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14 de agosto de 2014

Nuevo cálculo de producto bruto

A continuación ofrecemos un trabajo que se realizó en el Consejo profesional de ciencias económicas de la Pcia de Bs As titulado: "Nuevo cálculo de producto bruto"
Este es un trabajo especial para éste sitio. (Vaya a la sección leer más)

De manera imprevista, hemos sido informados que las estimaciones del nivel de actividad de la economía argentina, medida a través del P.B.I. (producto bruto interno), en los últimos años, no eran reales. El propio gobierno da a conocer, en Abril de 2014, una nueva medición para el año 2013 y su empalme hacia atrás hasta el año 2004. Con esto, los debates realizados en los últimos años, alrededor de los niveles de inversión, crecimiento a “tasas chinas”, la prioridad del consumo, etc., carecen de valor operativo. Debemos volver a interpretar lo sucedido en los últimos años alrededor de la economía argentina y aún es temprano para hacerlo. En cambio, sí, podemos analizar, las raíces y el alcance de estos cambios. Para ello haremos un periplo por la historia de la aplicación de las cuentas nacionales, sus limitaciones, el porqué de los cambios, su instrumentación, sus efectos y la continuación de este proceso. No solo que el gran público no conoce las restricciones en el alcance de las estimaciones de cuentas nacionales, sino que la distorsión entre sus expectativas y la realidad va mucho más allá. Se suele adjudicar a sus resultados un alcance que ningún técnico o gobierno nunca pretendió. Esto se debe a la saturación informativa de los medios masivos de comunicación. Transmiten, de manera implícita, que esos indicadores, en particular el producto bruto, sería una señal aproximada del grado de riqueza y bienestar de una nación. Sintetizaría una suerte de “grado de felicidad” de sus habitantes. El mejor antídoto para evitar estos errores de interpretación resulta de asumir y difundir las limitaciones de este tipo de cálculo a fin de evitar se extraigan conclusiones que van más allá de sus restricciones. En ese sentido existen limitaciones en los planos técnico, operativo, de contexto y teórico. La limitación mas significativa deriva de la solución técnica adoptada a fin de aislar el efecto de la inflación y del cambio de los precios relativos. Esto se debe a la utilización de los precios de mercado a la manera de un común denominador de la diversidad de bienes y servicios que componen la actividad económica. En nuestro criterio no sólo es una limitación técnica muy importante, sino que se trata del principal factor que explica la diferencia producida entre el anterior y el nuevo cálculo del PBI para Argentina. Aún con todas estas restricciones a cuestas, consideramos que las estimaciones que se realizan del PBI resultan muy útiles para el análisis económico, siempre y cuando, el usuario (de esta y de cualquier otra estadística), asuma sus restricciones a la hora de sacar conclusiones. Por ejemplo, resulta válido utilizar las tasas de variación del producto en el mediano plazo para visualizar una tendencia. Por el contrario, extraer deducciones de su valor absoluto, es verdaderamente ridículo. Cuando en marzo de 2014, el INDEC da a conocer nuevos cálculos del PBI para Argentina, crea una conmoción entre los economistas. Surge de esas estimaciones que en los últimos años, a pesar de que el producto total es mayor, sus variaciones son inferiores a las derivadas del cálculo anterior y diferente la incidencia de sus componentes. Una de las diferencias más importantes radica en los niveles de inversión que se encuentran por debajo de los informados con anterioridad. De manera inmediata surge un debate a través de los medios masivos de comunicación. La mayoría de los analistas adjudican las diferencias a un “blanqueo” de cifras que venían siendo manipuladas. A fin de realizar nuestra propia evaluación acerca del origen de las diferencias, debemos repasar el debate previo a la aparición de este nuevo cálculo. Entendemos que el grueso de la diferencia entre las estimaciones actuales y las anteriores radican, no en un cambio arbitrario de la metodología, sino por haber continuado con la misma metodología, cuando la recomendación internacional, es justamente lo contrario: modificar periódicamente el año base. A su manera, esto también fue una manipulación. Se disponía de la información, pero no fue utilizada. Con sólo continuar con el año base anterior, era posible mostrar mejores resultados. Por ello más que un cambio en la metodología, la diferencia fue producto de forzar de manera arbitraria, la continuidad de la metodología. El nuevo cálculo para el año 2013 que surge de estas reformas lo anuncia el Ministro de Economía el 27 de Marzo de 2014. La gacetilla de prensa remarca el resultado (variación del 3 % en el año 2013 respecto a 2012). Además recalca que la diferencia respecto al cálculo anterior se origina en una distinta ponderación de las ramas correspondientes a la producción de bienes (manufactura, agro, etc.) que gana 9 puntos porcentuales respecto a la rama de servicios (comercio mayorista y minorista, intermediación financiera, hoteles y restaurantes, etc.) que los pierde en el año 2004 respecto al anterior año base. Hasta el mes de noviembre del 2013 los cálculos tomaban como año base a 1993 y acusaba un crecimiento del 5,1 %. La diferencia con la información a precios del año base 2004, no sólo era enorme en términos porcentuales (41 % menor), sino que significaba la distancia entre pagar y no pagar miles de millones de dólares por el bono denominado “cupón-PBI” a fines del año 2014 ya que el cálculo con año base anterior, superaba el piso del 3,26 % de crecimiento, consignado en el título. En el nuevo cálculo estaba por debajo de ese piso. Los cambios en la estimación del PBI modificarán los resultados del análisis de la economía argentina, y por ende los debates alrededor del comportamiento de la economía argentina en los últimos años, tomará un giro diferente. Debe tenerse en cuenta que al momento de darse a conocer esta nueva medición, el INDEC ya está trabajando en la preparación del nuevo año base de precios (2014) que volvería a modificar los resultados. El año base actual de precios y coeficientes técnicos es 2004. Significa que se ha realizado a partir de un censo económico del año 2005. Y este censo debería volver a repetirse en el 2015 para respetar la frecuencia de 10 años, que recomiendan los organismos internacionales como tope máximo en esta materia. Allí se hará constar los valores de producción y precios del año 2014 para elaborar la nueva tabla de insumo-producto de la economía global. De acuerdo a información del INDEC, este censo se encuentra en la etapa de “empadronamiento y prueba piloto”. De todo este proceso podemos extraer una enseñanza. La manipulación de las estadísticas conlleva un alto costo económico y social que sólo resulta visible en el largo plazo. Para evitarlo debemos volver nuestra mirada hacia los aspectos institucionales del INDEC que deben ser modificados para garantizar su autonomía y que sólo los más capacitados accedan a su conducción. Esto debería convertirse en una política de Estado, es decir, aprobarse con el consenso suficiente para lograr su continuidad en el tiempo, y evitar así convertirlo en un campo más de disputas políticas coyunturales.

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