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24 de marzo de 2020

Tus datos se guardan en lugares inesperados

¿Sabías que tus datos pueden estar en el Ártico o incluso en una iglesia de Finlandia? Estos son los data centers más insólitos.

Qué es un centro de datos

Llenos de equipos informáticos y de redes, los centros de datos son ubicaciones centrales que recopilan, almacenan y procesan datos. A medida que el mundo depende cada vez más de tecnologías intensivas con mayor volumen de datos, el uso de energía de los centros de datos se ha convertido en una preocupación creciente. Estos son los lugares más sorprendentes donde actualmente hay data centers.

 

En una mina de Noruega

 

¿Te imaginas un centro de datos en las profundidades de una mina nórdica? Pues una de las soluciones al gasto energético que supone la refrigeración de un centro de datos llevó a implantar un centro de datos en la antigua mina Lefdal de Noruega. ¿El motivo? Teniendo en cuenta que los servidores necesitan estar activos 24 horas al día sin interrupciones, toda esta actividad genera muchísimo calor y hay que contrarrestar la posibilidad de altas temperaturas para que no se vea interrumpido el servicio, de ahí que el coste en refrigerar el centro de datos sea un aspecto clave a tener en cuenta. El frescor de una antigua mina noruega hace que sea una de las decisiones más eficientes para solucionar este problema de temperatura. Una curiosidad: la mina subterránea se empleaba para excavar olivino, también conocido como peridoto, un mineral verde de alta densidad utilizado en la producción de acero (y una de las pocas piedras preciosas encontradas en un solo color).

 

En el Círculo Polar Ártico

Si le das a “Me gusta” a algo en Facebook, es probable que se guarde en el centro de datos de Facebook en Luleå. Ubicado en lo que se ha llamado ingeniosamente el "Polo Nodal", su temperatura media posibilita que la eficiencia energética del lugar sea más que afortunada. Los casi 90.000 metros cuadrados de racks de servidores del centro son enfriados por el frío aire nórdico que baja a -41 ºC en los largos inviernos que duran de septiembre a mayo. Además, la abundancia de energía hidroeléctrica local disponible significa que el 100% de la energía utilizada es renovable.

 

 

 

 

 

 

 

 

Bajo el agua

¿Un centro de datos bajo el agua? ¿No es una locura? El hecho de que Microsoft decidiera colocar un centro de datos bajo el agua tiene todo el sentido del mundo. Recordemos que cuanto más cerca esté el centro de datos del usuario, menos tienen que viajar los datos. Teniendo en cuenta que la mayoría de las personas vive cerca del agua, este centro de datos sumergible se despliega rápidamente, y puede aprovechar la energía hidrocinética para obtener energía y enfriamiento natural. El centro de datos se encuentra en el fondo marino cerca de las Islas Orcadas de Escocia. Forma parte de un esfuerzo de investigación para analizar la fabricación y operatividad de unidades de centro de datos preempaquetadas ambientalmente sostenibles que se puedan pedir a medida, desplegar rápidamente y dejar que funcionen de forma independiente en el fondo marino durante años. Es el Proyect Natick.

 

En una iglesia en Finlandia

La catedral ortodoxa Uspenski de Helsinki (Finlandia) contaba con un refugio antiaéreo de la Segunda Guerra Mundial y qué mejor que aprovecharlo como centro de datos. Posee uno de los requisitos más buscados: una temperatura fresca idónea para los servidores. Pero, además, está todo pensado: el exceso de calor que emiten los múltiples servidores es absorbido y distribuido por el sistema de calefacción de la zona, lo que permite que hasta 500 hogares disfruten de su energía gratuita. Otros edificios religiosos parece que van a seguir el mismo destino, como la capilla de Salem en Leeds, Reino Unido, que será convertida también en un centro de datos.

 

El más grande del mundo

“The Citadel”, la Ciudadela en Tahoe Reno, Nevada (EE. UU.) es el centro de datos más grande del mundo con aproximadamente 2.200 kilómetros cuadrados de superficie. La compañía Switch es la propietaria de este magno centro de datos y es reconocida mundialmente como líder en diseño e implementación de centros de datos. Esta instalación, ubicada cerca de la Gigafactory de Tesla, funciona exclusivamente con energía renovable (por lo que también es el data center más ecológico del planeta). Como curiosidad, sus circuitos de 10 Gbps tienen una latencia de 4 milisegundos a Silicon Valley / San Francisco a través del Switch SUPERLOOP.

 

 

 

 

 

 

 

En un búnker nuclear de la Guerra Fría

Los centros de datos a prueba de bombas nucleares no son tan inusuales como podríamos imaginarnos, pero el centro de datos Bahnhof Pionen de Estocolmo ocupa un lugar destacado en esta lista. Originalmente era un búnker nuclear situado a más de 30 metros de roca sólida bajo de las calles de Estocolmo y fue diseñado para resistir un ataque nuclear casi directo. El interior casi parece un set de una película de espías y cuando el centro de datos fue construido en 2008, se amplió aún más para hacer más espacio al interior ultramoderno y acomodar los dos motores diesel Maybach que pertenecían a un submarino alemán para proporcionar energía de respaldo al centro de datos.

