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23 de julio de 2014

Las exámenes ginecológicos están por cambiar en EE.UU.

Para los médicos, las examinaciones pélvicas son una forma rutinaria de evaluar anomalías. Pero para muchas mujeres, el procedimiento es incómodo y vergonzoso. Gracias a una nueva norma de práctica clínica del Colegio Americano de Médicos, tu próxima revisión anual podría ser menos… invasiva.

Gracias a una nueva norma de práctica clínica del Colegio Americano de Médicos, tu próxima revisión anual podría ser menos… invasiva. Después de revisar 52 estudios, la organización de médicos concluyó que las examinaciones pélvicas anuales en mujeres adultas no embarazadas que no tienen síntomas no son necesarias. En otras palabras, los exámenes de evaluación pélvicos ya se terminaron. “Es un aleluya para las mujeres”, dice la médico Sandra Fryhofer, expresidenta del Colegio Americano de Médicos. “El examen pélvico fue un ritual anual para muchas pacientes. Es incómodo, puede ser doloroso y desencadena ansiedad”. Durante décadas, el examen pélvico anual fue una práctica común durante la visita de una mujer. El objetivo: encontrar cáncer o diagnosticar masas no cancerígenas e infecciones tempranamente. Pero la opinión de los expertos sobre eso cambió. Lo que no cambió fueron las pautas de evaluación de cáncer cervicouterino para utilizar una prueba de Papanicolau. Esta prueba está limitada a la inspección visual del cuello uterino, y a la toma de muestras cervicales. “Todavía necesitas evaluación cervical regular”, dice Fryhofer. “No comienzas hasta los 21 años, después cada tres años hasta los 65”. ¿Por qué el cambio? El Colegio Americano de Médicos, que publicó sus pautas este lunes, y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos concuerdan en que un examen pélvico anual es asintomático y a las mujeres adultas no embarazadas les hace más daño que bien. En primer lugar, no hay evidencia que muestre que las examinaciones pélvicas reducen las tasas de enfermedad y muerte en mujeres adultas asintomáticas. Los autores también identificaron daños potenciales que se derivan de los exámenes pélvicos anuales, como incomodidad de la paciente, inconveniencia y el costo de seguimiento y tratamiento potencialmente innecesarios. Sin embargo, la vicepresidenta de políticas de salud del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos, la médico Barbara Levy, cree que el examen pélvico realizado en el contexto de una visita ginecológica permite que una mujer enfrente lo que podría ser sensible e incómodo en cualquier otra circunstancia. “La cuestión de realizar un examen pélvico o no debe ser una conversación entre la mujer y su médico”, dijo Levy. La nueva norma para los médicos no significa que las mujeres deban saltarse la visita a su ginecólogo. Si estás embarazada o experimentas síntomas como dolor abdominal o sangrado anormal, una examinación pélvica podría ser necesaria. “Esta (nueva norma) nos muestra que como médicos, necesitamos analizar los rituales que se nos enseñan y cuestionar el valor para nuestros pacientes al hacer estas pruebas”, dice el médico Ranit Mishori, un profesor de Medicina en la Escuela de Medicina de la Universidad Georgetown en Estados Unidos. Mishori espera que si los exámenes pélvicos son retirados de los exámenes anuales, esto aliente a que más mujeres vean a su médico más seguido.

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