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30 de enero de 2013

La historia detrás de los feriados

En apenas 20 días, pero doscientos años atrás, se sucedieron tres episodios históricos que marcarían el destino de nuestro país. Dos de ellos -el jueves 31 de enero (mañana) y el miércoles 20 de febrero- fueron declarados este año feriados nacionales para evocar el bicentenario de la Asamblea del Año XIII y de la batalla de Salta respectivamente. El tercero de estos sucesos, el combate de San Lorenzo, ocurrido el 3 de febrero de aquel año de 1813, caerá esta vez en domingo y, pese a que hubo un intento de declararlo también feriado y trasladarlo al lunes, la iniciativa no prosperó. En esta nota, el profesor Fernando Barba, vicepresidente primero de la Academia Nacional de Historia y profesor titular de Historia Argentina de la facultad de Humanidades de la UNLP, explica qué representaron aquellos hitos en la historia del país
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Asamblea del Año XIII

31 de enero

 

El último día del mes de enero de 1813 inició sus sesiones la Asamblea General Constituyente -convocada por el Triunvirato el año anterior- con dos objetivos muy claros: declarar la independencia y dictar una constitución para el estado naciente.

Esta Asamblea despertó muchas expectativas, tranquilizó el panorama político, y aunque algunos dudaban de sus alcances y representatividad, las provincias del interior enviaron sus diputados a la misma.

“Esta asamblea, a la que se conoce como la “del año XIII”, en realidad sesionó hasta abril de 1815 -señala el profesor Barba- y marcó el primer gran hito político y un logro del sector Morenista. Su función debía ser la de dictar una Constitución, lo que finalmente no pudo hacer porque no era el momento político, pero sí abrió el camino a la declaración de la Independencia, lo que de alguna manera impulsó de hecho”.

“En ese camino -explica el profesor Barba- la Asamblea consolidó los símbolos patrios, aprobó la Bandera, el Himno y el Escudo nacionales, y declaró la libertad de vientre -mal llamada abolición de la esclavitud, lo que ocurrió recién en 1853 con la primera Constitución- que daba libertad a los hijos de esclavos nacidos a partir de esa fecha. También, suprimió todos los símbolos que hacían mención de Fernando VII, el rey de España”.

Combate de San Lorenzo

3 de febrero

 

Se conoce con el nombre de Batalla de San Lorenzo al combate librado en este lugar de la provincia de Santa Fe el 3 de febrero de 1813, entre el ejército realista español que avanzaba al mando del Capitán español Antonio de Zabala, y los independentistas argentinos, y constituyó el inicio triunfal de la campaña libertadora del General José de San Martín, además de ser el único combate que éste libró en territorio argentino.

“De estos tres episodios históricos que estamos recordando -señala el profesor Barba- el combate de San Lorenzo es el menos significativo en cuanto a la trascendencia que tendría para el futuro de la Patria, pero sí marcó el bautismo de fuego del Regimiento de Granaderos del general San Martín”.

“Este combate se enmarca en el Sitio de Montevideo y se libra contra una flotilla de realistas que entraban al río Paraná para reabastecerse de víveres, en realidad para saquear y robar todo lo que encontraran a su paso. San Martín advierte esta situación y los sigue con 120 hombres, con la finalidad de desalentar las incursiones en el Paraná y cerrar un frente de combate”.

“Pese a la superioridad numérica de los realistas, que eran más de 200 y portaban dos cañones -sostiene Barba- San Martín los sorprende con dos columnas, una a su mando y la otra al mando del capitán Bermúdez, y en una rápida incursión -el combate en realidad no duró más de 15 minutos- lo vence rotundamente. Este combate, más allá del bautismo de fuego de los granaderos a caballo y de haber sido la única batalla librada por San Martín en suelo patrio, dejó dos hechos que tal vez pudieron haber cambiado la historia. Uno es que significó la muerte del capitán Bermúdez, que era un destacadísimo militar de gran futuro, y el otro es que San Martín salvó allí su vida de milagro -en realidad gracias a la acción del sargento Cabral- y de haber muerto otro hubiera sido el desenlace de la historia”.

Batalla de Salta

20 de febrero

 

La batalla de Salta fue un enfrentamiento armado librado el 20 de febrero de 1813 en Campo Castañares, hoy zona norte de la Ciudad de Salta, en el curso de la Guerra de Independencia de la Argentina. El Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano y de Eustaquio Díaz Vélez como mayor general o segundo jefe, derrotó por segunda vez a las tropas realistas del brigadier Juan Pío Tristán, a las que había batido ya en septiembre anterior en la batalla de Tucumán. La rendición incondicional de los realistas garantizó el control del gobierno rioplatense sobre buena parte de los territorios del antiguo Virreinato del Río de la Plata, aseguró la región y permitió a los patriotas recuperar, provisoriamente, el control del Alto Perú.

“Esta es, junto a la de Tucumán, la batalla más trascendente de la gesta de la Independencia -señala el profesor Barba- porque impidió el avance español en suelo argentino, y es generalmente injustamente opacada por las batallas de Chacabuco y Maipú, libradas por San Martín en suelo chileno, al otro lado de la Cordillera, que si bien fueron importantes no alcanzaron la trascendental importancia de la de Salta. Hay que pensar que si Belgrano no los hubiera frenado, los realistas hubiesen llegado cuanto menos a Córdoba, y sacarlos hubiese sido prácticamente imposible. También marca las aptitudes militares de Belgrano, quien había leído mucho sobre táctica militar, ya que sorprendió a los realistas al ingresar, guiado por un baqueano de apellido Saravia, por un sendero desconocido para ellos. Fue un combate terrible que dejó 500 muertos realistas y más de 2.800 prisioneros”.

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