 

En una antigua iglesia católica de Barcelona

Este centro de datos, el MareNostrum 4 del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación (BSC-CNS) fue elegido incluso como el centro de datos más bonito del mundo. Está en la Torre Girona que, desde fuera parece una iglesia al uso, pero dentro alberga el Centro de Supercomputación de Barcelona, que se utiliza para una gran variedad de proyectos de investigación, desde el cambio climático hasta la investigación del cáncer, biomedicina, pronóstico del tiempo y simulaciones de energía de fusión. La antigua capilla cristiana de Torre Girona alberga desde 2005 este centro de datos dedicado a la producción científica y la innovación.

 

Escondido en una montaña suiza

Oculto a unos 900 metros debajo de una montaña, el centro de Deltalis fue anteriormente el hogar del centro de comando de la Defensa Nacional Suiza. Este centro de datos en las Montañas Blancas y asegurado tras puertas de metal de unos 40 centímetros de grosor, utiliza el granito circundante y el agua fría subterránea para enfriar la instalación y explota las 556 centrales hidroeléctricas de Suiza para proporcionar casi el 100% de energía renovable. Sin embargo, a diferencia de muchos otros centros de datos insólitos, su ubicación en el corazón de Europa también significa que está a 1-2 milisegundos de datos de Zurich y Milán con el aeropuerto de Zurich a menos de una hora en coche.

 

 

 

 

 

 

 

 

En el punto más alto de Manhattan

Con 32 pisos de altura, el centro de datos Intergate Manhattan en Nueva York es el centro de datos más alto del mundo. El edificio tiene 1.000 kilómetros cuadrados de espacio para servidores, tiene una fuente de alimentación de 40 megavatios que se comparte en los 32 pisos y se enfría gracias a cinco enormes torres de refrigeración en el techo con espacio nuevas torres de refrigeración a medida que sean necesarias. Así es, un centro de datos en el corazón de la Gran Manzana.

A día de hoy, prácticamente todas nuestras acciones generan una gran cantidad de datos e información y todos esos datos deben almacenarse en un lugar: se trata de los centros de datos o data centers. Sin ir más lejos, cada minuto se envían en el mundo unos 188 millones de correos electrónicos, 11 280 emails a la hora, 270 720 correos al día... Una cifra que da vértigo, ¿verdad? Y esto son solo emails comunes. Imagina la gran cantidad de datos que se mueve cada día por el planeta y se almacena por la red. ¿A dónde van a parar todos esos datos? ¿En qué lugar se almacenan? ¿Es importante el lugar en el que se sitúe un centro de datos?

 

Los centros de datos se ubican en los lugares más insospechados y su localización no es baladí. No es azar. Su ubicación es una decisión clave a muchos niveles y, aunque muchos están situados en localizaciones ordinarias, existen algunos ubicados en lugares más bien peculiares, como por ejemplo una mina de Noruega, bajo el agua, en el círculo polar Ártico o en una iglesia de Finlandia.

 

En esta sociedad de la información y de los datos, con cada vez más personas con acceso a la red Internet (solo en España ya fueron 4 millones de personas este último año) y, según el informe de We Are Social y Hootsuite que presentaron a principios de 2020, 2019 contaba con la nada despreciable cifra de 4.540 millones, es decir, el 59% de la población mundial (el anterior informe de 2019 arrojaba una cifra de 4.388 millones de internautas, con una penetración del 57%).

 

 

Y esta cifra no parará de aumentar con la llegada del 5G y la extensión del internet de las cosas, que favorecerán, sin lugar a dudas, un incremento en el volumen de datos en todo el planeta, lo que supone un reto de almacenamiento y espacio para los centros de datos mundiales. Y cuanto más lejos estén del usuario final, más distancia tendrán que recorrer los datos y por tanto, mayor latencia, de ahí que sea importante que estos se ubiquen cerca del usuario y no al contrario.

 

 

Pero, ¿cuáles son esos lugares tan insólitos donde se guardan nuestros datos?

En un lugar a prueba de volcanes en Islandia

Los centros de datos en Islandia están en auge y no es de extrañar. Islandia es el mejor y el peor lugar para poner un centro de datos. Hace frío, por lo que la refrigeración no es un problema; sin embargo, también es muy volcánico. Por eso, el centro de datos Verne Global de Islandia es uno de los pocos centros de datos en el mundo que está diseñado para ser a prueba de volcanes. Ubicado al oeste de Islandia, en una península volcánica estéril llamada Reykjanesskagi, hogar de las ciudades gemelas de Keflavik y Njardvik, con alrededor de 19.000 habitantes, está el centro de datos de Verne Global y también el de al menos diez centros de datos más, un repunte impulsado precisamente por el clima. Aquí, los centros de datos no necesitan ejecutar constantemente sistemas de enfriamiento de alta potencia para la moderación del calor: lo único que tienen que hacer es dejar entrar el aire subártico, lo que reduce el coste energético al 100%.

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