Que el ajetreo, los nervios y las tensiones cotidianas generan una disminución en nuestra capacidad de atención y calidad de vida es algo que todo el mundo más o menos conoce. Pero para confirmarlo con precisión científica, un grupo de investigadores españoles demostró en un ensayo realizado por primera vez en humanos que la hormona del estrés, denominada cortisol, provoca una pérdida de la memoria. El estudio fue elaborado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (Ciberer) y el Hospital de Sant Pau de Barcelona. La investigadora Eugenia Resmini, una de las hacedoras de la investigación, explicó que el trabajo se basó en resonancias magnéticas a pacientes con síndrome de Cushing, una enfermedad rara en la que el propio cuerpo genera un exceso de cortisol. Aunque en principio los pacientes ya estaban curados, los investigadores descubrieron que se había reducido la materia gris en la zona del hipocampo del cerebro, lo que provocaba las pérdidas de memoria. Esta disfunción neuronal se explica porque, por un lado, disminuye el metabolito N-acetilaspartato, lo que indica que la materia gris está dañada, al tiempo que aumentan las sustancias glutamato y glutamina, que demuestran que, en cambio, crece la materia blanca del cerebro, como un mecanismo compensatorio. “El hecho de que los pacientes estuviesen ya curados demuestra que el daño causado por el exceso de la hormona del estrés es irreversible”, explicó Resmimi, quien apuntó que el estudio abre nuevas vías de investigación como, por ejemplo, comprobar los daños que genera el estrés crónico diario. También señaló que sería útil hacer un seguimiento de los pacientes que se tratan con altas dosis de fármacos glucocorticoides, como la cortisona, ya que son antiinflamatorios que imitan la acción del cortisol, la hormona del estrés. no tan lineal “El exceso de cortisol no sólo afecta a la memoria -detalla la neuróloga platense Diana Cristalli-. También puede generar irritabilidad, trastorno en la atención (cuando la persona no puede concentrarse o retener dos cosas al mismo tiempo) o alternaciones conductuales”. De todos modos, aclara la especialista, “si bien hay que respetar los hallazgos de este estudio, también es bueno remarcar que no siempre las causas que explican los problemas de la memoria son tan sencillos o lineales. Pensemos por ejemplo en todas las personas que atravesaron situaciones estresantes como una guerra: siguiendo estos lineamientos deberíamos concluir que todos aquellos que experimentaron una situación tan estresante y traumática como esa deberían sufrir problemas con la memoria, y esto sabemos que no es así. La investigación sin duda reúne datos interesantes, pero debemos tener en cuenta que estudiamos un tema que agrupa un sinfín de variantes”. El trabajo, hay que decir, fue presentado en el último Congreso Europeo de Endocrinología y se basó en el estudio de 18 pacientes con síndrome de Cushing y 18 personas sanas como grupo de control. La relación entre la hormona del estrés y la pérdida de memoria se había estudiado en animales, pero hasta ahora no había ninguna investigación basada en humanos que probase esta relación. maldito estres Según los expertos, y al margen del estudio presentado por los invesitgadores españoles, el estrés -entre otros síntomas- hace que las personas no puedan concentrarse en el instante de fijar la información que en otros momento les será útil. Entonces, como los recuerdos no se fijan en la memoria, no hay forma de recuperarlos después, en el momento en que se los quiere evocar. De acuerdo a lo que explica Cristalli, en tanto, en los últimos años las evidencias científicas que asocian estrés con dificultades en la memoria han proliferado. Pero claro: no siempre determinada circunstancia significa que deba ocurrir tal o cual cosa. “Una persona que pierde la memoria no siempre es alguien que atravesó una situación de estrés -grafica-. Una trata varios casos de gente con una vida tranquila y hábitos saludables que padece Alzheimer. ¿Entonces cómo se explica? Se explica porque, en esto, uno más uno no siempre es dos”. Por definición, se apunta, estrés es una respuesta, un mecanismo de adaptación y sobrevivencia del organismo, aunque se explica también que si esa respuesta se desencadena constantemente y supera los límites adaptativos de la mente y el cuerpo humano, puede sobrevenir la enfermedad. El estrés, dicen los expertos, se desencadena cuando nuestra mente identifica ciertos estímulos como una fuente de peligro. La persona afronta psíquica y físicamente la amenaza, pero si el peligro persiste se agotan sus defensas y aparecen los problemas de salud. Pueden aparecer diferentes síntomas, que van desde las contracturas musculares, las bajas de las defensas en el sistema inmune y hasta las dificultades para concentrarse.