28 de julio de 2015
¿Otro tren?: el randazzismo, de rodillas
"Es mi compañera hace treinta años. Ella tiene conocimiento desde lo personal y político, familiar en cuanto a mi espíritu integrador, a acercar posiciones y buscar llevar adelante ejes centrales que vengo planteando públicamente, como transporte, ferrocarriles, la competitividad de las economías regionales a través de bajar los costos de los fletes. Son temas centrales".
La referencia del gobernador y candidato a presidente por el FpV, Daniel Scioli, tiene que ver con los dichos de su esposa, Karina Rabolini, quien algunas horas antes había dicho que le gustaría que el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, integrara el eventual Gabinete nacional de su marido.
"Me gustaría porque Florencio es una persona muy preparada y la intención es que todos trabajemos en equipo y para el mejor futuro de la Argentina", dijo la Primera Dama, y aclaró que aquello de la burla realizada ante Carta abierta (Randazzo habló de "proyecto manco") quedó aclarada mediante una charla que tuvieron en el marco del Tedéum del 25 de mayo.
La oferta y el acercamiento, por supuesto, son seguidos de cerca por el randazzismo todo. Los muchachos esperan con ansias que en caso que éste se haga de manera formal y oficial, el chivilcoyano esta vez diga que sí. Todavía les duele profundamente la negativa a ser candidato a la Gobernación. Por cierto, se quedaron afuera de las listas de candidatos a diputados nacionales y legisladores seccionales, incluso de la Cuarta.
El Flaco dijo que si no era candidato a presidente se iba a la casa. Por lo pronto sigue siendo funcionario nacional. ¿Y en diciembre? Primero tendrá que llegar el ofrecimiento, después será el turno de la respuesta. Lo cierto es que pareciera que el frustrado precandidato a presidente va a tener otra oportunidad. O sea, el tren, tal vez vuelva a pasar. ¿Si pasa, se sube? El randazzismo implora de rodillas.
“El Flaco está loco, es un pelotudo”, espetaba del otro lado de la línea en la tensionada tarde del sábado 20 de junio un dirigente que no ponía en riesgo su futuro en el cierre de listas pero ya tenía la certeza de que su sector, el que responde a Florencio Randazzo, estaba fuera de todas las discusiones.
Hasta hace dos años, nomás, Randazzo y Carlos Zannini eran quienes daban las puntadas finales a las listas seccionales que luego aprobaba Cristina Fernández. Ahora, y después de negarse a competir como candidato a gobernador de la Provincia, el ministro del Interior y Transporte ni se acercó por los lugares donde se cocinaron las nóminas.
Y el kirchnerismo aplicó su brutal escarmiento, como lo hace con quienes desobedecen el mandato divino.
Credito: Revista La tecla