En el contexto de un violento brote en Brasil y un aumento considerable en todo el mundo de los contagios, las autoridades sanitarias argentinas lanzaron una serie de medidas preventivas, primero para contener la circulación viral, y luego para verificar el estado de vacunación de la población. Es que algunos informes aseguran que en los últimos años bajó el nivel de aplicación de la vacuna, lo que posibilitó –en el país y el mundo –que la enfermedad vuelva a ser una amenaza. Este año, la crisis sanitaria en Venezuela expandió el mal en la región, y en suelo brasilero los casos superan los 600, incluyendo cuatro fatales. El sarampión volvió al país este 2018 luego de casi dos décadas sin notificaciones. 

El alerta de la cartera sanitaria se emitió luego de la confirmación de dos nuevos casos de la enfermedad. Se trata de dos niños, uno del barrio porteño de Monserrat y otro de la localidad bonaerense de Glew, partido de almirante Brown. “Ambos casos presentaron clínica compatible (fiebre, exantema, tos y conjuntivitis), a la fecha con buena evolución. Los dos casos se confirmaron por serología IgM y detección de genoma viral por PCR en orina y muestra respiratoria”, informó el ministerio mediante el documento difundido. Los casos muestran nexo epidemiológico, según las autoridades, por lo que “iniciaron las acciones de control de foco en las áreas correspondientes y se encuentra en desarrollo la investigación para determinar la fuente de infección”. 

Estos casos se suman al que había sido detectado en abril, también autóctono (este último vinculado a un caso importado) alcanza a la cifra de tres. Y se trata de los primeros casos autóctonos en el país desde el año 2000. Sobre la Situación epidemiológica en la Argentina, el Ministerio de salud explicó que desde el último caso autóctono “se registraron un total de 32 casos importados y relacionados a la importación. Los últimos ocurrieron en Ciudad de Buenos Aires en la semana epidemiológica (SE) 13 del corriente año, de los cuales dos fueron importados y uno relacionado a la importación”. El sarampión es una enfermedad viral aguda, que puede ser muy grave y altamente transmisible. Tiene un período de incubación de entre 7 a 21 días. Luego de la incubación del virus, los primeros 2 a 4 días (período prodrómico) se evidencia la aparición de fiebre alta, secreción nasal, conjuntival y tos (triple catarro), manchas blanquecinas en boca y cara interna de las mejillas (manchas de Koplik). Posteriormente aparece un exantema cutáneo, maculopapular, confluente (erupción que no se eleva por encima de la superficie de la piel de color rojizo) que se inicia en cara y cuello y desciende a tronco y extremidades. Se transmite principalmente a través de secreciones nasales o faríngeas, por vía respiratoria (tos o estornudos). El período de mayor transmisibilidad se da entre los cuatro diìas previos y los cuatro diìas posteriores al inicio del exantema. 

Entre otros detalles, el Ministerio recordó que en el continente americano los últimos casos autóctonos datan del año 2002 en Venezuela. "En septiembre de 2016, en tanto, se declaró a la Región de las Américas libre de virus de sarampión endémico, siendo así la primera región del mundo en eliminar esta enfermedad. Desde entonces se han reportado casos importados y relacionados a la importación. Hasta la semana 27 (principios de julio), 11 países confirmaron un total de 1951 casos". 

Las indicaciones de los especialistas sostienen que la forma de prevenir la enfermedad es mediante la vacunación adecuada, la vacuna triple viral (SRP: Sarampión, Rubéola, Paperas), incluida en el calendario nacional gratuito y obligatorio y debe ser aplicada a los 12 meses de vida y al ingreso escolar (5 ó 6 años). Un informe de la Fundación Soberanía Sanitaria alerta sobre la disminución de la vacunación, y responsabiliza a esta situación por la vuelta de la enfermedad. “Los niños que contrajeron sarampión, por su edad, no podían vacunarse, pero podrían haber estado protegidos si la toda la población estuviera vacunada, porque no habría circulación del virus”, destacó el trabajo de la fundación. La entidad que preside el ex viceministro de Salud nacional Nicolás Kreplak denunció que “en los últimos dos años, la política de inmunizaciones parece haber dejado de ser una prioridad para el Estado. Se trata de diversas medidas en el marco de un proceso de desfinanciamiento de la salud pública en general y de la política de vacunas en particular”. Según dijo Kreplak, “la última campaña extra se realizó en 2014. Se debió realizar otra en 2017 pero sigue retrasada.” 

Según las recomendaciones internacionales, deben recibir esta vacuna también el personal de salud, viajeros, contactos de niños y adultos inmunosuprimidos y de menores de un año que aún no pueden ser vacunados. Al ser una vacuna a virus vivo atenuado no la podrán recibir menores de 6 meses, embarazadas, pacientes transplantados o con alteraciones en la inmunidad. Los niños entre 12 meses y 5 años de vida, deben acreditar al menos una dosis de esta vacuna y las personas entre 5 y 50 años (adultos nacidos a partir de 1965) deben acreditar al menos dos dosis. 

Mientras el país se prepara para nuevos casos, en Brasil al menos 744 personas han contraído sarampión como parte de un brote vinculado a enfermos procedentes de Venezuela, dijo el Ministerio de Salud de ese país esta semana. El brote ha dejado cuatro muertos, incluyendo un niño indígena. El total incluye 67 indígenas venezolanos y brasileños. La organización pro derechos indígenas Survival International ha advertido que el brote podría devastar grupos indígenas aislados que tienen poca resistencia a esta enfermedad y viven en ambos lados de la frontera venezolana-brasileña. El Ministerio de Salud dijo que la mayoría de los casos están en dos estados fronterizos de Brasil. Todos están vinculados a un brote en Venezuela, donde los servicios de sanidad han colapsado debido a la inestabilidad política

FARM. NÉSTOR CAPROV