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24 de febrero de 2015

Cristina se jacta del consumo de gaseosas en Argentina y el mundo va por otro camino

La Presidenta presentó como una buena noticia que Argentina es el país que más consume gaseosa en cantidad de litros por habitante. Es una de las causas del alza de la obesidad infantil y adolescente. La tendencia global es a la baja por razones de salud.

Por Alejandro Bianchi

En su última aparición pública, en la inauguración de una ampliación del centro de distribución embotelladora de FEMSA, la embotelladora de Coca Cola en Argentina, la presidenta Cristina Kirchner destacó el liderazgo mundial del país en consumo de litros de gaseosa por habitante y cómo una década atrás no alcanzaba el poder adquisitivo para comprar una gaseosa de marca.

El anuncio de la Presidenta no es nuevo. Proviene de la consultora Euromonitor que desde 2012 colocó a Argentina en el lugar número uno del mundo en el consumo de gaseosas con 131 litros por habitante. Este año se mantiene el liderazgo con 137 litros

El costado que defiende la mandataria es el del consumo que a su vez se refleja en la inversión de la empresa líder del sector. Coca Cola – Femsa, la embotelladora más importante en el país de la marca, lleva invertidos en Argentina u$s 1.236 millones entre el 1994 y 2014. Tiene proyectos por u$s 80 millones para el 2015 y emplea a 2728 personas en forma directa. 

Sin embargo, el consumo de gaseosas en el mundo va por el camino inverso por ser la principal fuente del crecimiento de la obesidad. Inclusive la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama encabeza una campaña nacional para que reemplazar a las bebidas carbonatadas por el agua. La corporación Coca Cola, sufre en los números esta tendencia. 

LA PREOCUPACIÓN DE LA SALUD

Para el nutricionista Sergio Britos el récord de consumo de gaseosa en Argentina "es una mala noticia en términos nutricionales. Argentina enfrenta una epidemia de obesidad. Casi 60% de la población adulta tiene sobrepeso y 30% entre los adolescentes de 12 y 15 años". En el país se toman en promedio tres latitas de gaseosa por habitante, casi 800 calorías

En el mundo, los gobiernos desaconsejan el consumo de gaseosas ya que es una de las principales causas de la obesidad que, a su vez, genera otras enfermedades como diabetes, problemas cardíacos, entre otras. Más enfermos es más gastos de salud para un sistema público que suele ser deficitario. 

En 2014, más de 1.900 millones de adultos de 18 o más años tiene sobrepeso, de los cuales, más de 600 millones son obesos, según la Organización Mundial de la Salud. Entre los menores de cinco años, hay 42 millones de obesos en el mundo. En Argentina, el 7,3% de los niños de menos de cinco años es obeso, el nivel más alto de América Latina.

Los líderes mundiales van a contramano del discurso presidencial. Michelle Obama, la primera dama de EEUU, lanzó la campaña Drink Up para reemplazar las gaseosas por el agua, y al mismo tiempo consumir alimentos más sanos. "Tenemos que llevar a nuestros niños a tener una vida más sana", es su frase de cabecera. Su discurso comienza a surtir efecto: el consumo de gaseosas arrastra una década de baja en EEUU y se espera que este año marque un mínimo récord. El auge de otras bebidas como las energizantes, las deportivas o las aguas saborizadas acrecentó la tendencia. 

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Muchos analistas comparan esta campaña contra las gaseosas con la guerra contra las tabacaleras que tuvo su punto más ríspido en los 90 para bajar el consumo de cigarrillos. En enero Coca-cola anunció que ganó en 2014 un 55% menos que el año anterior, que despedirá a 1.800 empleados y que seguirá focalizándose en ampliar su portafolio de marcas hacia el segmento más saludable. En Argentina, por ejemplo, Coca compró la marca Cepita y lanzó el agua Bon Acqua. 

NUEVOS MERCADOS

Como el principal mercado de gaseosas del mundo - Estados Unidos- está en baja, las marcas salieron a buscar nuevos consumidores en las economías emergentes (América Latina, India, Europa del Este) donde el ingreso mejoró en la última década. Las bebidas carbonatadas se transformaron en un símbolo aspiracional para los consumidores de bajos ingresos, que antes compraban otras marcas más económicas. 

Sin embargo, el menor crecimiento, la inflación y la inestabilidad volvieron a muchos de estos mercados, que ahora también por razones de salud, deciden hoy comprar menos gaseosas, a contramano de lo celebrado por la presidenta argentina.  

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