Por cuestiones climáticas, sólo pudo llevarse a cabo la jornada del día sábado quedando definitivamente suspendido por lluvias.

Como cada año, los artistas locales tuvieron su lugar en el escenario. Así bailarines y músicos de nuestra ciudad se hicieron presentes para dar lo mejor de su arte.

Sin embargo, algunos de ellos además de eso, tomaron ese momento para hacer público un reclamo sobre la falta de apoyo económico por parte de los organizadores del festival y poner en evidencia una problemática que, según esas declaraciones, nuclea a muchos de los artistas locales de nuestra ciudad. Otros, en cambio, lo hicieron días antes por medio de las redes sociales manifestando su decisión de no participar en esta oportunidad.

Esta situación, sin lugar a dudas, abrió el debate sobre lo que significa jugar de local en el terreno del arte y ojalá permita pensar a futuro en soluciones conjuntas.

Los artistas locales nos representan en todas partes. Son la bandera de nuestra localidad en cada oportunidad que tienen de jugar de visitantes en otros escenarios de la zona, la provincia o el país y son los que sostienen los principales eventos culturales de nuestra ciudad. Pero, como público ¿qué valor les asignamos? Y de puertas para adentro, ¿qué valor se otorgan ellos mismos? Cabe aclarar, que tal valor no sólo debe contabilizar en divisas sino más bien en oportunidades para crecer y seguir eligiendo su profesión. Profesión que por otro lado, se ha convertido en secundaria por una simple razón de subsistencia o por no encontrar los mecanismos necesarios para hallar soluciones.

En conclusión, podría decir que toda solución posible supone una decisión política que no sólo involucra a los municipios o sus dirigentes, sino también y fundamentalmente a los mismos artistas que, organizados, adviertan nuevos caminos para superar barreras, lograr más y mejor difusión de su arte, elaborar estrategias de participación, articular con las direcciones de cultura local, zonal, provincial y nacional y de este modo, viabilizar senderos de desarrollo mucho más fructíferos.

Claro que para lograrlo es necesario contribuir desde las acciones a la unidad, cosa que parece ser bastante difícil en el ámbito local. Y si lo que se quiere es tener más y mejores festivales locales, habrá que sumarse y participar. Buscar espacios, habilitar los canales del diálogo y el debate. Y tales saltos paradigmáticos deben darse dentro de un contexto que los propicie y los aliente.

Es por eso que enriquecer los festivales o los eventos culturales locales no dependen solo de una persona o una secretaría sino más bien del esfuerzo y la voluntad de toda la comunidad.

Por último, no se deben considerar a los artistas locales sólo cuando trascienden las fronteras de la ciudad, es decir, cuando sus logros alcanzan latitudes más amplias que los límites del distrito o la zona, sino siempre. Asimismo, se deben alentar las generaciones nuevas, esa sangre joven que busca su sueño de ser artista.

Se están realizando intentos: la peña hamacando recuerdos, la vuelta de las peatonales, los recitales al aire libre, etc. pero aún merecen un ajuste de clavijas y para eso hay que sentarse a conversar.

Lucas Fernàndez para Los Toldos es noticia