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La localidad de La Emilia, en el norte de la provincia de Buenos Aires, y las zonas aledañas afectadas por la inundación que provocó la muerte de una persona en Villa Hermosa, regresaban hoy lentamente a la normalidad con la vuelta a sus viviendas de los más de 4.000 evacuados, luego de que bajara el agua que desató la peor tragedia hídrica en cincuenta años en el área. 

"Las casi 200 personas de los centros de evacuados y los miles de autoevacuados que se fueron a casas de familiares están volviendo a La Emilia y a Villa Hermosa", informó a la secretaria de Salud del municipio de San Nicolás, Mirna Botazzi, quien confirmó que las centenares de personas que permanecieron en los techos ya fueron asistidas y también retornan a sus hogares.

La funcionaria precisó que 150 personas fueron atendidas en el operativo municipal que se montó con un trailer sanitario, donde se les colocó vacunas antitetánicas y para la hepatitis B a adultos y se realizaron curaciones menores por lastimaduras y cuadros de insolación.



En tanto, Nación y Provincia, a través del programa El Estado en tu barrio, pusieron hoy carpas que se quedarán hasta el viernes de los ministerios de Salud, Trabajo y Desarrollo Social y del Registro Nacional de las Personas para atender a los vecinos, y hay un trailer de Anses para asistir a las familias por las asignaciones y dudas previsionales.

"Estamos haciendo lo que podemos, la situación fue muy compleja", dijo una persona a cargo del operativo de Provincia, quien informó que lo que más pide la gente son colchones, artículos de limpieza y repelentes.

Los afectados por el temporal comenzaron lentamente a entrar a sus casas, luego de que los últimos dos días el agua llegara a más de 1 metro y medio de altura en la mayor parte del pueblo.

Silvio, chofer de camión de 54 años, llegó a su casa tras dos días y se encontró con que perdió "lo que costó 35 años de laburo. Estas cosas te tiran el ánimo para abajo, te dan ganas de prender fuego todo", vociferó mientras sacaba sus pertenencias para tirarlas o que se sequen al sol, al igual que la mayor parte de los pobladores de la localidad.

"Yo sólo sigo por mi hija de 12 años, uno tiene que tener fuerza", aseguró Silvio y abrazó a su mujer, que sacaba el agua y el barro con un secador.

Cecilia, de 28 años y ama de casa, contó como entró el agua a su casa el domingo: "Primero era agua hasta la rodilla y subimos los electrodomésticos a la mesa pero luego quedó todo flotando", dijo la mujer, mientras señalaba cómo el agua llegó hasta arriba de la mesada de su cocina.

"No pensábamos que esto iba a llegar a ser lo que fue", afirmó Cecilia, quien aseguró que tuvo que dormir en el techo con su marido y sus dos hijos de 2 y 3 años. "Volvimos a nacer, hicimos mucho sacrificio, necesitamos una ayuda, un subsidio", pidió

"Hoy cuando llegamos después de tres días vimos todo revuelto, lleno de barro", comentó Belén, una psicóloga de 42 años, que tuvo que dejar a sus dos hijos de 6 y 4 años a cargo de su hermana en San Nicolás. "Yo estoy bien, no puedo pedir nada, pero acá  hay mucha gente humilde que necesita la ayuda del Estado", reflexionó.

Las calles de La Emilia se llenaron de televisores, heladeras, muebles y sillones en las veredas que tuvieron que tirar los vecinos, mientras que los comercios desecharon sus mercaderías. 

A pesar de lo perdido, los habitantes de La Emilia resaltaron la solidaridad de los propios vecinos y de la gente de San Nicolás para poder enfrentar una inundación que no ocurría en tamaña medida desde hace cincuenta años. 

"Es la inundación más grave en la historia de esa localidad y la primera que se registra desde 1967. Desde ese año a ahora se hicieron obras y ese barrio no se inundó nunca más, por eso nos sorprendió, fue algo que nunca se vio en La Emilia", sentenció a Radio Nacional, María Rosa Méndez, directora de Acción Social de San Nicolás, quien pidió "cloro y agua" para la nueva etapa de regreso a hogares.

Méndez remarcó que el objetivo es que los vecinos evacuados puedan ingresar a hogares "mínimamente limpios y con ropa seca. Está mejor la situación porque bajó el agua pero ahora se viene la tarea más dura de limpieza y relevamiento de pérdidas en el regreso a casa de los vecinos”.