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17 de agosto de 2021

Habla por primera vez el surfer detenido por violar la cuarentena: “Alberto Fernández me dijo que era un idiota, pero lo tomo como de quien viene”

Federico Llamas está radicado en Ostende, adonde llegó tras protagonizar un control en la Panamericana a fines de marzo de 2020. “Lo único que quería era volver a mi casa y todos parecían un grupo de amigos haciéndome bullying”

Transcurrieron 507 días desde que su rostro se replicó en todas las pantallas televisivas. Un año, cuatro meses y 16 días desde aquel mediodía del 25 de marzo de 2020 en que los portales de noticias relataban cómo Federico Llamas, un joven de 27 años, circulaba por la autopista Panamericana con bolsos y tablas de surf en el techo de su camioneta, a pocos días de que el presidente Alberto Fernández decretara el aislamiento social, preventivo y obligatorio en todo el país.

Durante aquella jornada, Llamas acaparó la atención pública nacional por el desconcierto y la novedad que generaba su caso, el que empezó cuando los efectivos de Prefectura Naval Argentina (PNA) lo detuvieron en la localidad de Martínez. El joven explicó que se había ido de vacaciones a Brasil a principios de marzo y que regresaba al país a través de la frontera de Paso de los Libres, para ir finalmente rumbo a su domicilio. Enseguida quedó identificado por todos como el “surfer de la Panamericana”.

Hace pocas horas, tras el escándalo desatado por la fiesta en la Quinta de Olivos del cumpleaños de la primera dama Fabiola Yañez, el hombre que actualmente tiene 29 años le concedió una entrevista a TN.com.ar y decidió romper el silencio. “No me sorprende para nada viniendo del gobierno que tenemos. No le acredito toda la culpa al Presidente, porque hay un montón de gente detrás de eso, pero él es el que da la cara. Es vergonzoso que un presidente, abogado, haga este tipo de cosas. Y no es que intento decir ‘uh, mirá lo que me hicieron y mirá lo que está haciendo el Presidente’, porque yo no hice nada, lo único que quería era volver a mi casa”, dijo.

Llamas es electricista y actualmente está radicado en Ostende, municipio de Pinamar, en donde realiza trabajos autónomos en diversos barrios. Fue allí justamente en donde se refugió aquel día, en la ciudad balnearia donde también vive su madre. “Los policías no estaban informados de cuál era el protocolo que tenían que seguir respecto a la documentación, no sabían que la declaración jurada no era física y sí una foto que te hacían presentar en la frontera. Cada uno tomó una decisión y entre todos creyeron que era correcta”, argumentó.

Y continuó: “Los medios empezaron a contar cualquier cosa, lo que ellos querían era generar rating. Por eso digo que la causa está armada gracias a los medios de comunicación. Yo tenía toda la documentación como para demostrar por qué entraba al país. Tenía la declaración jurada y el domicilio en el que iba a aislarme”.

“Mi familia vive ahí, tengo una casa ahí y le doy una mano en la construcción a mi mamá. Lo que se hablaba en los medios era mentira... Desencadenó en mucha gente puteándome, mandándome mensajes. Hicieron viral mi teléfono. Todos los datos de mi declaración jurada los viralizaron. Estuve 54 días sin tocar la calle. Podría haber salido después de los 30 días pero anímicamente estaba mal, no tenía ganas de hacer un carajo, me sacaron mis herramientas para trabajar, mi ropa. Estuve 40 días sin calzoncillos”, explicó.

Su accionar ocasionó que el mismo Jefe de Estado lo mencionara en una entrevista cuando destacaba el trabajo de las fuerzas de seguridad. “Se van a encontrar con idiotas. Vemos a un idiota que se escapó de su casa y parece que apareció en Ostende”, declaró el mandatario aquel día.

“Lo tomo como de quien viene, me resbala. ¿Un presidente, abogado, que me diga que soy un idiota por querer volver a mi casa con una declaración jurada? O sea él es el idiota que hizo el DNU y que no le transmitió a la gente, al equipo de él, lo que tenía que hacer”, remarcó.

Llamas también reveló que aquellos primeros días, en los que las imágenes se repetían a cada hora en los canales de televisión y en las redes sociales, fueron caóticos. “No me genera nada ni mirar esos videos ni hablar del tema. De vez en cuando algún idiota me manda un mensaje. Sí recuerdo que en ese control policial todos parecían un grupo de amigos haciéndome bullying”, sostuvo.

Su plan era, tras regresar de Brasil, quedarse en la Argentina algunos meses y viajar junto a su ex novia a Canadá, país del que ella es oriunda. Pero los planes, producto de la pandemia y de la causa judicial en la que deberá afrontar un juicio oral, cambiaron. “Mantuve un año una relación a distancia y luego se hizo insostenible. Me quedé sin novia también. Yo trabajo desde los 22 años como electricista. Fui a un colegio técnico, luego estudié dos años y me recibí de electricista. Siempre trabajé solo y la gente que me conoce sabe cómo lo hago. Esto es de boca en boca, si me relacionara mal nadie me recomendaría”, indicó.

Respecto al compromiso que debe afrontar ante la Justicia, manifestó que “sigue en curso”. “Debería quedar exonerado porque no hice nada. Me decían que incumplía la cuarentena y no incumplía nada porque estaba en tránsito intentando llegar a mi casa en Ostende para hacer el aislamiento”, insistió.

Fue procesado por el juez federal 2 de San Isidro, Lino Mirabelli, por infracción al artículo 205 del Código Penal de la Nación. Su caso, por pedido del fiscal federal de San Isidro, Federico Iuspa, fue elevado a juicio oral el 4 de noviembre de 2020.

Llamas contó que aún no se vacunó contra el COVID-19 y que descree de la efectividad de las dosis formuladas por todos los laboratorios: “Si me voy a vacunar, lo haré en otro país. La verdad me parece muy raro el tema de las vacunas. De ninguna se saben los efectos adversos que van a dar en el futuro, no es una prioridad vacunarme hoy”.

Luego agregó: “Ojalá me pueda ir del país lo antes posible, cuando termine con todo este caos. No estoy contento con la Argentina. La economía es una mierda, el país es corrupto. La verdad me gustaría irme del país, no sé si puedo. No me está yendo muy bien acá en la Argentina”.

“Estoy trabajando mucho y me está rindiendo muy poco la plata, cada vez me cuesta más. Está todo muy caro y no puedo progresar. Estamos sumergidos en un sistema corrupto, en donde los fiscales y los jueces son corruptos. Lo atacamos al Presidente pero atrás de él hay un montón de jueces a quienes no los eligen en las elecciones y son los corruptos que no tienen los huevos para juzgar a los que hacen las cosas mal”, completó.

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