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26 de noviembre de 2013

Angélica Diez:Misionera de la inmaculada Padre Kolbe

La advocación de la Medalla Milagrosa, debe su origen a una manifestación de la Virgen María a Catalina Labouré, religiosa de la congregación de las Hijas de la Caridad fundada por San Vicente de Paúl y santa Luisa de Marillac. Vaya a la sección leer más...

Dice su confesor  que cuando Catalina vio a la Santísima Virgen sentada al lado del altar, fue hacia Ella, cayó de rodillas apoyando sus manos en las rodillas de la Santísima Virgen y oyó que le dijo:"Hija mía, Dios quiere encomendarte una misión... tendrás que sufrir, pero lo soportarás  todo porque lo que vas a hacer será para gloria de Dios.  No temas. "Haz acuñar una medalla según este modelo, las personas que la lleven en el cuello recibirán grandes gracias: las gracias serán abundantes para las personas que la lleven con confianza". Una vez acuñada, se difundió rápidamente. Fueron tantos y tan abundantes los milagros obtenidos a través de ella, que se la llamó, la Medalla que cura, la Medalla que salva, la Medalla que obra milagros, y finalmente la Medalla Milagrosa.<br />
    Esta  aparición  tiene raíces bíblicas ya que  en esa Medalla están reunidas las grandes verdades de la Inmaculada Concepción de María, de su Maternidad y Mediación universal, de su  Realeza. Llevándola con nosotros imploramos gracias  sobre nuestros seres queridos, que cure a nuestros enfermos, dé la paz a nuestras familias, nos libre de todo peligro.  Que esa Medalla  traiga alivio al que sufre, consuelo al que llora, luz y fuerza a todos. <br />
      Llevar la Medalla con fe, es una de las tantas posibilidades que María da de acercarnos a su Corazón Inmaculado para  llevarnos  hasta su divino Hijo Jesús para alcanzar la salvación de nuestra alma. “No dudemos nunca de que María nos está mirando con la ternura de la madre, que esa mirada nos ayuda a mirar mejor a los demás, a encontrarnos con Jesús, a trabajar más para ser más hermanos, más solidarios, mejores hijos. Que nuestro corazón de hijos la sepa defender de los que prometen ilusiones, vida fácil, promesas que no pueden cumplirse” (Papa Francisco). <br />

 

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