste bubónica o la lepra o la viruela o el tifus, enormes depósitos de ántrax, inmensas cantidades de gas nervino, en fin, todas las posibilidades de una horrorosa guerra biológica. No se acuerdan o no quieren acordarse de las declaraciones de dos militares americanos que aparecieron en la prensa el año pasado, reconociendo que sí había armas en Irak, pero que habían decidido negarlo por “razones políticas”. ¿Cuáles pudieran ser esas razones? ¿No será que fue el propio ejército americano quien le proporcionó ciertas armas a Saddam Hussein para ayudarlo a destruir a un enemigo común? La guerra es despiadada y dicen que ella “todo se vale”. Pero eso podría explicar el silencio de George Bush ante las falsas acusaciones que se le han hecho y hasta el de Jeb Bush ahora, cuando recibe algún ramalazo con la intención de perjudicarlo en sus aspiraciones presidenciales. Es lógico pensar que para defenderse o justificarse, ellos no sean capaces de revelar un secreto de estado que pudiera echar una mancha sobre esta nación, que por encima de todo desean sea respetada.

7) Yo me asombro cuando veo al presidente Obama fabricando hechos históricos apresuradamente con el propósito de enriquecer su legado político. Su legado no lo va a honrar porque será producto de concesiones cobardes, humillantes y peligrosas. Con respecto al hecho de dárselo todo a Cuba gratuitamente en un supuesto propósito de cambiar la forma dictatorial y represiva en que los Castro gobiernan la Isla, cito una frase del admirable comentarista Carlos Alberto Montaner: “Cuando despierte de su sueño, al igual que el dinosaurio del cuento de Monterroso, la dictadura cubana seguirá ahí junto a su cama, imperturbable y feroz, muy satisfecha de haberle ganado la partida a su secular enemigo”. En cuanto a sus negociaciones con Irán tengo varios comentarios igualmente valiosos. Uno del senador Lindsey Graham que dice: “El acuerdo es mucho peor de lo que jamás me hubiera imaginado y será una pesadilla para la región, nuestra seguridad nacional y eventualmente para todo el mundo”. Otro, de Jeb Bush: “El acuerdo proveerá más de 100,000 millones de dólares en alivio de sanciones económicas, insuflando vida a un régimen malévolo y corrupto”. Otro del presidente de la Cámara de Representantes John Boehner: “En mi opinión, el presidente Obama abandonó su intención inicial de obtener un buen acuerdo”. Otros, de Roland J Behar: “Ninguna infraestructura nuclear será desmantelada y las centrifugadoras se mantendrán girando… las verificaciones son imposibles de realizar, ya que Irán no está obligado a abrir sitios militares para que se realicen las mismas… se le permitirá a Irán continuar la investigación y desarrollo (R&D) sobre centrifugadoras avanzadas y misiles balísticos transcontinentales cuyo propósito es llevar cargas nucleares… no repitamos el error que cometimos con Corea del Norte hace 20 años, a pesar de todas las promesas y toda la retórica esperanzadora, Corea del Norte tiene la bomba atómica para utilizarla ellos mismos, para vender al mejor postor y para amenazar al mundo… recuerden que Irán está dirigido por fanáticos inspirados en fantasías apocalípticas y dispuestos a revertir el orden internacional”. A propósito, cito unas advertencias de Frank Calzón: “La iniciativa de Obama es una buena idea para el futuro de las dictaduras en el continente. También es una buena idea para los terroristas. El mensaje práctico es que Obama ha levantado la bandera de la impunidad”. Copio las sabias palabras de José Azel: “Cuba e Irán han entendido la ambivalencia (mi más cortés término) en nuestros valores de negociación, y han endurecido sus posiciones negociadoras. Creer que nuestros valores fundamentales son flexibles herramientas de negociación es una valoración que daña profundamente nuestra psiquis nacional. Nuestros valores nunca se deben negociar”. Y un último y acertado comentario de Ramón A Mestre: “Obama no estará en la Casa Blanca para asumir las consecuencias de su fe en el llamado “engagement”… sus sucesores tendrán que encarar los problemas generados por las relaciones inéditas con Cuba e Irán”. Respecto a Cuba yo pienso que será lidiar en el futuro con los “herederos” de los Castro. Y en cuanto a Irán, después de todo lo anterior confieso con mucha modestia que al oír a John Kerry asegurar con toda solemnidad y certeza que Irán no podrá tener la bomba atómica, me pareció estar oyendo a Enrique Pena Nieto asegurar con toda solemnidad y certeza que el Chapo Guzmán no podría volver a escaparse de la cárcel.

