Susana Giménez tuvo que ser internada este jueves por la noche debido a una complicación en su cuadro de coronavirus. Recibió atención de inmediato y hasta el momento no necesitó asistencia respiratoria, aunque continúan haciéndole estudios para controlarla y evitar que empeore.

A las 23:30 llegó a la Clínica Cantegril en ambulancia porque no saturaba bien. Según dijeron en Los ángeles de la mañana, hace tres días arrastraba varios síntomas; como cansancio, dolor de cuerpo y alta temperatura. Aunque no está en terapia intensiva, se le realizó una tomografía, una placa y análisis de sangre.

“Es un paciente de cuidado, tiene una neumonía unilateral en el pulmón izquierdo”, pronunció Ángel De Brito, que además recordó que la rubia es exfumadora y siempre tuvo problemas en los bronquios.

Pía Shaw señaló que evalúan trasladarla a la Argentina en un avión sanitario, así como también armar una internación en su propia casa. Por el momento nadie de la familia confirmó que se fuera a realizar alguna de las dos cosas.

La conductora de Telefe tenía que darse la segunda dosis de la vacuna elaborada por el laboratorio Pfizer este sábado 12 de junio. Sin embargo, hace una semana le avisaron que había sobrantes y tanto ella como otros residentes asistieron al vacunatorio el viernes 4.

Horas después de que se conociera que estaba infectada, le envió un audio de WhatsApp a Luis Novaresio para decirle que tenía un dolor de cuerpo horrible. Esa fue la única vez que Susana emitió palabra sobre su estado de salud.

Giménez recibió la primera dosis de la vacuna contra el COVID-19 el 24 de abril en el predio del Campus Municipal de Maldonado, Uruguay. En aquella oportunidad, se la vio muy simpática y se tomó unos minutos para saludar a los fanáticos que se acercaron para pedirle una foto. Antes de retirarse del lugar también se retrató con los enfermeros y les agradeció por la buena y cálida atención.

La diva se instaló en el país vecino en mayo del año pasado, cuando contrató un avión privado para viajar con su hermano Patricio y Rita, la última perra que compró. En diálogo con TN contó que estaba cansada de la cuarentena eterna en la Argentina y manifestó su gran deseo de compartir tiempo con sus mascotas.

“Pedí permiso, por supuesto y me lo dieron. Tengo residencia porque tengo casa acá, personal que pagar, animales y estaba muy preocupada. Me parece que después de 65 días encerrada en mi casa sola, tenía derecho a venir acá”, explicó en aquel entonces en TN Central.