La desigualdad social crece y la pobreza sigue estancada en Argentina, pese a que la presidenta peronista, Cristina Fernández, viuda de Kirchner, se jacta de "la década ganada" por el país desde que llegó con su marido, Néstor Kirchner, a la Casa Rosada en 2003. El informe anual 2013 del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA) de la Universidad Católica Argentina, que depende del Episcopado, pone este jueves en blanco sobre negro la cruda realidad de millones de argentinos que no se enteran del crecimiento económico. Uno de cada cuatro argentinos -releva el estudio- vive hundido en la pobreza, sin empleo formal y vivienda digna, educación ni sanidad de calidad. Son más 10 millones de los 40 millones de habitantes de todo el país, es decir más del 25% de la población nacional, relevada en el último censo de 2010. De ellos hay 3 millones que están aún peor y apenas sobreviven en la indigencia. Representan el 7,5% del total de habitantes. Por si fuera poco, el informe detecta un creciente aumento de la brecha social entre pobres y clase media. Por ejemplo, el desempleo llega al 16,3% en el primer sector y en el segundo sólo es de 3,2%. Con la seguridad social es similar: no protege al 83,7% de pobres contra 24,2% de sectores medios. "La marginalidad estructural no mejoró en Argentina a pesar de años en los que el país creció a un ritmo de 8% anual. Se cristalizó la pobreza estructural, la imposibilidad de alcanzar niveles elementales de bienestar e integración social", dice Agustín Salvia, investigador jefe del Observatorio. Otros datos alarmantes completan el cuadro de la realidad social: tres millones de desnutridos; 12% de los niños trabajan; 20% de jóvenes no estudia ni trabaja; 40,7% de los empleos son en negro; tres de cada 10 casas no tienen cloacas y una de cada 10 no tiene agua potable. El 12% de los niños trabajan; el 20% de jóvenes no estudia ni trabaja y 40,7% de los empleos son en negro Todo ello -para Salvia- tiene un resultante impepinable: la inseguridad. "Buena parte de la conflictividad social tiene que ver con la desigualdad y con expectativas no satisfechas. El delito, el arrebato y el saqueo están dentro de un contexto de descomposición social" El diagnóstico del especialista es que "mucha gente siente que el sistema no los incluye y que la distancia con los que están mejor es cada vez mayor." Durante el gobierno de Néstor Kirchner, de 2003 a 2007, hubo "una etapa de crecimiento y recuperación económica y del empleo", según el informe dado en exclusiva por el diario La Nación, a raíz de la devaluación y el aumento del precio internacional de la soja que Argentina exporta. A partir del gobierno de Fernández en 2007, remató el informe, "se redujo el superávit comercial y aumentaron los precios internos a un ritmo vertiginoso. La inflación, según fuentes privadas, subió del 13,4% en 2003 al 18,5% en 2007, para llegar al 25,9% en 2012, y además se dio un estancamiento del empleo".