8) Yo me asombro, y me asombro no tiene límites, cuando leo un artículo de Jorge Ramos donde dice, lo copio textualmente: “Los hispanos, con una fuerza superior a 52 millones, estamos cambiando la forma en que suena este país. En las calles de todas las grandes ciudades se escucha el español…En el 2015 habrá 16 millones de votantes hispanos. Y esos son muchos acentos y muchos votos…Para el año 2050 seremos más de 150 millones de hispanos en los Estados Unidos, según cálculos del Pew Research Center… Dentro de sólo cuatro décadas, decidiremos desde presidentes hasta alcaldes y tendremos u impacto enorme en la forma de comer, consumir, trabajar, bailar y hablar en este país”. ¡Dios mío, si yo fuera nativo-americana estaría pidiendo a gritos una urgente limpieza étnica! ¿Pero de veras debemos ufanarnos con esas noticias? ¿Eso es lo que vamos a desearles a los que en un momento difícil de nuestras vidas nos abrieron generosamente los brazos y nos pusieron en las manos todas las oportunidades para luchar y triunfar? ¿Seremos tan ingratos, tan mal agradecidos de querer robarles lo que han conquistado? Es como si no tienes empleo, no tienes donde vivir, no tienes que comer, una vecina te brinda un huequito y le sacas fiestas al marido, te lo acuestas y te quedas dueña de la casa. No, no, esa pretensión de apoderarnos de este país y determinar sus gustos y sus leyes, me parece algo tremendamente inmoral y poco ético. Además, si los Estados Unidos ha llegado a ser lo que es, como es, por que desear que haya un cambio? Yo creo que cada país tiene derecho a conservar su identidad, su cultura, sus tradiciones, su música, su idioma, incluso sus rasgos étnicos.

Cito una frase de Abraham Lincoln: “América nunca será destruida desde el exterior. Si fallamos y perdemos nuestras libertades, será porque nos destruimos a nosotros mismos.” Y tenía razón. Lo que no avizoró fue ese caballo de Troya que ciudadanos irresponsablemente compasivos están halando por la brida y empujando por el trasero. ¿Será posible que los americanos pierdan su tierra no en guerras lejanas, sino en su propio suelo, arrebatada por los que vienen aquí buscando todo aquello que no encuentran es sus lugares de origen? Los migrantes latinos huyen de los fallos de sus países latinos: corrupción a todos los niveles, violencia, altos índices de criminalidad agravados por una tendencia hacia el sadismo, secuestros, pandillerismo, falta de seguridad, de asistencia social, de oportunidades para estudiar, para trabajar. Y no es que alguien mal intencionado les atribuya semejantes cosas, ni siquiera Trump, el recuento de tantas miserias sociales y morales sale de sus propios labios. Anta tanto fracaso cabe preguntarse: ¿Será que los ciudadanos latinos no saben elegir a sus gobernantes? ¿Será que los gobernantes latinos genéticamente no sirven para gobernar? Y antes de que salten susceptibilidades heridas, señalo que salvando excepciones, hay que ver la cantidad de ellos que en cuanto terminan sus mandatos son llevados a juicios acusados de malversación, abuso de poder, genocidio y otras lindezas. Yo soy latina, soy emigrante, pero soy justa porque no me ciego y de acuerdo a todo lo expuesto planteo la pregunta: ¿Por qué desear que los latinos decidan el destino de esta gran nación, la primera del mundo? La respuesta correcta sería: “Vamos a dejar que sean los propios estadounidenses americanos los que gobiernen a los Estados Unidos de América. Parece que los “gringos” no lo han hecho tan mal, porque este es el lugar adonde todos quieren venir. Y si “el sueño americano” que hasta ahora ha brindado se hiciera irrealizable, a que otro sitio podrían ir a buscarlo?

