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16 de marzo de 2014

Salud en el trabajo: En tiempos de turbulencia en el empleo, el estrés laboral resurge

La omnipresente sensación de estrés que invade a las empresas y persigue a jefes y empleados se acentuará este año. A las exigencias de los superiores, la excesiva carga laboral, los tiempos de entregas inmediatos, la falta de autonomía en las tareas y los compañeros tóxicos, entre otros motivos, se les suma un contexto de mayor incertidumbre laboral.
Presiones de empresas que deben mantener la rentabilidad en un marco inflacionario, negociaciones salariales cada vez más conflictivas, recortes presupuestarios que terminan en despidos, retiros anticipados y reducción de horas extras producen inseguridades y miedos entre los empleados. El círculo se cierra y el estrés promete aumentar.

Para no dejarse vencer por estas épocas, que generan que las personas se sientan abrumadas y temerosas, y por lo tanto pierdan el foco y hasta olviden sus propios recursos y capacidades, Alejandro Melamed, doctor en Ciencias Económicas y autor de Empresas (+) humanas y de ¿Por qué no?, recomienda identificar las prioridades y los recursos con los que cada uno cuenta. Esta es una forma de estar "ajustado a la realidad", indica José Bonet, director del Consultorio de Estrés Mental de la Fundación Favaloro, y reconocer cuál es la situación real de cada uno en su trabajo. Contextos como los actuales favorecen a que los pensamientos se anticipen a potenciales situaciones, generalmente negativas. La ventaja de estas anticipaciones es que permiten al empleado estar más preparado a un posible cambio. "A veces pensar en lo peor que puede pasar es una oportunidad. La clave está en entender que el mundo no termina ahí", dice Melamed. Sin embargo, el error está en vivir estos pensamientos como hechos ocurridos porque eso puede generar angustia sobre algo que no pasó y quizá no pase jamás. Daniel Rosales, director de la Escuela Latinoamericana de Coaching, sostiene que el origen del estrés está en las interpretaciones que se hacen de los estímulos que el cerebro percibe y a los cuales se resiste. "En el ámbito laboral éste se agrava considerablemente cuando la situación de los contextos políticos, económicos o sociales es inestable, porque interpretamos que lo que pasa puede afectar nuestra supervivencia o el equilibrio en el que estamos viviendo", afirma. La medicina indicada para prevenir el estrés está en encontrar espacios en familia y amigos, realizar actividad física, dormir, alimentarse e hidratarse. Hacer ejercicios de relajación y meditación también es recomendable. "Estos elementos permiten entrar en un estado de salud integral para enfrentar con mayor tranquilidad la realidad", dice Melamed. "Estar más centrado en uno permite en momentos de tensión tener cierta calma física y generar una mejor respuesta corporal. Eso evita que aumente la presión o el cortisol, que se activa cuando hay un estrés importante", detalla Bonet. Apelar al mundo afectivo y a las actividades personales permitirá trabajar en el estado anímico de la persona y la autoestima, dos factores muy poderosos para transitar momentos de incertidumbre. "Es importante reconocer que no todo es el trabajo y que para estar bien con los demás se debe estar bien con uno mismo", enfatiza Melamed, que además indica que despejar la cabeza de la oficina permite poder dimensionar los problemas laborales desde otra perspectiva. Matías Ghidini, gerente general de Ghidini Rodil Consultores, afirma que es un buen año para capacitarse. "Cuando hay incertidumbre respecto del valor de la moneda, estudiar es una forma de hundir un importe sabiendo que no perderá su valor. Invertir en mejorar las capacidades puede ser una salida", sugiere. Desde un programa en una escuela de negocios, un idioma, tocar un instrumento o realizar un hobby postergado. "Todo puede contribuir a balancear el espíritu", agrega. Si bien es difícil cambiar el contexto desde lo individual, es fundamental identificar que hay variables que se pueden controlar y otras que no. El psicólogo Miguel Espeche destaca que caer en una suerte de obsesión por variables que no se pueden controlar, como temas político-económicos, jefes estresados, negociaciones salariales conflictivas y números en rojo de la empresa, es dañino para el empleado. Controlar la realidad Por eso, parte de la solución está en centrarse en aquellos elementos en los que sí se puede influir. En base a estudios que indican que el desequilibrio entre el esfuerzo que implica el trabajo y la recompensa recibida suele ser un factor de estrés, Bonet señala que en estas épocas, donde la demanda puede ser mayor y la suba salarial no acompaña ese ritmo, hay que buscar esa recompensa fuera de lo económico. Hallar el equilibrio en la posibilidad de hacer home office, o en aquellas actividades en las que se encuentre ese reconocimiento implica un paso importante a la hora de prevenir. "Si la recompensa no la encontramos en el trabajo, la podemos buscar por nosotros mismos afuera de la oficina", propone. Además estima que otra forma de disminuir el estrés frente a un posible aumento de la demanda laboral es lograr una mayor libertad de decisión en la tarea realizada. "Encontrar dentro del trabajo espacios de creatividad y decisión que amortigüen el grado de demanda mejorará la capacidad para afrontar el contexto", agrega. Fabio Boggino, socio fundador de Jobing Consultores, destaca que los contextos de crisis tienen la particularidad de potenciar todas las disconformidades con las que muchos empleados conviven. "Repensar si es el empleo que quiero y cómo lo quiero, porque más allá de los contextos de crisis económicas de un país siempre hay que pensar en pasarla bien", dice. Ghidini se suma a esta mirada y opina que para sobrellevar etapas laborales angustiantes o inciertas hay que encontrarle el sentido al trabajo. "La compensación económica y los otros beneficios son necesarios, pero ciertamente no suficientes. Encontrar el sentido, el propósito o la pasión que nos impulsa a trabajar todos los días es una palmada en la espalda a nuestra capacidad de resiliencia en momentos críticos", detalla. Entendiendo que este año será sumamente complejo y repleto de incertidumbre para todos los miembros de la empresa, más allá de las jerarquías y los procesos, "las organizaciones tienen que mantener a los empleados motivados y productivos, pero además, las empresas van a necesitar un esfuerzo extra de sus trabajadores para evitar que la situación afecte a todos", según Boggino. Encarar los meses venideros desde el trabajo personal y evitar así quedar abrumado por el contexto es una buena alternativa para no morir en el intento.

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