Horas antes de la multitudinaria Marcha del Silencio convocada por fiscales y dirigentes opositores a un mes de la muerte de Alberto Nisman, y en el marco del acto de puesta en marcha a pleno de la central Atucha II-Néstor Kirchner –la tercera planta nuclear argentina–, la presidenta Cristina Fernández volvió a pedirles a las potencias que respeten la soberanía nacional. "Es un mundo de intereses. Quieren que unos estén subordinados y los otros mandarnos. Se enfrentan con gobiernos como este que no permite que nadie les marque la cancha", advirtió. Después, a seis meses de las primarias, envió un mensaje electoral contundente al interior del Frente para la Victoria: "En el 2015 tenemos que garantizar que quien conduzca este Estado argentino tenga las mismas ideas".
Un día después de que el gobierno le enviara cartas a los gobiernos de Estados Unidos y de Israel para solicitar que la Argentina no se convirtiera en el "teatro de operaciones" de disputas ajenas, la mandataria ensayó una explicación para ese escenario que denunció por vía diplomática. En un mensaje que se transmitió por cadena nacional, sostuvo que uno de los motivos por los cuales el gobierno le pidió a Washington y Tel Aviv que no trasladen conflictos que son ajenos a la Argentina es porque "lo que le molesta a algunos" es que el país se convierta en uno de los productores de uranio enriquecido y que tenga autonomía en un recurso estratégico como es la energía. 
"Nos quieren sin plan nuclear a pesar de que somos un país de paz", dijo en la inauguración plena de la central que requirió una inversión de 13 mil millones de pesos, y destacó que hay un nuevo mundo en el que la Argentina hace "alianzas estratégicas" para "dejar de ir siempre de punto", en una clara alusión a la "alianza estratégica integral" que el país terminó de sellar hace diez días con China. Después, retomó la idea de una nueva configuración internacional: "Hay un mundo nuevo y actores nuevos. Esto es bueno porque nos permite tener socios y dejar de ir siempre de punto, porque eso es lo que nos proponían siempre. Y queremos ser banca alguna vez." Durante el mensaje, reiteró en varias oportunidades que la central inaugurada convierte al Estado nacional en propietario del 45% del sistema energético nacional, cuando en 2003 era dueño del 5 por ciento. También reveló que la puesta en marcha de la totalidad de Atucha II genera un ahorro para el país de 400 millones de dólares en importación de combustibles –con el barril a 54 dólares– y precisó que el número de empresas con certificación para trabajos nucleares era nulo en 2003, mientras que a partir del lanzamiento del Plan Nuclear ya existen 129 empresas argentinas, 24 con certificación para construcción de centrales y 94 como proveedoras.
Tras defender un posicionamiento alternativo del país frente a la nueva configuración global, aprovechó para ponderar –ahora de manera explícita– los acuerdos con China y dejó, con ironía, un mensaje para otras potencias: "Si quieren venir de otros países y potencias ofreciendo las mismas condiciones de financiamiento y posibilidades, estamos abiertos a todo el mundo, pero sin imposiciones de nadie, porque somos un país con ovarios. Por lo menos hasta el 10 de diciembre." En ese momento, lanzó una crítica que apuntó al sector de la Unión Industrial Argentina que, durante el viaje oficial de la mandataria a China, fogoneó un documento que criticaba los acuerdos. "Algunos quisieron hacerse los tontos y mirar para otro lado. Pero ruego a los compatriotas que lean cada uno de los párrafos. Ahí está lo que quiero avisarles a todos los compatriotas y los hombres y mujeres que van a tener que gobernar después del 10 de diciembre de 2015", sostuvo.
En otro tramo de su mensaje, la presidenta usó una anécdota para reflejar el posicionamiento actual de la Argentina en materia de Derechos Humanos y el contraste con el pasado. Recordó la primera gira presidencial de Néstor Kirchner por Europa y la visita a Francia. "Gobernaba en ese entonces la república de Francia Jacques Chirac. Un hombre que se diría que es más conservador o de la derecha. Sin embargo, cuando Néstor Kirchner se sentó en el palacio del Eliseo junto a mí, el primer reclamo que le hizo ese presidente fue que la sociedad francesa, tan admirada por muchos que nos critican, no podía entender y, lo que es peor aún, no podía aceptar que asesinos y torturadores de ciudadanos franceses caminaran por la calle", relató. Después, recordó cómo se sintió en esa oportunidad: "Ahí sentí vergüenza, porque no se le podía explicar que el Congreso argentino había votado leyes que absolvían de pena y castigo a quienes habían torturado y desaparecido". Tras el relato de la anécdota, Cristina sostuvo que hoy somos "un modelo que el mundo respeta en materia de Derechos Humanos" y, en una clara crítica a la política de memoria, verdad y justicia de varias potencias, contó su nueva experiencia cuando viaja al exterior: "Puedo ir a cualquier país, aún a los que tienen cárceles clandestinas o lanzan misiles contra poblaciones civiles, y decirles que en Argentina impera la ley". Fue en ese momento que la presidenta hizo la referencia electoral más clara de todo el mensaje. Consideró que el próximo gobierno que asuma el 10 de diciembre, fecha en que finalice su mandato, deberá tener "las mismas ideas de soberanía, de trabajo y ciencia", porque "esa es la mejor herencia" que se les puede dejar a los argentinos. 
En el tramo final del discurso, Cristina recordó la entrevista al miembro del comité ejecutivo de la UIA Juan Carlos Lascurain, publicada en la edición del martes del diario Página/12, en la que contó el destrato que recibía el ex presidente Fernando De la Rúa por parte de los empresarios. "Cuando íbamos a ver a De la Rúa durante su presidencia (los titulares de la Unión Industrial) le golpeaban la mesa", contó Lascurain, quien ayer estuvo presente en el acto. En este sentido, Cristina Kirchner preguntó: "¿Creen que alguien le puede gritar a esta presidenta? Este es el verdadero problema, que antes gobernaban otros al punto que podían golpearle la mesa y hacerle volar los platos." Y vinculó esa disputa con el futuro de los trabajadores, a quienes se refirió de manara directa: "No es sobre si manda más la presidenta o el empresariado, sino cómo les va a ir a ustedes. Si mandan más los que tienen más, a ustedes les va a ir peor." «

Urribarri y el recuerdo de néstor

El gobernador de Entre Ríos y precandidato presidencial por el FPV, Sergio Urribarri, participó del acto de ayer junto a la presidenta Cristina Fernández y otros gobernadores y funcionarios nacionales, y celebró la puesta en funcionamiento del 100% de la Central. "Este es uno de esos días donde recuerdo de manera muy especial a Néstor Kirchner. Gracias a él hoy los científicos y los trabajadores argentinos planificaron, construyeron y pusieron al 100% esta central nuclear. Esta política permitió que en enero exportáramos energía a Brasil para paliar la crisis de aquel país", señalo el entrerriano. 
El gobernador dijo sentirse orgulloso por "acompañar a Cristina", porque fue la presidenta quien "redobló la apuesta creando el Ministerio de Ciencia y Tecnología, cuyo titular Lino Barañao, debe continuar su tarea en los próximos años. Bajo la conducción de la presidenta se acrecentó el proceso de repatriación de científicos y se sigue demostrando que la Argentina entró en la etapa del desarrollo."