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22 de noviembre de 2013

JUICIO POR LA MUERTE DEL MÉDICO: Uno de los testigos afirmó que Ferreyra le confesó haber asesinado a Cobas

En la víspera continuó el juicio oral y público a Jorge Ferreyra, oriundo de Los Toldos, y Gonzalo Fernández, de Junín, imputados de haber matado a golpes al doctor Arturo Cobas, el 16 de marzo de 2011, en la quinta de su propiedad.
Ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº 1, compuesto por los jueces Esteban Melilla (presidente), Karina Piegari y Miguel Ángel Vilaseca, declararon los testigos citados, y muchos fueron desistidos, es decir, no prestaron testimonio. Tanto los jueces como los defensores Mauricio Muñoz (de Fernández), y Hugo Ferrari (de Ferreyra), y el fiscal doctor Ángel Quidiello interrogaron a los mismos.

Confesión Uno de los testimonios más relevantes fue el de Enzo Glennon, amigo de Jorge Ferreyra, imputado en la causa del crimen de Cobas, que declaró que el 15 de marzo de 2011 era el cumpleaños de Jorge e invitó a éste a festejarlo en su casa. Es así que Ferreyra fue a su casa y comió junto con Enzo y su familia compuesta por su esposa e hija. “Después fuimos a la Laguna, tomamos vino, volvimos a mi casa. Me pidió prestada la moto y un buzo, pero yo le presté un chaleco y se fue. Al rato, cuando volvió, estaba sin chaleco, cuando le pregunté dónde lo había dejado, me dijo que lo había perdido, que lo había prendido fuego. Estaba nervioso y dijo que había ido a la quinta del doctor Cobas y que lo había matado. ‘Me mandé una cagada, maté a un puto’, recordó Glennon que dijo Ferreyra aquella madrugada del 16 de marzo. “Le pedí que se fuera, que me iba a comprometer. No le creí y me acosté”, dijo. Cuando le preguntaron si había visto la ropa que vestía su amigo y si estaba sucia o manchada (con sangre), respondió que no, que no había visto nada de eso. El testigo dijo que él también conocía al doctor Cobas, porque su madre trabajaba en el Hospital, y también en su quinta. Manifestó que conocía a Aníbal Araya, parquero de ese lugar, desde antes de conocer a Ferreyra y que por eso había ido a la quinta del doctor Cobas pero afirmó que nunca había entrado. El fiscal le preguntó sobre el celular que usaba en ese momento y el número que tenía, tratando de averiguar si en esa madrugada Ferreyra se lo había agarrado, puesto que había registrado en el teléfono del doctor Cobas una llamada de 4 segundos a ese número, a las 5.23 del día del hecho. El testigo respondió que no sabía que el doctor Cobas había llamado a su celular. “A ese chip lo rompí, porque después Ferreyra me había mandado mensajes, y uno de ellos preguntándome si se sabía quién había matado a Cobas”, apuntó. Respecto a sus costumbres, el testigo admitió que había consumido marihuana y que había fumado algún porro junto a Ferreyra, pero que “todo eso” lo había dejado por su familia y su hija, principalmente. A continuación, declaró Rodrigo Glennon, hermano de Enzo, que manifestó que era amigo de Ferreyra y que en la mañana del día del crimen, había ido a sacar un pasaje con su DNI pero para Ferreyra, que había olvidado el suyo, que se trasladaron en moto hacia la terminal de ómnibus de Junín, y que su amigo partía hacia Buenos Aires. Apuntó que antes de eso, habían comprado un chip nuevo en Personal. Al preguntársele cómo había notado a Ferreyra esa mañana, respondió: “un poco nervioso”. Por otra parte, Noelia Vitar, pareja de Enzo Glennon, con quien tiene una hija, recordó que la noche del 15 de marzo de 2011, Ferreyra había ido a la casa con una chica, de nombre Eliana, y que la conocía porque había ido con ella a la Escuela Nº 18. “Después que se fueron me acosté y cuando me levanté cerca de las 11, no estaba más”, apuntó. Otro de los testimonios importantes fue el de la licenciada Elina Francisco, perito Científica, quien recogió una colilla de cigarrillo apagada en una mesa de televisor, ubicada muy cerca del cuerpo sin vida del doctor Cobas. Señaló que esa colilla fue analizada y luego considerada una evidencia, ya que el resultado del perfil de ADN de Ferreyra había dado positivo. “Para mí no hacía mucho tiempo que estaba allí”, dijo la licenciada, respecto a la colilla. Sobre el celular del médico, dijo que fue hallado junto al cuerpo, en medio de un charco de sangre. Aparentemente, desde ese celular se hizo la llamada a las 5.23 al móvil de Enzo Glennon. La testigo Claudia Gorosito, quien era empleada del servicio de la limpieza del doctor Cobas, dijo en la mañana del día del crimen, que había estado buscando al médico en la Clínica Centro, porque uno de sus hijos había tenido convulsiones, y que esa mañana no había ido a trabajar a la quinta. Respecto al acceso a la quinta y si había visto a alguien en ese lugar, Gorosito dijo que solo a una persona, Gonzalo Fernández, que atendía los animales que había allí. Aclaró que hacía solo un mes que trabajaba para el doctor Cobas. Otros testimonios El agente penitenciario Ratti, conocido de la familia de la víctima, dijo que en la U.P. 49 había escuchado un comentario de Jorge Ferreyra a un funcionario, que le preguntó cómo estaba su causa, a lo que el interno respondió que él estaba complicado, que no estaba solo cuando pasó el hecho y que Fernández, el otro imputado, no había tenido nada que ver. En este punto cabe aclarar que el hermano de Fernández era también penitenciario de esa misma cárcel. La testigo Vanesa Torales, conocida del imputado Fernández, aseguró ante el tribunal que a la madrugada del día del crimen, éste estaba en su casa y que se había ido a las 5, o poco después. Que se acordaba de la hora porque ella había mirado el reloj, para calcular cuánto podría dormir, ya que se tenía que levantar temprano. Al ser preguntada sobre dónde estaba su casa, ella dio la dirección, ubicada muy cerca de la casa del imputado Fernández, y a 7 u 8 cuadras de la casaquinta del doctor Cobas. Al parecer, entre Torales y Fernández hubo varios mensajes telefónicos por celular, entre las 7 y el mediodía, cuando se enteró por éste, de la muerte de Cobas. “Dijo que habían matado al patrón y que estaba re-mal, por eso”, manifestó Torales. Otro de los testigos que declaró ayer fue Aníbal Torales, hermano de Vanesa, que afirmó que nunca había visto a Fernández, a la noche-madrugada del día de la tragedia, que él se levantó ese día poco antes de las 8, para ir a trabajar.

Fuente: Diario democracia

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