9) Yo me asombro al enterarme por la prensa de que 50 mil niños de 4 a 10 años cruzaron solos la frontera. Si fuera verdad, las 50 mil madres de esas criaturas merecían que se les quitaran sus muchachitos, por irresponsables, por haberlos expuesto a toda clase de peligros terribles. Pero no es cierto, no hubo nada espontáneo, fue una operación bien planeada y ejecutada por personas sin conciencia, quienes ven como algo razonable que este país se convierta en el hospicio del mundo. Ahora aparecen quejas públicas de que los niños duermen en el suelo porque no hay suficientes camas, tampoco hay suficientes alimentos para sostenerlos ni medicinas para remediar sus enfermedades. Y más o menos ocurre lo mismo con esa oleada de millones de personas que no están preparadas para desenvolverse en una sociedad competitiva y se convierten en una carga pública. Las más afortunadas están haciendo “el trabajo sucio que nadie quiere hacer”, mal pagados, sin reglamentaciones que los protejan, sin leyes que los defiendan. Ahora mismo acabo de recibir una carta de la United Farm Workers solicitando alguna contribución monetaria y lo que exponen es alarmante. Según ellos, quieren llamar la atención sobre un numeroso grupo de personas cuya salud está en riesgo por tres factores: condiciones peligrosas en el trabajo que realizan, falta de acceso a cuidado médico adecuado, indiferencia de sus empleadores ante los problemas que confrontan. Dicen que las leyes que ellos han tratado de implementar no se cumplen, y que aparte de estar expuestos esos trabajadores a enfermar o morir a causa de los insecticidas y fertilizantes que utilizan en sus labores, tiene que trabajar horas y horas bajo un sol ardiente, a veces sin derecho a un rato de sombra o a un sorbo de agua. La carta cuenta varias historias desgarradoras. Y resume: “Demasiadas muertes trágicas están ocurriendo entre los trabajadores agrícolas en los últimos años”. Señores, es muy bello “soñar”, pero yo no puedo compartir el romanticismo con que se trata de justificar una inmigración ilegal y descontrolada, que se nos escapa de las manos. Entre los derechos que tiene cualquier país creo que también está el de regular sus fronteras, recibiendo únicamente a los que puede ofrecerles cuidados de salud, ayuda social, alimentos, educación y un empleo digno que le permita desenvolverse y hasta superarse. Es más todavía me preocupa algo; vamos a suponer que la mayoría de ellos, estando aquí, pueda sobreponer sus limitaciones y conseguirse mejores empleos, ¿Cómo van a llenarse los que dejarían vacíos, permitiendo la entrada de otros once millones de inmigrantes de baja calidad? ¡Es un disparate! Por último, a los que vienen, algunos consejos, aunque solo sea por aquello de que “más sabe el diablo por viejo que por diablo”. No alcen el puño cerrado gritando: “ ¡Si se puede!” Son ilegales, no pueden. A las mujeres: “Controlen su natalidad, sin el horror del aborto hay formas de programar los hijos que debemos traer al mundo para poder brindarles las mejores condiciones en todos los sentidos. Por cierto, una reciente estadística demográfica alimentada por la inmigración y la naturaleza prolífica de las latinas, arroja que ya en la actualidad hay mayoría de niños hispanos entre los recién nacidos. Ultimo consejo con respecto a esto: “¡Espabílense y hagan más el amor, norteamericanos!”

10) Yo me asombro de oír todas esas voces compasivas o airadas que se alzan en defensa de los millones de inmigrantes ilegales que han entrado y siguen entrando a este país porque “vienen buscando una vida mejor”, y a esos nadie les examina lo pies para ver si los tienen secos o mojados. Pero los pocos balseros que huyen de Cuba arriesgando sus vidas en el mar, los devuelven al infierno del que vinieron si no ponen el pie en tierra firme, sin importar que allá serán castigados sin piedad solamente porque intentaron ser libres. Ahora leo en la prensa que el señor Obama “apoya una migración segura, legal y ordenada desde Cuba.” ¿Sólo “desde Cuba”? ¿Por qué no una migración segura, legal y ordenada desde cualquier país, como siempre debió ser? Francamente no lo entiendo, como no sea otra complacencia con los hermanos Castro.

11) Yo me asombro de estar escribiendo todo esto pensando que quizás no salga del papel. Sabemos que manifestarse libremente es un derecho sagrado que tienen los ciudadanos de este país, incluso amparado por la Constitución, pero ahora resulta que hasta el Papa ha dicho hace poco “que la libertad de expresión tiene un límite”. A mí me ha tocado una experiencia en ese sentido, cuando al quejarme al Nuevo Herald de que mi artículo “Aquí no ha pasado nada” lo colgaron en la internet del diario en vez de publicarlo en el periódico como era mi deseo, para que lo leyeran mis cubanos contemporáneos, recibí un amable mensaje del señor Andrés Hernández Alende, editor de la Sección Perspectiva, donde me planteaba que para complacerme debía retirar de mi escrito una frase que se prestaba “a una interpretación de carácter racista”. Mi respuesta fue: ”Gracias, no voy a quitar la frase. Dejemos las cosas como están y aquí no ha pasado nada”. Por supuesto, yo he quedado vetada en el Miami Herald.

12) Yo me asombro al leer los sí publicados pensamientos y sentimientos de Jorge Dávila, que de veras me dejaron con la boca abierta. Dice él:” ¿Y que es lo que debía haber logrado Obama para quedar bien? ¿Que la Habana, que le ganó la batalla diplomática e ideológica a Washington a través de América Latina accediera a debilitar su gobierno aceptando un nuevo puente de plata disfrazado?” Y sigue: “El país (Cuba) tiene todo el soberano derecho de legislar y organizar dentro

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